viernes, 17 de agosto de 2012

El encendido y apagado de la depresión - DiarioMedico.com

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La clave, el factor de transcripción GATA1

El encendido y apagado de la depresión

Un equipo internacional de la Universidad de Yale (EEUU) ha identificado un interruptor genético que desactiva varios genes implicados en la formación de conexiones sinápticas. El hallazgo, detectado en personas y animales con depresión, podría explicar la pérdida de masa cerebral asociada a esta enfermedad.
Redacción   |  17/08/2012 12:20


Los resultados, que publica la revista Nature Medicine, muestran que un interruptor genético conocido como factor de transcripción (proteína que participa en la transcripción del ADN) reprime la expresión de varios genes necesarios para la formación de conexiones sinápticas entre las células cerebrales. Un hecho que a su vez podría contribuir a la pérdida de masa cerebral en la corteza prefrontal.

"Queríamos testear la idea de que el estrés provoca una pérdida de sinapsis del cerebro en los seres humanos", comenta Ronald Duman, investigador de Yale y coautor del estudio. "Los circuitos normalmente involucrados en la emoción y la cognición se interrumpen cuando se activa ese único factor transcriptor". Para poder realizar el trabajo, el equipo analizó el tejido de un grupo de pacientes deprimidos y no deprimidos donados por un banco de cerebros. Los resultados revelan que los cerebros de los pacientes con depresión mostraban niveles más reducidos de expresión de cinco genes que se requieren para el correcto funcionamiento de las sinapsis cerebrales: CALM2, SYN1, RAB3A, RAB4B y TUBB4.

La investigadora Hyo Jung Kang, integrante del grupo de investigación, descubrió que estos genes pueden estar regulados por un sólo factor de transcripción denominado GATA1. En los experimentos realizados a ratas de laboratorio se comprobó que los roedores mostraban síntomas de depresión al activar el factor. Este hecho sugiere que GATA1 desempeña un papel que va más allá de la pérdida de conexiones entre neuronas y se extiende a los síntomas del propio trastorno. En este sentido, el enfoque concreto del equipo de investigación ha sido el "desorden depresivo mayor", uno de los desordenes psiquiátricos más frecuentes en la actualidad.

Duman sugiere que algún día las variaciones genéticas en GATA1 pueden suponer un avance en el diagnóstico y enfrentamiento de la depresión grave en personas proclives al estrés y con alto riesgo de padecerla.

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