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Institutos Nacionales de la Salud
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La obesidad puede afectar al oído, señala un estudio
El peso de más, sobre todo alrededor de la cintura, aumentó el riesgo de pérdida auditiva, mientras que el ejercicio resultó protector
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_143349.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 03/11/2014) Traducido del inglés: miércoles, 11 de diciembre, 2013 Los investigadores dieron seguimiento a más de 68,000 mujeres que participaron en el Estudio de salud de las enfermeras de la Universidad de Harvard. Cada dos años entre 1989 y 2009, las mujeres respondieron a preguntas detalladas sobre su salud y sus hábitos cotidianos. En 2009, se les preguntó si habían experimentado una pérdida auditiva, y si respondían que sí, a qué edad.
Una de cada seis mujeres reportó pérdida auditiva en el periodo del estudio, apuntaron los investigadores.
Las que tenían un índice de masa corporal (IMC) o una cintura con una circunferencia más grande se enfrentaban a un mayor riesgo de problemas auditivos, en comparación con las mujeres de peso normal. El IMC es una medida de la grasa corporal basada en la estatura y el peso.
Las mujeres que eran obesas, con IMC de entre 30 y 39, eran entre un 17 y un 22 por ciento más propensas a reportar pérdida auditiva que las mujeres cuyos IMC eran inferiores a 25.
Las mujeres que cayeron en la categoría de obesidad extrema (IMC superior a 40) tenían el mayor riesgo de problemas auditivos, de alrededor de un 25 por ciento superior al de las mujeres de peso normal.
El tamaño de la cintura también se vinculó con la pérdida auditiva. Las mujeres con unas cinturas de más de 34 pulgadas (86.3 centímetros) tenían un aumento de alrededor del 27 por ciento en las probabilidades de reportar pérdida auditiva frente a las mujeres con cinturas de menos de 28 pulgadas (71.1 centímetros). El tamaño de la cintura siguió siendo un factor de riesgo de la pérdida auditiva incluso después de que los investigadores incluyeran los efectos de tener un IMC más alto, lo que sugiere que tener mucha grasa abdominal podría afectar a la audición.
Esas diferencias permanecieron incluso después de que los investigadores controlaran otros factores que se sabe que afectan al oído, como fumar cigarrillos, el uso de ciertos fármacos y la calidad de la dieta de una persona.
Una cosa que pareció cambiar la relación fue el ejercicio. Cuando los investigadores incluyeron la actividad física en la ecuación, el riesgo de pérdida auditiva disminuyó. Las mujeres que caminaban cuatro o más horas cada semana experimentaron una reducción en el riesgo de pérdida auditiva de más o menos el 15 por ciento en comparación con las que caminaban menos de una hora por semana. Los investigadores dijeron que eso sugiere que el ejercicio protege de la pérdida auditiva.
Los hallazgos aparecen en la edición de diciembre de la revista American Journal of Medicine.
Pero el estudio solo mostró una asociación, no probó que la obesidad dañe directamente al oído. Los investigadores dijeron que no están seguros de por qué las dos afecciones podrían estar relacionadas, pero dijeron que tienen ciertas teorías.
"El oído es muy metabólicamente activo, y eso significa que realmente depende de tener un riego sanguíneo adecuado", señaló la autora del estudio, la Dra. Sharon Curhan, instructora de medicina del Hospital Brigham and Women's, en Boston.
La obesidad puede afectar el riesgo sanguíneo al estrechar a los vasos sanguíneos. Las personas que son obesas también son más propensas a tener hipertensión, otra afección que puede afectar al flujo sanguíneo.
"La obesidad y los factores que la obesidad conlleva podrían afectar el flujo sanguíneo a la cóclea", apuntó Curhan. La cóclea es la cámara de audición del oído interno. Curhan dijo que la falta de riego sanguíneo podría evitar que la cóclea se restaure tras el daño, disminuyendo gradualmente su función.
Un experto que no participó en el estudio dijo que la investigación planteó preguntas importantes.
"Se trata de un excelente punto de inicio, y una sugerencia firme", afirmó el Dr. Ian Storper, director del programa de otología del Centro de Trastornos del Oído y del Equilibrio del Instituto de la Cabeza y el Cuello de Nueva York en el Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.
Storper dijo que el estudio dependió de los informes de pérdida auditiva de las mismas participantes. No se les administraron pruebas auditivas, lo que podría haber sesgado los resultados.
Otro experto dijo que quizá haya llegado el momento de incluir la pérdida auditiva entre los daños que la obesidad provoca en el cuerpo.
"Me resulta interesante y preocupante", afirmó el Dr. Michael Weitzman, profesor de medicina ambiental y pediatría del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York.
En junio, Weitzman publicó un estudio en la revista Laryngoscope que halló que los adolescentes obesos tenían casi el doble de riesgo de pérdida auditiva temprana que los adolescentes de peso normal.
"[El nuevo estudio] respalda lo que hallamos", señaló.
"Creo que hay motivos para comenzar a pensar que esto es un problema asociado con la obesidad", planteó Weitzman. "Quizá sea deseable que los niños o adultos obesos que presentan... problemas académicos se revisen el oído".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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