MONITORIZACIÓN EN patologías INVASIVAS
La estratificación, necesaria en infecciones fúngicas pediátricas
El manejo del paciente inmunodeprimido con infecciones fúngicas invasivas implica una mayor estratificación del riesgo y la monitorización de algunos fármacos que se emplean en dicho tratamiento, según se ha puesto de manifiesto en Bilbao en el VI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica.
Marcelo Curto. Bilbao | 14/03/2012 00:00
Pere Soler, Concepción Figueras, Eva Roselló y José Tomás Ramos. (Marcelo Curto)
Respecto al uso de pruebas basadas en la determinación del galactomanano en el diagnóstico de la infección por Aspergillus, "que ya está aprobado para su empleo en pediatría, nuestra experiencia en el Hospital Vall de Hebrón, en pacientes pediátricos, se remonta al año 2004 y es muy buena. En este sentido, tenemos datos de sensibilidad y especificidad equiparables a los obtenidos en adultos".
- Hay que valorar la necesidad de aumentar de forma significativa la dosis necesaria para tratar a los niños menores de cinco años de edad
La PCR también se emplea en la detección de Aspergillus y se cuenta ya con una técnica específica disponible en el mercado: "Nuestra experiencia se basa en muestras respiratorias, y aquí también hemos encontrado una muy buena sensibilidad de esta técnica en el lavado broncoalveolar de pacientes con riesgo de aspergilosis pulmonar".
Pere Soler, del citado centro barcelonés, se ha referido a la monitorización de fármacos antifúngicos. "Tanto en el tratamiento como en profilaxis secundaria o tratamiento de mantenimiento, la utilización de monitorización de concentraciones plasmáticas de los nuevos azoles debe ser imperativa y debe formar parte del manejo de estos pacientes".
Según los datos de un trabajo realizado por la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría del mencionado hospital, dirigido por Concepción Figueras y que se ha publicado en Journal of Antimicrobial Chemotherapy, existe "una clara relación entre la presencia de concentraciones plasmáticas en el rango terapéutico en las primeras seis semanas de tratamiento y una respuesta favorable, y también una relación evidente entre concentraciones plasmáticas supraterapéuticas y toxicidad neurológica".
- Las guías de práctica clínica siguen insistiendo en el tratamiento empírico y en la hospitalización para lograr un alta más precoz
En cuanto a posaconazol, "en nuestra experiencia podemos afirmar que es un fármaco que hay que considerar, por su eficacia y tolerancia, en el tratamiento supresivo de la infección fúngica invasiva en niños afectos de enfermedad granulomatosa crónica". Además, ha resaltado la necesidad de monitorizar sus concentraciones plasmáticas.
Paciente oncológico
José Tomás Ramos, del Hospital de Getafe, en Madrid, ha indicado que en el paciente pediátrico oncológico con fiebre y neutropenia es necesario estratificar por riesgo para hacer terapias más individualizadas, al mismo tiempo que se constata que en las guías de práctica clínica se sigue insistiendo en el tratamiento empírico y la hospitalización (acompañada de una estratificación por riesgo) para lograr un alta más precoz y un tratamiento ambulatorio individualizado cuando se pueda".
En cuanto al manejo del niño con infección fúngica invasora, o con riesgo de tenerla, "sigue estando presente la necesidad de profilaxis, que está bien establecida, en grupos de riesgo; la necesidad de tratamiento empírico y, aunque no hay datos todavía, y probablemente tardemos mucho en conseguirlo, en tratamiento anticipado, tal y como se hace con adultos".
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