sábado, 19 de octubre de 2019

Se puede ayudar a los padres a dejar de fumar en consultorios pediátricos - Instituto Nacional del Cáncer

Se puede ayudar a los padres a dejar de fumar en consultorios pediátricos - Instituto Nacional del Cáncer

Instituto Nacional del Cáncer

Temas y relatos: Un blog del NCI de investigacion de cáncer

Estudio muestra que en los consultorios pediátricos se puede ayudar a los padres a dejar de fumar


, por Equipo del NCI
Un padre con el pediatra de su hijo pequeño
El programa CEASE se diseñó para ayudar a padres de niños pequeños a dejar de fumar.
Crédito: iStock
Encontrar nuevas maneras para ayudar a las personas a dejar de fumar continúa siendo un reto. En un estudio reciente, los investigadores probaron un enfoque único: dar capacitación en los consultorios pediátricos a fin de ofrecer tratamiento a los padres para dejar de fumar, durante las consultas con el médico de sus hijos. El enfoque aumentó el número de personas que recibieron tratamiento y mejoró un poco el índice de personas que dejaron de fumar.
En el estudio se evaluó la eficacia de un programa llamado CEASE, cuyo objetivo es disminuir la exposición de los niños al humo ambiental de tabaco y, por consiguiente, mejorar su salud, al ayudar a los padres a dejar de fumar.
Los resultados del estudio clínico se publicaron el 12 de agosto en JAMA Pediatrics.
“Hemos progresado mucho [en la reducción de la exposición al humo ambiental de tabaco] en lugares públicos, pero el hogar continúa siendo un lugar donde las personas, especialmente los niños, están expuestas al humo ambiental de tabaco”, dijo la doctora Yvonne Prutzman de la División de Investigaciones sobre el Control del Tabaco del NCI, que patrocinó el estudio. 
De hecho, un nuevo informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) muestra que durante el período de 2013 a 2016, el 38 % de los niños estadounidenses de 3 a 11 años de edad estuvieron expuestos al humo ambiental de productos de tabaco, según se midió con un marcador sanguíneo de exposición a la nicotina llamado cotinina. Los CDC determinaron que la exposición al humo ambiental de tabaco era más frecuente entre los niños de familias de bajos ingresos.
“El consumo de tabaco por los padres daña la salud tanto de ellos como de los niños, y [en las familias de bajos ingresos] empeora el ciclo de la pobreza”, dijo el doctor Jonathan Winickoff del Hospital General para Niños de Massachusetts, quien diseñó el programa CEASE y es el investigador principal del estudio CEASE.
“Tenemos tratamientos fundamentados en datos científicos que pueden ayudar a las personas a dejar de fumar, pero esos tratamientos no se aprovechan”, dijo la doctora Prutzman. “Y, por consiguiente, cuando las personas intentan dejar de fumar, a menudo, fracasan porque no están usando los tratamientos óptimos”. 
Dirigirnos a fumadores de este grupo de edades en este entorno también tiene sentido, agregó.
“Los programas como este son una manera de intervenir con los adultos que todavía están jóvenes y que probablemente estén motivados a dejar de fumar porque quieren proteger a sus hijos”, dijo.

Los videos personalizados ayudan a motivar a los padres a dejar de fumar

CEASE se creó después de que las investigaciones iniciales del doctor Winickoff y sus colegas mostraron que los padres tal vez estarían dispuestos a aceptar ayuda del pediatra de su hijo para dejar de fumar. “Queríamos [diseñar] un sistema sencillo para brindar ayuda a los padres de una manera habitual y eficaz, y que no implicara mucho tiempo del pediatra”, dijo el doctor Winickoff.
Diez consultorios pediátricos participaron en el estudio clínico de CEASE. Estos se encontraban en cinco estados, Carolina del Norte, Tennessee, Virginia, Ohio e Indiana, en zonas con altos índices de consumo de tabaco y en las que el acceso a tratamientos para dejar de fumar fundamentados en datos científicos ha sido escaso, dijo el doctor Winickoff. 
En cada estado, se designó un consultorio de intervención y otro de control donde solo se proporcionaba la atención habitual. El personal en el consultorio de intervención le daba a los padres una tableta digital para responder un cuestionario electrónico en cada consulta. En el cuestionario se les preguntaba si había alguien en la familia que consumiera tabaco y lo que desearían tener para ayudarlos a dejar de fumar. 
Cuando un padre en el consultorio de intervención informaba que fumaba o que había alguien en su hogar que fumaba actualmente, el padre recibía recetas médicas para tratamiento sustitutivo con nicotina aprobado por la FDA, como parches o chicles de nicotina; la opción de inscribirse en la línea telefónica gratuita para dejar de fumar de su estado; e información sobre el programa de mensajes de texto para dejar de fumar, SmokefreeTXT en español, diseñado por el NCI. En los consultorios de control, a los padres que fumaban no se les ofrecía automáticamente una serie de opciones para dejar de fumar.
Los padres en los consultorios de intervención también veían videos breves en las tabletas digitales. Estos videos, que eran específicos de cada estado y que se diseñaron para ser culturalmente adecuados a la población local de cada consultorio, eran como “comerciales para motivar cambios de conducta”, y fueron bien recibidos por los padres, dijo el doctor Winickoff.
A los pediatras participantes se les capacitó en maneras para ayudar a dejar de fumar a fumadores interesados y recibieron informes mensuales del equipo del estudio “para mejorar la documentación sobre el consumo de tabaco de los padres, confirmar que se satisficieron las peticiones de ayuda y fomentar el seguimiento de los fumadores”, escribieron los autores del estudio.

Reducciones “pequeñas, pero notables” en el consumo de tabaco

Un total de 8,184 padres participaron en una encuesta realizada por auxiliares de investigación después de la consulta de sus hijos. De estos padres, 961 (27.1 %) en los consultorios de intervención y 1,103 (23.9 %) en los consultorios de control se identificaron como fumadores actuales. Entre los fumadores, 364 padres en los consultorios de intervención y solo 1 en los consultorios de control recibieron tratamiento provechoso para dejar de fumar (que se define como receta médica para tratamiento sustitutivo con nicotina o inscripción en la línea telefónica para dejar de fumar). 
Al final del período de estudio de dos años, el índice de consumo de tabaco había disminuido un 2.7 % entre todos los padres (no solo los que recibieron tratamiento) en los consultorios de intervención, es decir, una disminución del 10 % en los padres fumadores. Por el contrario, el índice de consumo de tabaco había subido un 1.1 % entre los padres en los consultorios de control. Los investigadores confirmaron que las personas habían dejado de fumar al medir las concentraciones de cotinina en muestras de saliva.
“Las reducciones pequeñas que se lograron en el estudio son notables debido a la calidad y el tamaño del estudio, el uso de un biomarcador para confirmar los índices de las personas que dejaron de fumar, y la participación directa del personal de los consultorios en la intervención”, escribieron los doctores Peter Belamarich y Andrew Racine de la Facultad de Medicina Albert Einstein, en un artículo de fondo adjunto al nuevo estudio. 
Además, el doctor Winickoff dijo, “incluso una pequeña disminución en el consumo de tabaco produce un gran impacto en la salud pública”.
Él considera que uno de los motivos por los que el programa CEASE pudo disminuir los índices de consumo de tabaco es que en este se ofrecía a los padres una variedad de opciones que podían usar para ayudarlos a dejar de fumar. Tener múltiples opciones fue útil porque los métodos que las personas prefieren para dejar de fumar varían.
Otro motivo, dijo, es que a los padres se les evaluaba y se les ofrecía ayuda para dejar de fumar cada vez que traían a su hijo a consulta con el pediatra, lo cual sucede, en promedio, cuatro veces al año. Y en cada consulta, a los padres se les mostraba un video breve diferente en la tableta digital, “para mantener fresco el mensaje” e intentar captar el interés de las personas que anteriormente no habían aceptado ayuda para dejar de fumar, dijo el doctor Winickoff.
“Puede ser difícil dar el primer paso para dejar de fumar. Y la adicción a la nicotina es muy difícil de superar, así que la mayoría de los fumadores necesitan múltiples intentos para dejar de fumar durante su vida”, dijo la doctora Prutzman. “Esa es una de las razones por las que incitar repetidamente a los fumadores para ayudarlos a dar ese paso para dejar de fumar es importante”, dijo.

Se necesitan múltiples estrategias para un control eficaz del tabaco

En su artículo de fondo, los doctores Belamarich y Racine plantearon sus inquietudes sobre la viabilidad y la rentabilidad de una implementación más generalizada del programa CEASE. Señalaron que muchos pediatras ya se sienten abrumados en las consultas de revisión habitual de los niños y, por lo tanto, no tienen tiempo para asesorar a los padres sobre cómo dejar de fumar. 
Los editorialistas también escribieron, “¿Vale la pena que algunos consultorios consideren el enfoque promovido por el estudio clínico de CEASE? Sin duda alguna”. Sin embargo, sugirieron que, “se deberían considerar otros enfoques para abordar el asunto de la exposición al humo ambiental de tabaco que no dependan de la participación del pediatra de atención primaria como la intervención de primera línea”.
La doctora Prutzman señaló que un programa eficaz e integral de control del tabaco implica múltiples estrategias, entre estas, aumentos considerables en el impuesto al tabaco y el precio de este, políticas integrales sobre ambientes libres de humo y campañas en los medios de difusión para educar a los fumadores y ayudar a incentivarlos para dejar de fumar.
“Sin embargo, [también] se necesitan maneras innovadoras de conectar a los fumadores con tratamientos fundamentados en datos científicos”, añadió. “Un área de innovación en estos momentos es encontrar maneras de distribuir los tratamientos para dejar de fumar a lugares donde los fumadores tengan acceso a estos”, incluidos los sistemas de salud. Y, “para muchos adultos, especialmente aquellos con bajos ingresos, el pediatra podría ser su contacto principal con el sistema de atención médica”, dijo.
Aunque a muchos pediatras les gustaría ayudar a los padres a dejar de fumar, no han tenido herramientas ni estrategias eficaces para hacerlo en el contexto de un consultorio médico concurrido y con tiempo limitado para cada familia, dijo el doctor Winickoff. 
“Ahora, en vez de culpar y avergonzar a los padres [por fumar], los médicos cuentan con algo que se puede ofrecer de manera realista cada vez que un padre traiga a su hijo al consultorio”.
El programa CEASE se está usando ahora de manera más generalizada en Carolina del Norte e Indiana, dijo, y su equipo continúa esforzándose por mejorar el programa y evaluar su rentabilidad.
“No hay nada respecto a este programa que no se pueda cambiar”, concluyó el doctor Winickoff. “Siempre estamos tratando de mejorarlo. Nuestra esperanza es que cada vez haya más consultorios y estados en los que se use esta estrategia para ayudar a los padres a dejar de fumar”.
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