JORNADAS DE LA SEIS
Lo que la IA puede hacer contra el cáncer
Los sistemas de inteligencia artificial pueden resultar de gran utilidad para las decisiones en oncología. Genética, imagen, procesos y resistencias antimicrobianas son las áreas que más se pueden beneficiar.
Rosalía Sierra. Málaga | 19/06/2018 00:00
Pablo Sánchez Cassinello, Jesús Galván (director técnico de las jornadas), Rafael Sánchez Herrero, José Juan Moratilla, Miguel Ángel Montero, Ignacio Lage y Carlos Luis Parra (coordinador de las jornadas). (DM)
Precisión y salud. Sistemas de ayuda a la decisión (SAD) contra el cáncer. Éste es el lema que presidió las XXV Jornadas Nacionales de Innovación y Salud en Andalucía, organizadas por la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS) y celebradas la pasada semana en Málaga. Unas palabras que engloban un amplio abanico de elementos en los que la intervención de las TIC y la inteligencia artificial (IA) resulta crucial.
Lo primero, estructurar qué se quiere conseguir en las jornadas. Ya lo dijo el presidente de la SEIS, Luciano Sáez: un documento de consenso que defina cómo introducir los SAD en la lucha contra el cáncer. Lo segundo, definir en qué ámbitos estos sistemas son de más ayuda.
Cuatro han sido los ganadores: genómica, imagen, tratamientos integrados y resistencias antimicrobianas.
Tocaba ponerse manos a la obra. Los asistentes se dividieron en cuatro talleres donde batallaron para definir qué aportan los SAD, cómo estructurarlos y qué barreras existen. Los coordinadores de cada taller explican las conclusiones.
- El uso de información genética será de ayuda siempre que se actualice en la historia y haya estándares en el procesado de los datos
Evaluar el ‘big data'
El primero, el de genómica. "Debemos tener una idea clara de lo que la IA puede aportar, y establecer límites al uso de big data desde el control y la evaluación", explica Ignacio Lage, responsable del Área de Proyectos de la Subdirección de TIC del Servicio Andaluz de Salud.
El uso de la información genética del paciente será de gran ayuda siempre que "se actualice permanentemente en la historia clínica y existan estándares en el procesamiento de los datos". Por ello, los asistentes al taller reclaman repositorios centralizados, bases de datos públicas (incluyendo información de centros públicos y privados) e interoperabilidad, así como formación de los clínicos.
Por lo que respecta a la imagen, es básico que éstas permitan la retroalimentación, es decir, "el uso de los metadatos para establecer comparaciones, definir resultados en salud y controlar las dosis de radiación", describe José Juan Moratilla, director de negocio de Servicios Digitales de Siemens Healthineers.
Definir indicadores
Por ello, el desarrollo de un SAD de imagen debe contar con indicadores de seguridad del paciente y resultados en salud, retorno de la inversión, impacto social y parámetros de calidad.
En el caso de los tratamientos integrados, los coordinadores del taller, Rafael Sánchez Herrero, director general de Innovación y Resultados en Salud de Sacyl, y Pablo Sánchez Cassinello, director del Área de Salud para Iberia de Accenture, optaron por centrarse en un proceso, el de cáncer de pulmón, y definir en qué puntos las TIC pueden resultar de más utilidad.
Porque de eso precisamente trata la cosa: de utilidad. "Si el médico no considera que las TIC son usables, no hay más que hablar. Su aprobación es condición necesaria", opina Sánchez Cassinello.
Asimismo, un problema al que se enfrenta el desarrollo de los SAD es "romper con la tendencia de incidir en puntos del proceso, de forma vertical, y buscar un abordaje más trasversal".
También sobre la utilidad debatieron en el grupo de resistencias, ya que una herramienta aplicada a ese ámbito ha de ser "ágil, rápida y no invasiva, que facilite el trabajo", describe Miguel Ángel Montero, director de Sanidad y Servicios Sociales de Informática El Corte Inglés.
Y, puestos a pedir, lo ideal sería un desarrollo "que permitiera combinar la información de las guías clínicas con lo que realmente se hace en el día a día, porque de esta forma el resultado sería una guía más útil, realista y que incluso podría introducir elementos predictivos".
Pero, ¿cómo pagamos todo esto?
El mercado de la inteligencia artificial está creciendo de una forma exponencial durante los últimos años, "y está permeando en múltiples sectores, incluido el de la salud", explicó Francisco Javier García Vieira, director de Servicios Públicos Digitales, durante las XXV Jornadas Nacionales de Innovación y Salud en Andalucía.
Esta penetración, que puede producirse en muchos ámbitos (sistemas de ayuda al diagnóstico, análisis de imágenes, explotación de datos de historias clínicas, etc.) tiene, no obstante, un coste. Sin embargo, "para el desarrollo de nuevos sistemas que incorporen esta tecnología desde el punto de vista de la I+D+i, existen numerosas fuentes de financiación de proyectos".
Diversas opciones
Así, García Vieira citó programas internacionales, como el europeo Horizonte 2020, y nacionales, como el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica de Innovación, del Ministerio de Economía, y los distintos programas del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y la propia Red.es.
Además, afirmó que, en general, "no son necesarias inversiones masivas, ya que no suele ser preciso realizar despliegues de infraestructuras". A su juicio, lo que requieren estos sistemas es, normalmente, "cambios en la forma de trabajar".
Por ello, el experto considera que "el principal problema para el desarrollo e implantación de estos sistemas no parece que sea la financiación, sino otras barreras de tipo organizativo".
Coincide con este punto de vista Alejandro Pazos, director del Departamento de Computación de la Universidad de La Coruña y del Laboratorio de Informática Médica y Diagnóstico Radiológico (Rnasa-Imedir). "Hay bastante financiación", afirmó tajante, sumando a las vías enumeradas por García Vieira los fondos autonómicos. Sin embargo, "el principal problema está en la gestión de los fondos, porque a menudo se conceden en octubre y los proyectos debemos cerrarlos en noviembre, lo que dificulta planificar bien".
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