miércoles, 7 de abril de 2010
EQUILIBRIO: En busca del equilibrio perdido::Diariomedico.com::ESPAÑA
Carlos Cenjor
Carlos Cenjor, manejando la cabina de posturografía dinámica en la Jiménez Díaz, de Madrid. (Luis Camacho)
Diariomedico.com
ESPAÑA
el vértigo causa el 28% de los casos
En busca del equilibrio perdido
Un nada desdeñable número de personas, una de cada diez, padecen trastornos de diferente origen capaces de desequilibrar su equilibrio y su marcha. Una evaluación objetiva y real, mediante posturografía dinámica, concreta qué factores desencadenan esas alteraciones, hecho decisivo para establecer programas de reeducación que devuelvan al paciente la posibilidad de estabilizar su equilibrio y marcha. La participación de manos expertas permite además refinar las valoraciones y las medidas rehabilitadoras en cada afectado.
Raquel Serrano - Miércoles, 7 de Abril de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
llaves conceptuales:
1. "La posturografía dinámica evalúa muy objetivamente qué factores intervienen en el desequilibrio, lo que permite diseñar rehabilitación concreta"
2. "Las sesiones de reeducación acortan considerablemente el tiempo en el que se produce la mejoría después de un episodio agudo vertiginoso"
3. "En ancianos, el manejo multidisciplinar es ventajoso porque recuperar la estabilidad supone reducir la posibilidad de caídas y de fracturas"
Los trastornos del equilibrio y de la marcha, derivados de alteraciones o enfermedades neurológicas o localizadas en el oído interno sobre todo, son muy incapacitantes y alteran significativamente el ritmo normal de vida de una persona. Tradicionalmente, su diagnóstico ha sido complejo porque su intensidad no era realmente objetivable. Además, los tratamientos solucionaban o paliaban algunos de los casos pero otros se quedaban en el tintero. En la actualidad el refinamiento de los métodos de evaluación está permitiendo filiar el origen de estos trastornos y, derivado de ello, establecer directrices capaces de reeducar la estabilidad de un grupo de población nada desdeñable: se calcula que un 7 por ciento de la población acude a las consultas de atención primaria aquejada de alteraciones del equilibrio. En un 28 por ciento de los casos el vértigo es el responsable. Cuando la incidencia se analiza en ancianos, la afectación sobre existencia de alguna alteración del equilibrio asciende al 40 por ciento. En ORL hospitalaria, uno de cada diez pacientes consultan por vértigo, mareo o desequilibrio.
Sistemas afectados
Carlos Cenjor, jefe del Servicio de ORL de la Fundación Jiménez Díaz, de Madrid, y director de la unidad multidisciplinaria para la evaluación y tratamiento de los trastornos del equilibrio de diversa etiología, de la que también forma parte Francisco Cogolludo, oferta tanto de forma pública como privada la evaluación, detección y tratamiento de los trastornos que alteran el equilibrio y la marcha.
La valoración y el diagnóstico definitivo se establecen mediante posturografía dinámica, una prueba objetiva que permite evaluar el grado de alteración y estado real de los sistemas que influyen en el mantenimiento del equilibrio. Después de valorar y diagnosticar el problema, "los profesionales de la unidad inician los abordajes adecuados para conseguir "reequilibrar el desequilibrio" o, lo que es lo mismo, establecer programas de reeducación.
La participación de diversos profesionales se basa precisamente en la potencial afectación de los diferentes sistemas que intervienen en el equilibrio: el visual, el propioceptivo (sensibilidad profunda de músculos, articulaciones y médula espinal) y el auditivo interno, con especial importancia en la parte vestibular. La integración de estos tres sistemas conforma el equilibrio. Si sólo se altera uno de ellos, y de forma crónica, el cerebro se acostumbra a la nueva situación, la corrige y se adapta. El problema es cuando falla más de un sistema. Por ejemplo, de noche, a una persona con vértigo de origen auditivo bilateral sólo le funciona la sensibilidad profunda.
La posturografía dinámica evalúa los sistemas visual, propioceptivo y vestibular. En una evaluación primera se marcan, a través de una plataforma informatizada en la que se encuentra el paciente, distintas condiciones (ojos cerrados y abiertos, en quietud y moviendo el entorno visual y el asentamiento, entre otros) que informan, en tiempo real, de todas las variaciones de presión que tiene la persona afectada, así como los pequeños movimientos que realiza para mantener la postura.
Límites de estabilidad
Según Cenjor, "este manejo evalúa todas las estrategias de la persona para mantener la postura. En líneas generales, una persona que está estable tiene una estrategia de tobillo que recupera el equilibrio, pero una inestable tiende a que sea su cadera la que intenta mantener la estabilidad, pero no lo consigue y suele tenderse para atrás".
En esta unidad, una de las pioneras en este tipo de manejo de reeducación -cuyos tentáculos llegan a ORL, neurología, traumatología, rehabilitación y medicina interna, en función de la patología de cada paciente-, también se llevan a cabo pruebas sobre los límites de la estabilidad, que orientan sobre el grado de dificultad para mantenerse equilibrado en el espacio y sobre cuál puede ser la mejor estrategia de reeducación. Igualmente se controla el seguimiento rítmico ante un cambio en la distribución de pesos, se evalúa el motor voluntario mediante la generación de un movimiento brusco al que hay que adaptarse, así como la distribución de pesos de una persona para mantener la estabilidad.
Con estos parámetros se determina cuál es el patrón más afectado -el visual, el auditivo o el somatosensorial-, cuáles son los mayores defectos en la estrategia de recuperación del paciente y se diseña una inicial reeducación que en muchos casos "va a servir para que el tiempo de latencia hacia la normalización de cuadros subagudos se acorte: el tiempo de mejoría tras un episodio vertiginoso se reduce considerablemente". En casos crónicos se inicia una reeducación que orienta al rehabilitador hacia dónde ha de dirigir su terapia. "La mayor parte de los pacientes se tratan en la unidad y con sesiones de reeducación mejoran notablemente su equilibrio y estabilidad para manejarse en su vida diaria. Un pequeño porcentaje necesita la valoración de especialistas concretos".
Además de conocer claramente qué factores desencadenan el desequilibrio en un paciente, el manejo multiprofesional ofrece ventajas sociales. "En ancianos, recuperar la estabilidad supone reducir el riesgo de caídas y, por tanto, de fracturas y el coste sanitario que supone este proceso, sin olvidar que acorta el periodo de recuperación del cuadro de vértigo agudo".
QUÉ SE TRATA
Trastornos del equilibrio:
-Alteraciones ligadas al oído interno como los vértigos crónicos de origen otológico o vértigos agudos en su fase de recuperación.
-Inestabilidades residuales que pueden originar estos cuadros.
-Vértigo del anciano de componente multifactorial, en el que aparece pérdida de la consciencia de su situación y de las aferencias. El manejo evalúa primero qué falla para marcar, después, unas directrices de reeducación que mejoren su estabilidad. Ello es fundamental para prevenir caídas y subsiguientes fracturas.
Alteraciones neurológicas:
-Pacientes con déficits de aferencias que hacen que no puedan situarse correctamente en el espacio, por lo que se desequilibran.
-Alteraciones de la postura, sobre todo derivadas de problemas traumatológicos, prótesis o artrosis importantes, que modifican la postura y acaban afectando al equilibrio.
-En proyecto, anomalías del equilibrio y la marcha derivadas del Parkinson.
Evaluaciones y peritajes:
-Evaluación de pacientes que han sufrido accidentes traumáticos, como para valoración y peritaje de alteraciones del equilibrio.
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