La oncología, protagonista de uno de cada tres ensayos clínicos en España
La mejora de los fármacos estabiliza el coste sanitario del abordaje del cáncer pese al aumento en las tasas de incidencia.
El hecho de contar con profesionales sanitarios de prestigio y altamente cualificados, un Sistema Nacional de Salud que figura entre los mejores del mundo por su calidad e infraestructuras, una industria farmacéutica comprometida con la investigación y un marco legal que facilita estas actividades, sobre todo desde la aprobación del nuevo Real Decreto de Ensayos Clínicos, han convertido a España en uno de los países de Europa con mejores condiciones para la investigación de nuevos fármacos contra el cáncer, enfermedad cuyo Día Mundial se celebra el 4 de febrero.
De hecho, el 37% de los ensayos clínicos realizados en España, englobando tanto los promovidos a iniciativa de la industria farmacéutica como los impulsados por entidades públicas, se desarrollan en el ámbito de la oncología, frente al 24% de la media europea, según datos del Registro Europeo de Ensayos Clínicos (EudraPharm) correspondientes a 2015. Pero, además, la investigación y desarrollo de nuevos antitumorales, cuyos ensayos son de los de mayor complejidad, centra una parte muy importante de los esfuerzos que en materia de investigación lleva a cabo la industria farmacéutica innovadora.
En concreto, el 50% de los ensayos clínicos llevados a cabo en España por la industria farmacéutica innovadora en 2015 (a falta de conocer los datos definitivos de 2016) en colaboración con hospitales y centros de investigación se han desarrollado en el ámbito de la oncología, según los últimos datos del Proyecto BEST, plataforma de excelencia en investigación clínica de medicamentos en España impulsada por la industria de la que ya forman parte 45 laboratorios, 58 hospitales y tres grupos de investigación independientes.
En un contexto de incidencia creciente de los casos de cáncer, los ensayos clínicos de nuevos antitumorales han ido ganando importancia en la última década respecto a otras áreas terapéuticas. Así, la presencia de este tipo de investigación respecto a la desarrollada en torno a otras patologías ha crecido casi un 20% en la última década, pasando de representar el 30,6% de todos los ensayos clínicos en el periodo 2004-2008 al 35,4% en 2009-2013, y llegando finalmente a alcanzar el 50% del total en el año 2015.
Del mismo modo, en los últimos años ha crecido también el interés de los centros sanitarios por participar en estos ensayos, según el Proyecto BEST. Así, mientras que en 2004-2008 sólo el 27,5% de las participaciones de los hospitales en ensayos clínicos correspondían a oncología, entre 2014 y el primer semestre de 2016 el porcentaje de las participaciones de los centros con investigación clínica en ensayos de nuevos antitumorales fue ya del 40,7%.
Todos estos factores permiten que España figure, junto con Alemania, Bélgica, Francia, Hungría e Italia, entre los seis países de Europa con menor plazo para iniciar un ensayo clínico en oncología, con sólo 139 días desde que se presenta la documentación hasta que arranca el proceso, según datos del primer semestre de 2016.
Por otro lado, pese a que la incidencia del cáncer sigue creciendo (en 2015 se registraron en España 247.771 nuevos casos, un millar más que la previsión para 2020, según los últimos datos de la Sociedad Española de Oncología Médica), los fondos destinados a combatir esta enfermedad se mantienen estables, en términos relativos, desde hace dos décadas.
Así, pese a que el citado incremento de la incidencia hace que en Europa el cáncer ya sea responsable de una de cada cuatro muertes, el tratamiento de la enfermedad no ha superado en los últimos 20 años, de media, el 6% del total del gasto sanitario en el continente, según recoge un informe del Instituto Sueco de Economía de la Salud (IHE) realizado en 2016.
La principal causa de que este capítulo del gasto sanitario se haya mantenido estable a lo largo de los años pese al notable incremento de la incidencia del cáncer, concluyen los autores del informe, es el desarrollo de nuevos antitumorales con cada vez menos efectos secundarios y administración oral que han permitido que muchos pacientes que antes se trataban en el hospital puedan ahora seguir su tratamiento de forma ambulatoria.
Asimismo, el coste de los antitumorales sólo supone el 23% del coste del abordaje sanitario del cáncer en los países europeos (datos de 2014), según el citado informe, un porcentaje que cuatro años antes era algo inferior (20%). Los autores sostienen que este incremento relativo responde más a la moderación del crecimiento o incluso la caída de otros capítulos de gasto vinculados al cáncer, como la reducción del tiempo de hospitalización.
Siguiendo esta misma tendencia, y en lo que se refiere al gasto en fármacos innovadores contra el cáncer en España, la factura se ha mantenido estable desde 2009 hasta la actualidad a pesar del aumento de la incidencia registrado en estos años, suponiendo siempre en torno al 10% del gasto farmacéutico total (incluyendo hospitales y oficinas de farmacia), y ello pese a que en los últimos cuatro años se han incorporado al arsenal terapéutico 33 nuevos antitumorales, según datos de farmaindustria.
Por otro lado, los nuevos antitumorales, cada vez más precisos y con menores efectos secundarios, han tenido un papel protagonista, junto a otros factores como los avances en cirugía y radioterapia o los esfuerzos en materia de detección precoz, al conseguir mejores tasas de supervivencia en las últimas décadas.
De hecho, según las últimas estimaciones (2000-2007), la supervivencia relativa de los pacientes con cáncer en España es similar a la del resto de países del entorno, situándose en un 53 % a los 5 años, un dato que dibuja una tendencia ascendente respecto a los periodos anteriores, ya que en 1995-1999 el porcentaje se situaba en el 49% a los cinco años, similar a la tasa europea, y en el periodo 1990-1994 en el 45% (dato de Europa), según las estimaciones de la base de datos Eurocare.
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