Stephen Matlin, consejero delegado y socio fundador de Life Lenght
“Vigilar la longitud de tus telómeros puede salvarte la vida”
Es experto en finanzas, con un MBA por la Harvard Business School, pero Stephen Matlin (Los Ángeles, 1967), decidió hace seis años poner en marcha junto a sus socios una empresa científica en España. Hoy Life Lenght es pionera en el mundo con su tecnología para medir la longitud de los telómeros, unos biomarcadores cuyo acortamiento se relaciona con el envejecimiento celular y el desarrollo de enfermedades como el cáncer.
Stephen Matlin, consejero delegado de Life Lenght. / Alvaro Minguito / SINC
Stephen Matlin es consejero delegado y socio fundador de Life Lenght. Creada en Madrid en septiembre de 2010 como una spin-off del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), la firma es líder mundial en el desarrollo de análisis avanzados para medir la longitud de los telómeros, unas estructuras de ADN y proteínas que se encargan de proteger a los cromosomas.
Con frecuencia se comparan con las fundas plásticas de los extremos de los cordones de los zapatos, cuya función es evitar que se deshilachen. Según explica Matlin a Sinc, “estos biomarcadores permiten conocer con exactitud la edad biológica de las personas y su acortamiento crítico contribuye a la aparición de enfermedades relacionadas con la edad”.
El test TAT de Life Lenght, que se distribuye a través de especialistas, tiene un coste de 200 euros y mide la longitud de los telómeros con un análisis de sangre
El responsable cuenta que la técnica de medición que emplea su compañía se desarrolló inicialmente en el CNIO por el equipo de María Blasco, actualmente directora de esta institución y una de las mayores expertas en el mundo en el campo de los telómeros y la telomerasa, y en su relación con el envejecimiento y el cáncer.
Blasco, que ya se ha desvinculado de Life Lenght –por incompatibilidad con su actual cargo– “fue una de las de las personas involucradas en la formación de la empresa”, indica el directivo de esta firma, que cuenta con laboratorios en el Parque Científico de la Universidad Autónoma, en Cantoblanco (Madrid).
“Lo que hemos hecho en estos seis años –añade– es mejorar e industrializar el test al que hemos denominado Telomere Analisis Tecnology (TAT). Esta prueba, que cuantifica la longitud telomérica individual en muestras de sangre y en células en cultivo, facilita la medición precisa mediante la unión de un marcador fluorescente a los telómeros, cuyo tamaño es de aproximadamente 10 nanómetros”.
Medir los telómeros cromosoma por cromosoma
La empresa trabaja con un sistema de alta capacidad automatizado y robotizado que hace posible el análisis de grandes volúmenes de muestras en plazos cortos de tiempo. “Somos la única compañía capaz de medir los telómeros cromosoma por cromosoma”, destaca Matlin.
El TAT ha recibido la máxima certificación del Center for Medicare & Medical Services (CMS), la agencia del Gobierno de EE UU responsable de supervisar las pruebas de laboratorio clínico en ese país. También ha obtenido la acreditación ISO 15189, reconocida en más de 60 países para las pruebas diagnósticas de calidad.
"Nuestra prueba determina el nivel de envejecimiento celular y los médicos la usan para tratar al paciente de acuerdo con su edad biológica"
Este test, que ya ha sido patentado, “se usa para determinar la edad biológica de las personas, que en ocasiones no coincide con la cronológica. Esa información está en la longitud de los telómeros”, dice Matlin.
Cada vez que una célula se divide duplica sus paquetes de ADN, pero los extremos de los cromosomas, es decir los telómeros, no son copiados hasta el final, de manera que se van acortando. “Cuanto más envejecida está una célula, más divisiones ha realizado y más cortos son sus telómeros”, agrega.
“Hemos sido pioneros en el mundo en crear un negocio a partir de la medición de estos biomarcadores –señala el consejero delegado–. Más de 20.000 estudios clínicos han demostrado que las personas con telómeros cortos tienen más riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes 2, problemas de fertilidad, arteriosclerosis y, por supuesto, cáncer. Así que vigilar la longitud de tus telómeros te puede salvar la vida”.
Patologías relacionadas con la edad
El envejecimiento, comenta Matlin, “es un proceso muy heterogéneo, es diferente para cada persona, depende de factores genéticos, pero también del ambiente y del estilo de vida. Nuestro test determina el nivel de envejecimiento celular y los médicos lo están usando ya para tratar al paciente de acuerdo con su edad biológica y no solo basándose en la cronológica”.
El análisis telomérico de Life Lenght –detalla– “puede detectar de manera precoz los riesgos de padecer enfermedades propias de la edad muchos años antes de lo que se ve en las pruebas metabólicas. El acortamiento crítico de los telómeros es el factor que genera la senescencia celular y, por tanto, la pérdida de capacidad de renovación de las células y el envejecimiento órganos y tejidos”.
Así, “una persona de 40 años cronológicos, pero con una edad biológica de 50, debería empezar a hacerse pruebas de colonoscopia mucho antes de lo que normalmente se aconsejaría”, indica Matlin.
"Una persona de 40 años cronológicos, pero con una edad biológica de 50, debería hacerse pruebas de colonoscopia mucho antes"
Life Lenght no vende directamente su prueba a pacientes. El TAT lo utilizan médicos de 35 países. “Forma parte de una analítica completa que se hace anualmente. De esta forma, se puede ver el ritmo de envejecimiento celular y si están funcionando las medidas para la mejora del estilo de vida que se hayan pautado”.
Según el directivo, en estos momentos hay más de 1.000 facultativos en esos países que compran los kits de la firma, extraen muestras de sangre de sus pacientes y las envían a los laboratorios de la empresa en el campus de Cantoblanco.
Estos kits –señala Matlin– “son muy sencillos. Constan de un tubo para la extracción de sangre, una bolsa de seguridad para introducir el tubo, un gel refrigerante que debe congelarse con 24 horas de antelación, y formularios y etiquetas para asegurar el anonimato del paciente. El paquete nos llega por mensajería internacional a nuestros laboratorios”.
Además de médicos, la firma tiene como clientes a empresas farmacéuticas y a fabricantes de suplementos nutricionales y compuestos vitamínicos, que usan su test para validar la eficacia de sus productos.
Participación en ensayos clínicos
Stephen Matlin destaca que Life Lenght está ahora mismo participando en varios ensayos clínicos. Uno de ellos con una multinacional farmacéutica estadounidense –de la que no puede revelar el nombre “por un acuerdo muy estricto de confidencialidad”– que figura entre las más grandes del mundo. La firma está usando la tecnología de la compañía española para medir la longitud de telómeros en las pruebas de un medicamento anticancerígeno “cuyo mecanismo de actuación es la inhibición la telomerasa”.
La telomerasa –explica– “es la enzima encargada de reparar y alargar los telómeros, pero el gen que la produce está desactivado en los individuos adultos. Sin embargo, sí está presente en los tumores y puede convertir a las células cancerosas –que se dividen indefinidamente– en inmortales. Por ello, una forma de combatir muchos tipos de cáncer es interrumpir este ciclo de reproducción celular suprimiendo la expresión de esta enzima”.
Según Matlin, su firma colabora con esta multinacional “en un gran ensayo clínico para comprobar la eficacia de la supresión de la expresión de esta enzima en tratamientos contra el cáncer, que involucra a más de 1.000 personas. Y todos los análisis con el TAT se realizan en nuestros laboratorios”.
"Más de 7.000 publicaciones científicas han demostrado que el acortamiento de los telómeros es una causa fundamental en el desarrollo del cáncer"
Además, Life Lenght tiene una participación muy activa en estudios académicos. “Estamos colaborando en múltiples proyectos europeos de Horizonte 2020. Uno de los que ya están finalizados, llamado EuroBATS, ha estudiado las similitudes y diferencias en la salud de 8.000 gemelos idénticos, liderado por Kings College, en Londres. Nosotros nos encargamos de medir los telómeros de esas personas para ver su nivel de envejecimiento celular”, señala.
Su tecnología –comenta– también está siendo utilizada en otra iniciativa europea llamada Brain Age, dirigida por la Universidad de Jena (Alemania), que se centra en adquirir conocimiento para entender el envejecimiento en enfermedades neurodegenerativas. Otro proyecto en el que colabora es FRAILomic, liderado por el Hospital Universitario de Getafe (Madrid), que investiga biomarcadores para identificar factores que convierten la fragilidad en discapacidad, todo ello relacionado con el envejecimiento de la población.
Abaratar las pruebas de seguimiento del cáncer
Pero el proyecto más ambicioso en el que está trabajando Life Lenght es ONCOCHECK. La empresa ha recibido 3,1 millones de euros del programa europeo Horizonte 2020 para llevar a cabo durante los próximos dos años un estudio clínico con 1.200 adultos y 300 niños en seis hospitales de Madrid y Barcelona –entre ellos La Paz, Niño Jesús y Vall d’Hebron– desde los que se incorporarán los distintos pacientes participantes.
El objetivo –dice Matlin– es demostrar la utilidad clínica de la prueba TAT de medición de longitud de los telómeros como un biomarcador pronóstico en el tratamiento de distintos tipos de cáncer: pulmón, próstata y leucemias. “Y todo ello con un análisis de sangre cuyo coste es de 200 euros, frente a otras pruebas de seguimiento que se realizan en la actualidad que cuestan entre 2.000 y 5.000 euros y que, además, requieren equipamiento complejo y especializado”.
Según el consejero delegado, “hay mas de 7.000 publicaciones científicas que han demostrado que el acortamiento de los telómeros es una causa fundamental en el desarrollo del cáncer. Esto ya es indiscutible”.
El test de la firma se pondrá a prueba en un estudio clínico oncológico con 1.500 personas en seis hospitales en España
Matlin subraya que “el cáncer ya es la primera causa de muerte por delante de enfermedades cardiovasculares en el mundo occidental”. De media –añade– “el coste del tratamiento anual del cáncer está en torno al billón de euros en España y va a ir a más porque la longevidad es el primer factor de riesgo de cáncer: cuando los telómeros se hacen críticamente cortos, se producen mutaciones”.
La tecnología de Life Lenght –continúa– “es la única en estos momentos que permite medir los telómeros con una gran precisión y de forma sencilla, por eso la UE nos ha concedido este proyecto. La información que damos al oncólogo es de gran utilidad para que pueda ofrecer un tratamiento más personalizado a cada paciente”.
Por ejemplo, comenta el responsable, “aproximadamente el 50% de pacientes con cáncer de pulmón no responde favorablemente a los tratamientos de primera fase, que son los de radioterapia y quimioterapia. Si el oncólogo tuviera de antemano la información de la longitud telomérica –cuanto más corta, más riesgo– podría decidir si realizar estos tratamientos o directamente operar para extirpar el tumor antes de que crezca más”.
Matlin espera que ONCOCHECK acabe convirtiéndose en una prueba habitual en los tratamientos de cáncer: “Que cuando a alguien se le detecte un tumor de forma rutinaria se midan sus telómeros para un mejor protocolo en el tratamiento”.
"Espero que ONCOCHECK se convierta en una prueba habitual, que cuando a alguien se le detecte un tumor se midan sus telómeros de forma rutinaria"
Además del uso del test en oncología, la firma está trabajando para aplicarlo en otros ámbitos como la infertilidad y las enfermedades neurodegenerativas, “donde la información sobre la longitud de los telómeros es fundamental”.
El reto de innovar en España
El consejero delegado y cofundador de Life Lenght considera que ha sido un gran reto crear una compañía científica en el campo de las ciencias de la vida en España. “Es difícil en cualquier sitio, pero aquí estamos lejos de los grandes centros de investigación en biotecnología que hay, por ejemplo, en Reino Unido, Suiza o Estados Unidos. Por ello, es más complicado alcanzar el entorno favorable que existe en estos países”.
La firma ha sido totalmente financiada con fondos privados procedentes de los socios fundadores, entre los que se encuentra la Fundación Botín. “Hoy después de seis años de esfuerzo y 9 millones de euros invertidos, sin ninguna ayuda pública, hemos convertido a esta compañía española en referente mundial. Debería tener un mayor reconocimiento del que tiene en este país”, concluye.
Ana Hernando
Periodista especializada en ciencia, tecnología y economía. Redactora de la sección de innovación de SINC.
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