lunes, 12 de marzo de 2012

La terapia de inducción aumenta la supervivencia en cáncer de pulmón - DiarioMedico.com

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herramienta segura previa a la cirugía

La terapia de inducción aumenta la supervivencia en cáncer de pulmón

Valerie Rusch, jefa de Cirugía Torácica del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, señala que la terapia de inducción con quimio y radioterapia es una opción que aumenta la supervivencia en cánceres de pulmón que antes no eran operables. Considera que debe hacerse una meticulosa evaluación preoperatoria de la función.
María Sánz-Mongue   |  12/03/2012 00:00

Valerie Rusch, del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center.
Valerie Rusch, del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center. (Lenda)

La terapia de inducción ha alcanzado la mayoría de edad como herramienta indispensable para lograr la resección de cánceres de pulmón que anteriormente eran inoperables. Valerie Rusch, jefa de Cirugía Torácica del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York y una de las mayores expertas en este campo, ha hecho un repaso de la experiencia acumulada en esta modalidad terapéutica.

Según ha expuesto la cirujana en el III Curso de Avances en el Abordaje Multidisciplinar del Cáncer de Pulmón, organizado por el Hospital Puerta de Hierro Majadahonda (Madrid), existen dos paradigmas de terapia de inducción: quimioterapia preoperatoria seguida de cirugía de resección, o bien quimioterapia y radioterapia previas a la intervención. Existe una tercera opción, consistente en aplicar cirugía más radioterapia secuencial concurrente sin cirugía.

En términos generales, la terapia combinada con quimio y radioterapia se ha consolidado, según Rusch, como "una opción factible y que mejora la supervivencia global". Sin embargo, ha añadido que hay que tener en cuenta ciertos matices en lo que se refiere a eficacia y seguridad. Así, los resultados son significativamente peores cuando se realiza una neumectomía. "Debe evitarse siempre que se pueda", ha apuntado. En cambio, ha señalado que "la cirugía, especialmente la lobectomía, es una opción excelente si puede lograrse una resección quirúrgica libre de tumor residual".

Rusch ha indicado que el éxito de la terapia de inducción y de la cirugía posterior dependerá en gran medida de "una meticulosa evaluación preoperatoria de la función pulmonar".


Estudios

Ya en los primeros ensayos clínicos con esta terapia se observó un aumento significativo del número de tumores operables. Sin embargo, los clínicos reconocían que era necesario avanzar más en el diseño de los regímenes de inducción. Según los resultados del equipo del Memorial Sloan-Kettering entre 1993 y 1999, publicados en 2002, el índice de resección completa fue del 77,4 por ciento de resecciones completas gracias a este tratamiento. Se logró una respuesta patológica completa en el 4,5 por ciento de los casos y la supervivencia a los tres años se situó en el 41 por ciento.

Un ejemplo del avance en este terreno es un ensayo clínico dirigido por Rusch y  publicado en 2007 en Journal of Clinical Oncology. Se aplicó quimioterapia (cisplatino y etopósido) junto con radioterapia antes de realizar una toracotomía a aquellos pacientes que presentaban enfermedad estable o habían respondido a la inducción. Se consiguió una resección completa en el 76 por ciento de los pacientes, se observó respuesta patológica completa o enfermedad microscópica mínima en el 56 por ciento y la supervivencia a los cinco años fue del 44 por ciento para el conjunto de los tratados y del 54 por ciento en quienes se había logrado una resección completa.

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