El futuro de los tumores neuroendocrinos pasa por el estudio de marcadores genéticos y moleculares
Expertos señalan que la asignatura pendiente en el diagnóstico del cáncer de tiroides es saber qué nódulo tiroideo maligno va a ser agresivo y cuál no
El Médico Interactivo | 21 - septiembre - 2018 1:45 pm
Con 15 casos nuevos al año entre las mujeres españolas y 6 entre los hombres por cada 100.000 habitantes, la incidencia del cáncer de tiroides en nuestro país está aumentando, aunque su tasa de supervivencia es muy alta, situándose en el 95 por ciento. En este sentido, Juan Carlos Galofré, coordinador del Área de Conocimiento de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (TiroSEEN), manifiesta que “la asignatura pendiente en el diagnóstico del cáncer de tiroides es saber qué nódulo tiroideo maligno va a ser agresivo y cuál no. El estudio de marcadores genéticos y moleculares aportará en el futuro información valiosa”. Esta es una de las cuestiones que se han querido poner de relieve desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), desde la que se insiste en que son necesarios más estudios para identificar factores de riesgo modificables que prevengan la aparición de tumores neuroendocrinos.
Cabe recordar que los tumores neuroendocrinos derivan de las células neuroendocrinas, distribuidas por todo el organismo, especializadas en producir distintas hormonas dependiendo del órgano en que se alojen. De esta forma, los tumores neuroendocrinos aparecen en distintos órganos y sistemas, siendo la localización más frecuente el sistema digestivo, principalmente el páncreas, seguido del intestino delgado.
Cristina Lamas, coordinadora general del Área de Neuroendocrinología de la SEEN, explica que los tumores neuroendocrinos suelen clasificarse en función de su localización, “pero también de su mayor o menor agresividad, de su tamaño y extensión, y de su capacidad para fabricar y liberar hormonas”, apunta la especialista. Estas hormonas producidas en exceso son responsables de los síntomas asociados a estos tumores: dolor abdominal, obstrucción intestinal o biliar, tos, dificultad respiratoria, diarrea, hipoglucemias, hipertensión arterial, diabetes, alteraciones hidroelectrolíticas, úlceras gastrointestinales, etc. “A menudo, es el estudio de estos síntomas por un endocrinólogo el que lleva al diagnóstico. Nuestro conocimiento de las características del tejido endocrino nos va a permitir elegir las mejores técnicas diagnósticas para cada paciente y su correcta interpretación”, afirma la experta.
Las razones del aumento de la incidencia
Respecto a por qué aparecen más casos de tumores endocrinos, Juan Carlos Galofré aportaba que “algunos expertos consideran que se debe a factores poco estudiados, como la posible acción de disruptores endocrinos (contaminantes ambientales) o cambios en el estilo de vida y alimentación; otros consideran que estamos diagnosticando mucha enfermedad indolente como resultado de campañas de prevención. Los partidarios de esta última hipótesis fundamentan su opinión en que el aumento de incidencia no se traduce en un aumento de mortalidad”.
En cuanto a los retos, el experto concluye que “en el cáncer de tiroides todavía no sabemos ajustar bien qué tratamiento necesita cada enfermo. En este sentido probablemente nuestro mayor defecto es que sobrediagnosticamos y sobretratamos mucha enfermedad poco agresiva, con la consiguiente angustia por parte del paciente, y aplicamos tratamientos radicales, como la tiroidectomía total (en la que se extirpa la totalidad de la glándula tiroides), cuando bastaría con hacer hemitiroidectomías (extirpación de uno de los dos lóbulos de la glándula”. Así, insistía en la idea de que el futuro está en realizar este tipo de estudios.
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