El paciente infanto-juvenil con sensibilización central suele necesitar apoyo psicológico
La Sociedad Española del Dolor recuerda que los jóvenes con sensibilización central experimentan una reducción de la actividad social, deportiva y escolar, por lo que en algunos casos necesitan una actuación especializada
Eva Fariña | 23 - marzo - 2018 12:42 pm
La sensibilización central (SC) afecta de manera muy especial a la vida cotidiana de los niños y los jóvenes que tienen este trastorno, ya que se produce una reducción de la actividad social, deportiva y escolar, como indica Jesús Cebrián Pazos, especialista del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y miembro de la Sociedad Española del Dolor (SED). “Estos chicos experimentan un empeoramiento de la calidad de vida, a lo que se une la preocupación familiar y una dependencia aumentada de los cuidadores”, añade este especialista.
Todas estas circunstancias producen “una importante alteración de su estado de ánimo, aunque es variable en intensidad”, dice Jesús Cebrián, quien añade que, en estos casos, “el apoyo psicológico es fundamental y, en determinadas circunstancias, los jóvenes requieren una actuación especializada”.
Una de las recomendaciones que hace el profesional de la SED es que estos chicos practiquen actividad física, como, por ejemplo, deporte aeróbico adaptado a los gustos personales. “Es mejor que este ejercicio se realice en grupo con el objetivo de estimular vínculos sociales que pueden estar empobrecidos”, recomienda.
Alcohol y tabaco
Los factores de riesgo como el consumo de alcohol o de tabaco puede afectar de forma especial a los niños y jóvenes con sensibilización central. En general, se pueden incrementar las conductas adictivas, como el consumo dedrogas o la dependencia a medios virtuales, dice el Dr. Cebrián, quien añade que todavía falta mucho por avanzar en el conocimiento de la sensibilización central, por lo que “se siguen ensayando tratamientos en todas sus versiones, farmacológica, fisioterapia, abordaje psicológico, etc.”.
En su opinión, los padres o cuidadores de los niños con SC necesitan un determinado tipo de formación y mantener una “colaboración activa para favorecer la adherencia a los tratamientos, sobre todo en higiene deportiva y modificación de conductas inapropiadas, como el sedentarismo oel absentismo escolar”.
También, los educadores necesitan tener información de la sensibilización central, ya que en ocasiones estos niños y jóvenes necesitan algún tipo de apoyo en el colegio. “Los profesores deben conocer las condiciones especiales de los adolescentes con SC, que tienen una mayor vulnerabilidad física y psicológica. Lo ideal es ofrecer apoyo y estímulo al niño o adolescente, aunque sin una protección excesiva que impida madurar al individuo”, concluye Jesús Cebrián.
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