en 'journal of internal medicine'
La EVA grave no contraindicaría intervenciones en octogenarios
La adecuada selección de pacientes justifica intervenciones, como la percutánea, en octogenarios con estenosis valvular aórtica (EVA) grave, pues eleva su supervivencia.
Raquel Serrano. Madrid | raquelserrano@unidadeditorial.es | 09/12/2013 00:00
Manuel Martínez Sellés, cardiólogo del Gregorio Marañón, de Madrid. (Lenda)
Comorbilidad asociada
La estenosis aórtica es una patología muy prevalente entre las personas de alrededor de 80 años de edad. Incluso se calcula que el 8 por ciento de los octogenarios presentan estenosis aórtica severa que suele entrañar mal pronóstico a corto y medio plazo. Tradicionalmente, y hasta hace relativamente poco tiempo, el único tratamiento era la cirugía cardiaca a corazón abierto, en la que se sustituye la válvula estenosada por una prótesis valvular, puesto que el arsenal farmacológico ha demostrado no mejorar el pronóstico. Y aquí precisamente comienza el problema: "Muchos de los pacientes octogenarios tienen otras comorbilidades asociadas, por lo que no son candidatos a cirugía y, por tanto, a ninguna otra terapia", ha indicado Martínez Sellés a DM.
No obstante, el desarrollo hace aproximadamente una década de la prótesis valvular percutánea TAVI ha permitido que muchos de estos pacientes se beneficien de un abordaje eficaz.
Sin embargo, el estudio Pegaso, que ha analizado y realizado el seguimiento a un millar de pacientes, nació con la idea de concretar una percepción generalizada entre los profesionales: a pesar de la existencia del tratamiento percutáneo, muchos de los octogenarios seguían sin recibir un tratamiento adecuado, entre otras razones, "porque los estudios previos sobre estenosis aórtica severa aportaban muy pocos datos de personas tan mayores".
Mayoría sin beneficio
Tras la creación de un registro nacional, se incluyó a octogenarios con estenosis aórtica severa sintomática y sin otra enfermedad que limitase su expectativa de vida, al menos en los siguientes seis meses. En el trabajo también se debía indicar el tratamiento previsto: cirugía, implantación de prótesis percutánea o conservador farmacológico sólo para mejorar síntomas. Según Martínez Sellés, uno de los puntos más interesantes señala que "la mayoría de los pacientes, en torno a un 50 por ciento, recibe un tratamiento conservador. Un 25 por ciento se dirige a cirugía y el otro 25 por ciento, tratamiento percutáneo". El grupo de cirugía estaba muy seleccionado y sin comorbilidades asociadas. Los que recibían terapia conservadora son los que más comorbilidad presentan, pero curiosamente los del grupo de intervención percutánea también tenían un perfil similar a los de abordaje conservador.
El trabajo ha demostrado que la cirugía es efectiva, aspecto relativamente esperado, pero también se ha comprobado que "los que reciben prótesis percutánea tienen un mejor pronóstico que los que se someten a terapia conservadora, de forma similar a los que se someten a cirugía, lo que pone de manifiesto la necesidad de intervenciones, como la percutánea, que mejoran claramente el pronóstico de estos pacientes".
Selección y justificación de las intervenciones
La estenosis, en este caso concreto, es un estrechamiento de la válvula aórtica, zona que permite que la sangre salga del corazón y pase a la aorta. Con la edad, y en algunas personas, la válvula aórtica se va estrechando y se convierte en patológica. Se trata de una enfermedad con un mal pronóstico, ya que si se cuenta el momento en el que empiezan a aparecer los síntomas, la expectativa de vida se sitúa en torno a dos años.La realidad es que estudios previos avisan de que un porcentaje elevado de octogenarios con esta patología no se somete a cirugía por la morbilidad asociada, cuando muchos de ellos, alrededor de un 12 por ciento con medidas conservadoras, pueden beneficiarse de un abordaje que mejora su supervivencia.
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