Estudio clínico en el Reino Unido compara cigarrillos electrónicos y productos de remplazo de nicotina para dejar de fumar
9 de abril de 2019 por Equipo del NCI
Los fumadores de cigarrillos a quienes se les proveyó cigarrillos electrónicos (o vaporizadores) y asesoramiento psicológico para dejar de fumar tuvieron índices de abandono del hábito más altos que los fumadores que recibieron una combinación de terapias de remplazo de nicotina (como parches, gomas de mascar y pastillas para disolver en la boca) y asesoramiento psicológico en persona para dejar de fumar, según los resultados de un estudio clínico de distribución aleatoria llevado a cabo en el Reino Unido.
A un año de la inscripción en el estudio, 18 % de los fumadores a quienes se les proveyó cigarrillos electrónicos recargables habían dejado de consumir cigarrillos, en comparación con 9,9 % de los fumadores que se sometieron a terapias de remplazo de nicotina.
Los resultados fueron publicados el 14 de febrero en New England Journal of Medicine.
"Muchos fumadores reportan que los cigarrillos electrónicos son un método útil para dejar de fumar, pero, en los pocos estudios de distribución al azar realizados para demostrarlo, en ninguno se incluyó cigarrillos electrónicos recargables de avanzada", dijo el coautor del estudio, doctor Dunja Przulj, de la Universidad Queen Mary de Londres. El doctor Przulj agregó que "este es el primer estudio que indica que los cigarrillos electrónicos recargables pueden ayudar a las personas a dejar de fumar".
"El estudio clínico fue riguroso y muy bien realizado, y sirve de base para una pregunta importante: ¿son eficaces los cigarrillos electrónicos para ayudar a los fumadores a abandonar los cigarrillos, en comparación con los medicamentos para dejar de fumar basados en evidencias científicas?" dijo la doctora Rachel Grana, de la Unidad de Investigación sobre Control del Tabaco (TCRB) del NCI, quien no participó en el estudio.
Si bien el estudio aporta datos para ayudar a responder a esta pregunta, los hallazgos deberán confirmarse en otros entornos y contextos", señaló la doctora, "y hay características en el estudio que nos advierten sobre el uso de interpretaciones inespecíficas sobre la eficacia de los cigarrillos electrónicos para dejar de fumar".
Contexto más amplio de los resultados
El estudio incluyó a 886 fumadores adultos (la mediana de edad fue de 41 años) que buscaron ayuda para dejar de fumar cigarrillos a través del programa del Servicio de Salud Nacional (NHS), disponible para ese fin y en forma gratuita, en el Reino Unido.
Cada participante fue asignado al azar para recibir cigarrillos electrónicos o la terapia de remplazo de nicotina de su preferencia. Los participantes recibieron también el asesoramiento psicológico convencional, en forma individual y en persona, del programa de cuatro semanas del NHS para dejar de fumar, realizado por un profesional clínico local capacitado para guiar a las personas a través del proceso de abandono del hábito.
Después de un año, 79 participantes en el grupo asignado a los cigarrillos electrónicos (18 %) y 44 participantes del grupo asignado a la terapia de remplazo de nicotina (9,9 %) habían dejado de fumar cigarrillos (según se confirmó con una prueba química de aliento).
Los participantes de ambos grupos calificaron al producto asignado (cigarrillos electrónicos o terapia de remplazo de nicotina) como algo menos satisfactorio que los cigarrillos. No obstante, los participantes que fueron asignados al grupo de cigarrillos electrónicos reportaron que estos dispositivos brindaron una mayor satisfacción y, en comparación con los participantes del grupo de terapia de remplazo de nicotina, encontraron que fueron de más ayuda para abstenerse de fumar. En general, los efectos secundarios en ambos grupos fueron leves, según los hallazgos de los investigadores.
La doctora Grana dijo que los resultados deben considerarse en un contexto más amplio. Por ejemplo, los participantes se inscribieron a través del programa del NHS para dejar de fumar, por lo que ya estaban motivados a abandonar el hábito. Además de cigarrillos electrónicos o terapia de remplazo de nicotina, recibieron también asesoramiento para dejar de fumar basado en evidencias científicas.
Además, las políticas y el marco regulatorio con respecto a los cigarrillos electrónicos y productos de tabaco en el Reino Unido son muy diferentes a los de los Estados Unidos, continuó la doctora.
"Por ejemplo, en el Reino Unido la cantidad autorizada de nicotina en los cigarrillos electrónicos está limitada, y hay mayores restricciones en la publicidad y el mercadeo de estos dispositivos que en los Estados Unidos", dijo la doctora Grana. "Por lo tanto, los resultados del estudio actual quizá puedan aplicarse solo a los fumadores que desean dejar el hábito y recibir el asesoramiento de respaldo recomendado. Es probable que tampoco puedan generalizarse a todos los productos de cigarrillos electrónicos o a diferentes políticas y contextos normativos".
Problemas del consumo a largo plazo
Un hallazgo importante del estudio clínico fue que la proporción de participantes del grupo de cigarrillos electrónicos que dejaron de fumar pero continuaron usando cigarrillos electrónicos después de un año fue mucho mayor que la proporción de participantes del grupo de remplazo de nicotina que continuaron usando terapias de remplazo de nicotina después del año, agregó la doctora Grana.
Entre los participantes del grupo de cigarrillos electrónicos que habían dejado de fumar cigarrillos luego de un año, 63 de 79 (80 %) aún continuaban usando cigarrillos electrónicos; por el contrario, solo 4 de 44 (9 %) en el grupo que recibió productos de remplazo de nicotina aún continuaban usando estos productos.
"El consumo sostenido de cigarrillos electrónicos por parte de quienes abandonaron el hábito en el grupo de tratamiento con estos cigarrillos, destaca la necesidad de entender los posibles efectos sobre la salud del consumo de cigarrillos electrónicos a largo plazo, los cuales se desconocen en la actualidad", declaró la doctora Grana.
Los cigarrillos electrónicos pueden brindar algunas de las sensaciones que los fumadores solían tener con el hábito de fumar y ayudar a los ex fumadores a evitar las molestias de la abstinencia y probablemente, también, a prevenir las recaídas, escribieron los autores del estudio.
"Los cigarrillos electrónicos son también fáciles de conseguir, por lo que es de esperar que algunos ex fumadores continúen usándolos, al menos de manera temporal", después de haber dejado de fumar, dijo el doctor Przulj.
En estudios de laboratorio, incluidos los realizados con células humanas y modelos de animales, el aerosol del cigarrillo electrónico ha mostrado tener "efectos biológicos potencialmente adversos", escribieron los doctores Belinda Borrelli y George T. O’Connor, de la Universidad de Boston, en un editorial adjunto al estudio. "Si bien la concentración de toxinas y los efectos biológicos son generalmente menores que los del humo del tabaco".
Por consiguiente, argumentan que debe sopesarse la posible eficacia de los cigarrillos electrónicos como ayuda para dejar de fumar contra los problemas de seguridad conocidos y potenciales, y que los resultados del estudio clínico "deben considerarse dentro del contexto de medicamentos con perfiles de seguridad aceptables aprobados por la FDA para dejar de fumar cigarrillos".
Recomendaron que "los cigarrillos electrónicos deben usarse solo en aquellos casos en que los tratamientos aprobados por la FDA (en combinación con asesoramiento comportamental) no funcionen, que los pacientes deben recibir orientación para usar la dosis más baja [de nicotina] necesaria para controlar el impulso de fumar, y que deben definirse un cronograma y una vía de salida del consumo".
Recomendaron también que los proveedores de atención médica deben hacer seguimiento del consumo de cigarrillos electrónicos por parte de sus pacientes, "como se hace con cualquier otro tratamiento farmacológico para dejar de fumar".
Posibles consecuencias del consumo para los jóvenes
El consumo de cigarrillos electrónicos por parte de los adultos tiene posibles consecuencias para la población más joven, escribieron los doctores Borrelli y O’Connor. El consumo de los adultos expone a los niños al aerosol de los cigarrillos electrónicos, además de "establecer un modelo de comportamiento adictivo", agregaron.
El Director General de Servicios de Salud de los EE. UU. declaró que el consumo de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes es una epidemia, considerando que casi se duplicó su consumo entre los alumnos de escuela secundaria superior en los EE. UU. entre 2017 y 2018 (11.7 % a 20.8 %).
"Hemos observado un considerable aumento en el consumo de los cigarrillos electrónicos en los jóvenes, y se constatan efectos negativos en la salud asociados a este consumo", dijo la doctora Grana.
Por ejemplo, un estudio reciente halló que los adolescentes que consumen en forma regular cigarrillos electrónicos con cartucho presentaban concentraciones más altas de nicotina en el cuerpo comparado con hallazgos anteriores en adolescentes que fumaban con regularidad cigarrillos convencionales. El informe del Director General de Servicios de Salud destacó que "la exposición a la nicotina durante la adolescencia puede causar adicción y puede dañar el cerebro en desarrollo".
Al igual que con otros productos de tabaco, "los jóvenes pueden formar una adicción a la nicotina por el consumo de cigarrillos electrónicos y hay evidencia considerable de que el consumo de los jóvenes de cigarrillos electrónicos aumenta la probabilidad de que consuman cigarrillos convencionales en el futuro", explicó la doctora Grana.
Panorama en constante evolución
"Será importante entender cómo estos hallazgos se traducen del entorno controlado de un estudio clínico al mundo real donde las personas consumen cigarrillos electrónicos de varias maneras, incluso para abandonar el hábito sin el asesoramiento comportamental, y por razones que no son las de dejar de fumar", dijo la doctora Grana. "Necesitamos también entender mejor los efectos del consumo de cigarrillos electrónicos sobre la salud a corto y largo plazo.
"Los investigadores que estudian los cigarrillos electrónicos deben lidiar también con la amplia gama de productos en el mercado", continuó la doctora. "Hay cientos de dispositivos de cigarrillos electrónicos en el mercado, así como también una enorme variedad de líquidos con diferentes sabores y concentraciones de nicotina; y el mercado de consumo cambia en forma continua".
Los autores del estudio puntualizaron también que "se deben realizar estudios clínicos adicionales para determinar si nuestros resultados pueden generalizarse fuera de los servicios [para dejar de fumar] del Reino Unido", escribieron. Por ejemplo, convocaron un llamado a la realización de estudios sobre el abandono del hábito de fumar con cigarrillos electrónicos "que comparen diferentes niveles de apoyo [asesoramiento para dejar de fumar]".
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