El 32% de los pacientes con dolor crónico de columna padece un cuadro depresivo y el 35% sufre ansiedad
Madrid (30-02/12/2013) - Redacción
La microcirugía y el uso de células madre optimizan el tratamiento de las patologías vertebrales, tal y como lo han puesto de manifiesto los expertos reunidos en la Clínica La Luz en el XI Simposio Internacional sobre Patología de la Columna Vertebral
El dolor de espalda es una de las molestias más frecuentes en los países desarrollados. De hecho, entre el 80 y el 90 por ciento de las personas sufrirá alguna dolencia asociada a la columna vertebral a lo largo de la vida y podrá aliviar el dolor con medidas conservadoras como analgésicos y antiinflamatorios, o bien, mediante tratamiento quirúrgico. Los avances conseguidos en las técnicas quirúrgicas para las patologías de la columna vertebral han mejorado la eficacia de los tratamientos, los tiempos de recuperación, así como la seguridad de los pacientes, pero en opinión de la treintena de expertos reunidos en la Clínica La Luz en el XI Simposio Internacional sobre Patología de la Columna Vertebral, aún es preciso ofrecer soluciones para aliviar el dolor y abordar una de las alteraciones más frecuentes e incapacitantes.
De hecho, diversos estudios muestran que el 32 por ciento de los pacientes con dolor crónico de columna padece un cuadro depresivo y el 35 por ciento sufre ansiedad. El impacto de este tipo de patologías afecta también al sueño, ya que el dolor despierta por las noches al 43% de los pacientes que suelen recurrir a hipnóticos para poder conciliar el sueño.
El sobreesfuerzo, las posturas inadecuadas y el sedentarismo se asocian a dolencias tan comunes como la artrosis de columna, la estenosis del canal lumbar, las hernias discales o las fracturas vertebrales. "El envejecimiento también debilita y afecta a la estructura de la columna vertebral y, dadas las características de estos pacientes se hace necesario no sólo aplicar medidas conservadoras sino también lo menos agresivas posibles. La actualización en cirugía de la columna vertebral exige también tener en cuenta el importante número de mujeres que sufren fracturas y pérdida de masa ósea debido a la osteoporosis", destaca el doctor Francisco Villarejo, director de la Unidad de Neurocirugía de la Clínica La Luz.
En el Simposio Internacional que acoge la Clínica La Luz de Madrid se están abordando los últimos avances en los cuatro grados quirúrgicos de la patología de la columna: la congénita, centrada en casos de espina bífida, hoy prácticamente desaparecida gracias a los medios preventivos antes y durante el embarazo; la patología traumática asociada a accidentes de circulación o laborales; la patología degenerativa, cada vez más frecuente y asociada a elevados costes socio laborales y finalmente, la patología tumoral.
Cirugía "biológica" de la columna
El dolor lumbar asociado a una patología degenerativa de la columna, como la artrosis de columna o la hernia discal, es el más frecuente. La totalidad de los pacientes con una degeneración del disco intervertebral presentan un cuadro doloroso lumbar que se irradia hacia los miembros inferiores. A pesar de que con medidas conservadoras mediante el uso de analgésicos, antiinflamatorios y reposo o con técnicas de microcirugía (disectomía, fusión, artrodesis, artroplastia...) se logra devolver la estabilidad y movilidad al paciente, el 10 por ciento de los pacientes presenta un dolor crónico que no cede. Para estos casos, los expertos están descubriendo las posibilidades que ofrece el denominado tratamiento "biológico" de la columna vertebral mediante el empleo de células madre mesenquimales y el trasplante de cultivos de células (condrocitos). "El abordaje de la patología degenerativa de columna está pasando de un tratamiento mecánico basado en el uso de elementos de fijación y prótesis, a un tratamiento biológico basado en la utilización de células madre y en el cultivo de células (condrocitos)", aclara el doctor Villarejo.
Uno de los últimos avances en el abordaje del dolor lumbar, con el que se están obteniendo buenos resultados, consiste en el cultivo de células de la médula ósea de la cresta ilíaca del paciente, para después inyectarlas mediante una mínima punción percutánea en el disco intervertebral degenerado. En opinión del doctor Villarejo, "esta técnica se ha utilizado con éxito en cirugía de rodilla y cadera y ahora se abre la vía para la patología vertebral. El paciente es dado de alta a las dos horas de la extracción de las células de la cresta ilíaca y tres semanas después se le inyectan las células madre cultivadas dentro del núcleo del disco afectado".
Por otra parte, el uso de las células del cartílago, los condrocitos, permite que los pacientes reciban autoinjertos, regenerar el cartílago a su estado inicial, devolver la funcionalidad y sustituir el disco dañado. La extirpación del disco herniado se realiza mediante microcirugía y el fragmento dañado es cultivado hasta lograr la proliferación suficiente de células. Unas doce semanas después de la extirpación discal, se practica una punción para introducir el cultivo de condrocitos. "Con esta técnica, se extraen células sanas del disco sano del paciente, se cultivan y se implantan en la zona dañada con artroscopia. Es una técnica que parece abrir la vía a la 'sustitución' y regeneración completa del disco vertebral en pacientes con el disco degenerado o que han sido intervenidos de una hernia discal lumbar. Estudios europeos realizados a dos y cuatro años muestran mejores resultados en pacientes que reciben disco autólogo comparado con los que se operan solamente de la hernia discal", apunta el experto.
El reto de la osteoporosis
Las patologías de la columna vertebral asociados a la osteoporosis son comunes entre la población femenina mayor de 65 años y suelen asociarse a fracturas vertebrales. El 25 por ciento de las mujeres entre 70 y 79 años sufren fracturas de compresión vertebral, cifra que asciende hasta el 50 por ciento en féminas de 80 o más años. "Estas fracturas vertebrales causan deformidades en la curvatura de la columna, provocando pérdida de la altura de los cuerpos vertebrales y de los discos y ocasionando cifosis dorsal, lo que hace que se desplace el centro de gravedad posibilitando otras fracturas", aclara el doctor Villarejo.
Tradicionalmente, la única alternativa disponible era la descompresión quirúrgica mediante placas o tornillos, combinada o no con fármacos analgésicos. Pero, en opinión del doctor Marcelo Budke, especialista del Servicio de Neurocirugía de la Clínica La Luz, "hoy, los pacientes con dolor resistente pueden ser tratados satisfactoriamente con técnicas percutáneas mínimamente invasivas para la reducción de las fracturas vertebrales, como la vertebroplastia, la cifoplastia o la stentoplastia. Estos procedimientos se basan la introducción de cemento óseo en la vértebra fracturada, bien directamente o bien en la expansión bajo presión de un balón o un stent en los que posteriormente se inyecta cemento".
En los últimos años la utilización de implantes de titanio, como el stent, para la recuperación y reducción de fracturas vertebrales está demostrando presentar un gran potencial ya que permite recuperar la altura vertebral, conseguir la estabilización de los fragmentos fracturados y crear un compuesto de titanio, cemento y hueso en el paciente.
Por último, el director gerente de la Clínica La Luz, el doctor Joaquín Martínez, considera que tanto la terapia celular como la microcirugía representan dos de las principales características de la Medicina más avanzada: la individualización del tratamiento según las particularidades de cada persona y la reducción al mínimo de las molestias para los pacientes mediante el uso de técnicas mínimamente invasivas.
De hecho, diversos estudios muestran que el 32 por ciento de los pacientes con dolor crónico de columna padece un cuadro depresivo y el 35 por ciento sufre ansiedad. El impacto de este tipo de patologías afecta también al sueño, ya que el dolor despierta por las noches al 43% de los pacientes que suelen recurrir a hipnóticos para poder conciliar el sueño.
El sobreesfuerzo, las posturas inadecuadas y el sedentarismo se asocian a dolencias tan comunes como la artrosis de columna, la estenosis del canal lumbar, las hernias discales o las fracturas vertebrales. "El envejecimiento también debilita y afecta a la estructura de la columna vertebral y, dadas las características de estos pacientes se hace necesario no sólo aplicar medidas conservadoras sino también lo menos agresivas posibles. La actualización en cirugía de la columna vertebral exige también tener en cuenta el importante número de mujeres que sufren fracturas y pérdida de masa ósea debido a la osteoporosis", destaca el doctor Francisco Villarejo, director de la Unidad de Neurocirugía de la Clínica La Luz.
En el Simposio Internacional que acoge la Clínica La Luz de Madrid se están abordando los últimos avances en los cuatro grados quirúrgicos de la patología de la columna: la congénita, centrada en casos de espina bífida, hoy prácticamente desaparecida gracias a los medios preventivos antes y durante el embarazo; la patología traumática asociada a accidentes de circulación o laborales; la patología degenerativa, cada vez más frecuente y asociada a elevados costes socio laborales y finalmente, la patología tumoral.
Cirugía "biológica" de la columna
El dolor lumbar asociado a una patología degenerativa de la columna, como la artrosis de columna o la hernia discal, es el más frecuente. La totalidad de los pacientes con una degeneración del disco intervertebral presentan un cuadro doloroso lumbar que se irradia hacia los miembros inferiores. A pesar de que con medidas conservadoras mediante el uso de analgésicos, antiinflamatorios y reposo o con técnicas de microcirugía (disectomía, fusión, artrodesis, artroplastia...) se logra devolver la estabilidad y movilidad al paciente, el 10 por ciento de los pacientes presenta un dolor crónico que no cede. Para estos casos, los expertos están descubriendo las posibilidades que ofrece el denominado tratamiento "biológico" de la columna vertebral mediante el empleo de células madre mesenquimales y el trasplante de cultivos de células (condrocitos). "El abordaje de la patología degenerativa de columna está pasando de un tratamiento mecánico basado en el uso de elementos de fijación y prótesis, a un tratamiento biológico basado en la utilización de células madre y en el cultivo de células (condrocitos)", aclara el doctor Villarejo.
Uno de los últimos avances en el abordaje del dolor lumbar, con el que se están obteniendo buenos resultados, consiste en el cultivo de células de la médula ósea de la cresta ilíaca del paciente, para después inyectarlas mediante una mínima punción percutánea en el disco intervertebral degenerado. En opinión del doctor Villarejo, "esta técnica se ha utilizado con éxito en cirugía de rodilla y cadera y ahora se abre la vía para la patología vertebral. El paciente es dado de alta a las dos horas de la extracción de las células de la cresta ilíaca y tres semanas después se le inyectan las células madre cultivadas dentro del núcleo del disco afectado".
Por otra parte, el uso de las células del cartílago, los condrocitos, permite que los pacientes reciban autoinjertos, regenerar el cartílago a su estado inicial, devolver la funcionalidad y sustituir el disco dañado. La extirpación del disco herniado se realiza mediante microcirugía y el fragmento dañado es cultivado hasta lograr la proliferación suficiente de células. Unas doce semanas después de la extirpación discal, se practica una punción para introducir el cultivo de condrocitos. "Con esta técnica, se extraen células sanas del disco sano del paciente, se cultivan y se implantan en la zona dañada con artroscopia. Es una técnica que parece abrir la vía a la 'sustitución' y regeneración completa del disco vertebral en pacientes con el disco degenerado o que han sido intervenidos de una hernia discal lumbar. Estudios europeos realizados a dos y cuatro años muestran mejores resultados en pacientes que reciben disco autólogo comparado con los que se operan solamente de la hernia discal", apunta el experto.
El reto de la osteoporosis
Las patologías de la columna vertebral asociados a la osteoporosis son comunes entre la población femenina mayor de 65 años y suelen asociarse a fracturas vertebrales. El 25 por ciento de las mujeres entre 70 y 79 años sufren fracturas de compresión vertebral, cifra que asciende hasta el 50 por ciento en féminas de 80 o más años. "Estas fracturas vertebrales causan deformidades en la curvatura de la columna, provocando pérdida de la altura de los cuerpos vertebrales y de los discos y ocasionando cifosis dorsal, lo que hace que se desplace el centro de gravedad posibilitando otras fracturas", aclara el doctor Villarejo.
Tradicionalmente, la única alternativa disponible era la descompresión quirúrgica mediante placas o tornillos, combinada o no con fármacos analgésicos. Pero, en opinión del doctor Marcelo Budke, especialista del Servicio de Neurocirugía de la Clínica La Luz, "hoy, los pacientes con dolor resistente pueden ser tratados satisfactoriamente con técnicas percutáneas mínimamente invasivas para la reducción de las fracturas vertebrales, como la vertebroplastia, la cifoplastia o la stentoplastia. Estos procedimientos se basan la introducción de cemento óseo en la vértebra fracturada, bien directamente o bien en la expansión bajo presión de un balón o un stent en los que posteriormente se inyecta cemento".
En los últimos años la utilización de implantes de titanio, como el stent, para la recuperación y reducción de fracturas vertebrales está demostrando presentar un gran potencial ya que permite recuperar la altura vertebral, conseguir la estabilización de los fragmentos fracturados y crear un compuesto de titanio, cemento y hueso en el paciente.
Por último, el director gerente de la Clínica La Luz, el doctor Joaquín Martínez, considera que tanto la terapia celular como la microcirugía representan dos de las principales características de la Medicina más avanzada: la individualización del tratamiento según las particularidades de cada persona y la reducción al mínimo de las molestias para los pacientes mediante el uso de técnicas mínimamente invasivas.
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