viernes, 5 de julio de 2013

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Células placentarias evitan la transmisión de virus de la madre al hijo


04/07/2013 - E.P.

Apunta a nuevos enfoques para combatir las  infecciones virales durante el embarazo e incluso fuera de él

Las células de la placenta pueden tener una capacidad única para evitar que los virus pasen de una mujer embarazada al  feto en crecimiento y pueden transmitir esa capacidad a otros tipos de células, según han descubierto expertos del Instituto de Investigación Magee-Womens (WRI) y la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos). Sus hallazgos, publicados en la versión digital de Proceedings of the National Academy of Sciences, arrojan nueva luz sobre el funcionamiento de la placenta.
Es imperativo que el feto se protegerá de las infecciones de la madre con el fin de desarrollarse  adecuadamente, afirma el coinvestigador principal Yoel Sadovsky, de la Cátedra de Investigación en Salud de la Mujer Elsie Hilliard Hillman, profesor de Obstetricia, Ginecología y Medicina de la Reproducción en la Escuela de Medicina de Pitt y director del MWRI. Pero, cómo logra la placenta esta hazaña de barrera pasiva entre madre e hijo no estaba claro hasta ahora.
"Nuestros hallazgos revelan algunos de los complejos mecanismos de las células placentarias humanas, trofoblastos, que han evolucionado para evitar que los virus infecten las células", dijo el doctor Sadovsky. "Esperamos que podamos aprender de esto para diseñar nuevas terapias contra las infecciones virales", añade.
Dirigido por Sadovsky y la coinvestigadora principal Carolyn Coyne, profesora asociada del Departamento de Microbiología y Genética Molecular de la Universidad de Pittsburgh y miembro de MWRI, el equipo de investigación estudió las células trofoblásticas humanas en el laboratorio, exponiéndolas a un panel de virus. A diferencia de las no placentarias, los trofoblastos fueron resistentes a la infección viral, un rasgo que no era un resultado de la incapacidad de los virus para unirse o entrar en las células.
Los investigadores observaron que cuando el medio fluido, en el que se cultivaron los trofoblastos fue transferido a las células no placentarias, tales por ejemplo las que recubren los vasos sanguíneos, se volvieron también resistentes a la infección viral.
El equipo observó que cuando el medio fue expuesto a la sonicación, que las expone a ondas sonoras, la resistencia viral ya no era transferida a las células no placentarias, un hallazgo que llevó a analizar más de cerca los exosomas, que son pequeñas esferas o nanovesículas secretadas por trofoblastos y sensibles a los ultrasonidos.
Los científicos encontraron que los fragmentos de material genético microARN contenidos dentro de los exosomas, así como miméticos sintetizados en el laboratorio, fueron capaces de inducir la autofagia, mecanismo de reciclaje y supervivencia de las células. El bloqueo de la autofagia restauró, al menos parcialmente, la vulnerabilidad de las células a las infecciones virales.
"Nuestros resultados sugieren que esta vía podría ser una poderosa adaptación evolutiva para proteger al feto y la madre de los invasores virales", dijo el doctor Coyne. "Podríamos ser capaces de usar estos microARN para reducir el riesgo de infección viral en otras células fuera del embarazo, o tal vez para tratar enfermedades en las que la mejora de la autofagia podría ser beneficiosa", concluye.

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