Debe mejorar el manejo del síndrome coronario agudo
Frankfurt (21/03/2012) - Javier Granda Revilla
Las diferentes estrategias de mejora del síndrome coronario agudo y la importancia del triaje a la hora de abordar el diagnóstico han sido algunos de los aspectos que se han detallado en el seminario para prensa organizado por Daiichi-Sankyo y Lilly en Frankfurt
La enfermedad cardiaca es la primera causa de muerte en el mundo, por encima del cáncer o el ictus. Los diferentes estudios muestran una gran heterogeneidad entre países, con gran prevalencia en Rusia, China, EE.UU. y valores medios y bajos en Europa y Australia y Canadá, respectivamente.
El síndrome coronario agudo es una de las entidades más destacadas en este ámbito. Como señaló Evangelos Giannitsis, profesor asociado en el Departamento de Medicina Interna del Hospital Universitario de Heidelberg (Alemania), el manejo de esta entidad clínica debe mejorarse desde diversos puntos de vista: mejorar la concienciación en la población mediante campañas, impulsar la coordinación y el transporte en redes además del manejo dentro del mismo hospital, ya que un 30 por ciento de los pacientes tiene que ser hospitalizado de nuevo un año después del primer episodio.
"El síndrome coronario agudo engloba a la angina inestable, pequeños infartos y los infartos por elevación del segmento ST, por lo que se debe evitar el retraso en la hospitalización. Como no existen guías de práctica clínica para el infarto por elevación del segmento ST, debe implementarse una red en cada país que permita llevar al paciente desde la ambulancia a la intervención coronaria percutánea: no debe llevarse a una unidad de cuidados intensivos porque es perder el tiempo", alertó.
Respecto a los infartos sin elevación del segmento ST las guías de práctica clínica recomiendan una validación que, en su opinión, complica el proceso con electrocardiograma. Para el diagnóstico y la estratificación del riesgo, se recomienda que se ingrese a los pacientes en unidades de dolor torácico o de cuidados coronarios.
"Se aconseja también un protocolo rápido si hay tests de troponina y, lo que es más novedoso, se recomienda ecocardiograma en todos los pacientes, una medida que entiendo que es difícil de cumplir. Y se aboga por la puesta en marcha de programas de medición de resultados a nivel nacional como los aplicados en varios países como Suecia, Alemania, Reino Unido o Israel entre otros", enumeró.
Giannitsis resumió la experiencia del programa acreditado de Unidades de Dolor Torácico Chest Pain Unit, que comenzó hace años con el auspicio de la Sociedad Alemana de Cardiología. Medimos el uso de aspirina, clopidogrel, estatinas, betabloqueantes e IECA, entre otros fármacos. Y se ha comprobado que la adherencia en las guías es relevante, de manera que cuantas más recomendaciones se siguen, se registra una menor mortalidad según datos de los resultados que recopilamos", recalcó.
Importancia del triaje
Por su parte, Patrick Goldstein, jefe del Servicio de Emergencias y del Servicio de Asistencia Médica (SAMU) del Hospital Universitario de Lille (Francia), reiteró que el triaje es clave, ya que el 20 por ciento de las llamadas que reciben los servicios de emergencia se deben al síndrome coronario agudo.
"Debe hacerse un electrocardiograma cuanto antes, pero sólo llaman a los servicios de emergencias un mínimo porcentaje de pacientes, pese a las campañas que hemos realizado en los medios de comunicación masivos", lamentó. En este sentido, las guías de práctica clínica de 2008 sobre el manejo del infarto de miocardio con elevación del segmento ST reconocían que, incluso, podía hacerse antes al llamar a un servicio de emergencias para que allí se haga el triaje correcto con un diagnóstico prehospitalario y llevarlo a un hospital en el que se le pueda hacer una intervención coronaria percutánea. "En este caso, el tiempo es vida", destacó Goldstein.
Según datos franceses, el 75 por ciento de los pacientes con dolor torácico que llaman a Urgencias pueden tratarse en las dos horas después de que aparezca el dolor. Como recordó el experto, si el paciente llama a su médico de cabecera en las dos primeras horas, el porcentaje desciende al 35 por ciento mientras que la cifra es apenas del 5 por ciento si se opta por llamar al cardiólogo. "La moraleja es que deben seguirse las recomendaciones de las guías de práctica clínica", resumió.
Las opciones pasan por la intervención coronaria percutánea y, si no es posible, terapia lítica con estrategia de repercusión "lo antes posible por un equipo experimentado". La logística que se recomienda para estos casos es la existencia de un servicio de emergencias tipo SAMU, un único número telefónico y la posibilidad de teleconsulta. Además, las ambulancias deben contar con electrocardiograma, desfibrilador y un equipo capaz de ofrecer soporte vital básico y avanzado. Por último, debe contarse con redes hospitalarias con un mismo protocolo.
"El objetivo es que la ambulancia llegue en menos de 10 minutos y que la teleconsulta solucione la duda en menos de cinco minutos. En este panorama, el tratamiento antiplaquetario ha obtenido grandes reducciones en los eventos isquémicos utilizando aspirina en monoterapia o en combinación con fármacos como clopidogrel o prasugrel. Y datos de ensayos como TRITON-TIMI 38 han demostrado la utilidad de este fármaco en la reducción de eventos adversos cardiacos mayores y en trombosis de stent, por lo que las guías de práctica clínica recomiendan la administración de 60 mg si no hay riesgo de sangrado y realizar el cateterismo", concluyó.
El síndrome coronario agudo es una de las entidades más destacadas en este ámbito. Como señaló Evangelos Giannitsis, profesor asociado en el Departamento de Medicina Interna del Hospital Universitario de Heidelberg (Alemania), el manejo de esta entidad clínica debe mejorarse desde diversos puntos de vista: mejorar la concienciación en la población mediante campañas, impulsar la coordinación y el transporte en redes además del manejo dentro del mismo hospital, ya que un 30 por ciento de los pacientes tiene que ser hospitalizado de nuevo un año después del primer episodio.
"El síndrome coronario agudo engloba a la angina inestable, pequeños infartos y los infartos por elevación del segmento ST, por lo que se debe evitar el retraso en la hospitalización. Como no existen guías de práctica clínica para el infarto por elevación del segmento ST, debe implementarse una red en cada país que permita llevar al paciente desde la ambulancia a la intervención coronaria percutánea: no debe llevarse a una unidad de cuidados intensivos porque es perder el tiempo", alertó.
Respecto a los infartos sin elevación del segmento ST las guías de práctica clínica recomiendan una validación que, en su opinión, complica el proceso con electrocardiograma. Para el diagnóstico y la estratificación del riesgo, se recomienda que se ingrese a los pacientes en unidades de dolor torácico o de cuidados coronarios.
"Se aconseja también un protocolo rápido si hay tests de troponina y, lo que es más novedoso, se recomienda ecocardiograma en todos los pacientes, una medida que entiendo que es difícil de cumplir. Y se aboga por la puesta en marcha de programas de medición de resultados a nivel nacional como los aplicados en varios países como Suecia, Alemania, Reino Unido o Israel entre otros", enumeró.
Giannitsis resumió la experiencia del programa acreditado de Unidades de Dolor Torácico Chest Pain Unit, que comenzó hace años con el auspicio de la Sociedad Alemana de Cardiología. Medimos el uso de aspirina, clopidogrel, estatinas, betabloqueantes e IECA, entre otros fármacos. Y se ha comprobado que la adherencia en las guías es relevante, de manera que cuantas más recomendaciones se siguen, se registra una menor mortalidad según datos de los resultados que recopilamos", recalcó.
Importancia del triaje
Por su parte, Patrick Goldstein, jefe del Servicio de Emergencias y del Servicio de Asistencia Médica (SAMU) del Hospital Universitario de Lille (Francia), reiteró que el triaje es clave, ya que el 20 por ciento de las llamadas que reciben los servicios de emergencia se deben al síndrome coronario agudo.
"Debe hacerse un electrocardiograma cuanto antes, pero sólo llaman a los servicios de emergencias un mínimo porcentaje de pacientes, pese a las campañas que hemos realizado en los medios de comunicación masivos", lamentó. En este sentido, las guías de práctica clínica de 2008 sobre el manejo del infarto de miocardio con elevación del segmento ST reconocían que, incluso, podía hacerse antes al llamar a un servicio de emergencias para que allí se haga el triaje correcto con un diagnóstico prehospitalario y llevarlo a un hospital en el que se le pueda hacer una intervención coronaria percutánea. "En este caso, el tiempo es vida", destacó Goldstein.
Según datos franceses, el 75 por ciento de los pacientes con dolor torácico que llaman a Urgencias pueden tratarse en las dos horas después de que aparezca el dolor. Como recordó el experto, si el paciente llama a su médico de cabecera en las dos primeras horas, el porcentaje desciende al 35 por ciento mientras que la cifra es apenas del 5 por ciento si se opta por llamar al cardiólogo. "La moraleja es que deben seguirse las recomendaciones de las guías de práctica clínica", resumió.
Las opciones pasan por la intervención coronaria percutánea y, si no es posible, terapia lítica con estrategia de repercusión "lo antes posible por un equipo experimentado". La logística que se recomienda para estos casos es la existencia de un servicio de emergencias tipo SAMU, un único número telefónico y la posibilidad de teleconsulta. Además, las ambulancias deben contar con electrocardiograma, desfibrilador y un equipo capaz de ofrecer soporte vital básico y avanzado. Por último, debe contarse con redes hospitalarias con un mismo protocolo.
"El objetivo es que la ambulancia llegue en menos de 10 minutos y que la teleconsulta solucione la duda en menos de cinco minutos. En este panorama, el tratamiento antiplaquetario ha obtenido grandes reducciones en los eventos isquémicos utilizando aspirina en monoterapia o en combinación con fármacos como clopidogrel o prasugrel. Y datos de ensayos como TRITON-TIMI 38 han demostrado la utilidad de este fármaco en la reducción de eventos adversos cardiacos mayores y en trombosis de stent, por lo que las guías de práctica clínica recomiendan la administración de 60 mg si no hay riesgo de sangrado y realizar el cateterismo", concluyó.
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