PUBLICADO EN 'HAEMATOLOGICA'
Existe heterogeneidad en las células madre hematopoyéticas adultas
Investigadores españoles han demostrado en ratones una fuente de heterogeneidad en las células madre hematopoyéticas adultas que se remonta a un origen desde diferentes territorios embrionarios, según publican en Haematologica.
Carmen Cáceres. Madrid | 19/01/2017 10:47
Laura Ariza, Ana Cañete, Ramón Muñóz-Chápuli y Rita Carmona, del equipo de investigación de la Universidad de Málaga. (Universidad de Málaga)
Investigadores del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Málaga, en colaboración con el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer) y el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD), han publicado en Haematologica, publicación de la Asociación Europea de Hematología, un estudio que demuestra la existencia en los ratones de dos linajes diferentes de células madre hematopoyéticas.
"Hemos desarrollado un modelo de ratón transgénico basado en un potenciador o enhancer de la expresión del gen Gata4 combinado con un gen reportero", comenta a Diario Médico Ramón Muñoz-Chápuli, de la Universidad de Málaga y uno de los autores del estudio. El resultado final ha sido que las células que expresan este gen quedan permanentemente marcadas por la expresión de una proteína fluorescente, con lo que pueden seguir su linaje a lo largo del desarrollo. "Esto lo hicimos porque Gata4 es un gen muy importante para el desarrollo embrionario y queríamos estudiar la contribución de las células de este linaje al desarrollo cardiaco", ha explicado.
Reconstrucción a largo plazo
La sorpresa fue comprobar que una fracción, alrededor del 20 por ciento, de todas las células sanguíneas embrionarias y adultas de los ratones eran fluorescentes y, por tanto, pertenecían a este linaje, al que denominaron G2-Gata4. Una vez que se dieron cuenta de que un porcentaje del sistema hematopoyético pertenecía a un linaje celular específico y diferente al resto, el objetivo fue caracterizar dicho linaje y estudiar su origen. Aprovechando la fluorescencia de las células del linaje G2-Gata4, los investigadores han estudiado por citometría de flujo las poblaciones de células sanguíneas (monocitos, granulocitos, linfocitos) y sus progenitores, incluyendo las células madre hematopoyéticas. También, han comprobado que las células madre pertenecientes a este linaje pueden ser trasplantadas a ratones en los que se ha suprimido el sistema hematopoyético y son capaces de reconstituirlo a largo plazo, generando todos los tipos de células sanguíneas y del sistema inmune. Por último, estudiaron en embriones el origen del linaje mediante diferentes experimentos.
El poder de la placenta
"Un resultado importante -subraya este experto- ha sido que la mayor parte, si no la totalidad, de este linaje hematopoyético deriva de la placenta". Hasta ahora se sabía que básicamente las células madre hematopoyéticas adultas aparecen por primera vez en un área del embrión localizada entre la aorta y los riñones, lo que se denomina la región AGM. Así mismo, se sabía que en la placenta era posible que se generaran células madre hematopoyéticas, pero se ignoraba la importancia de esta contribución.
"Nuestro grupo ha demostrado y cuantificado esta aportación de la placenta a la hematopoyesis adulta, que alcanza un 20 por ciento del total en los ratones", asegura. Muñoz-Chápuli opina que el resultado es interesante porque muestra que las células madre hematopoyéticas adultas no tienen un origen único, "y porque no sabemos si esta heterogeneidad de origen tiene alguna trascendencia desde el punto de vista fisiológico o patológico, es decir, si células madre hematopoyéticas de diferente origen se comportan de forma diferente en situaciones concretas, sean normales o patológicas".
La comprobación en humanos
El siguiente paso es investigar si en los seres humanos también existe una heterogeneidad en las células madre hematopoyéticas que tenga su origen en diferentes contribuciones embrionarias. "Esto es complejo -argumenta- porque tendríamos que asociar primero la heterogeneidad que hemos visto en ratón con la expresión de marcadores de linaje que estuvieran evolutivamente conservados en los humanos. Si esto fuera factible, podríamos pasar a estudiar el comportamiento diferencial de los linajes".
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