lunes, 23 de septiembre de 2019

El dolor y el cáncer (PDQ®) 6/6 –Versión para profesionales de salud - Instituto Nacional del Cáncer

El dolor y el cáncer (PDQ®)–Versión para profesionales de salud - Instituto Nacional del Cáncer

Instituto Nacional Del Cáncer

El dolor y el cáncer (PDQ®)–Versión para profesionales de salud

Abordajes generales para el tratamiento del dolor

Abordaje de la toma de decisiones

El manejo del dolor varía mucho en términos de complejidad. El proceso de toma de decisiones supone una cuidadosa consideración de muchos factores relacionados con el paciente y relacionados con el dolor. Estos pueden incluir, pero no se limitan, al mecanismo del dolor, la expresión del dolor, los tratamientos previos, las opciones disponibles y el pronóstico. El reconocimiento de síndromes específicos de dolor puede ser útil para guiar el manejo.

Abordaje del dolor somático

El daño o la inflamación de los músculos, las articulaciones, la piel, el tejido conjuntivo o los huesos afectados pueden conducir a la activación de vías nociceptivas que producen dolor somático. A menudo, este tipo de dolor está bien localizado; se puede describir como de naturaleza aguda, sorda, palpitante o punzante, y suele empeorar con el movimiento. Con frecuencia, se puede controlar con acetaminofén, antinflamatorios y opioides. El dolor óseo relacionado con metástasis es particularmente común en los pacientes de cáncer; se examina con mayor detalle a continuación.

Dolor óseo

El dolor óseo producido por la enfermedad metastásica es una de las causas más comunes de dolor en pacientes con cáncer.[1,2] El hueso es un tejido muy inervado con receptores sensibles a los daños mecánicos.[3] También es una característica fisiopatológica central del dolor óseo, la compresión de las fibras nerviosas en la matriz ósea colapsada que está causada por el aumento de la actividad osteoclástica y la liberación de citocinas inflamatorias por las células cancerosas y las células inmunitarias.[3] Por lo general, los pacientes describen el dolor como continuo, profundo y palpitante, con breves episodios de dolor más intenso precipitados a menudo por el movimiento (es decir, un tipo de dolor esporádico).
La mayoría de los pacientes necesitan morfina o un opioide equivalente para el alivio adecuado del dolor, aunque el dolor esporádico es menos sensible al tratamiento. Los fármacos adyuvantes tales como los medicamentos antinflamatorios no esteroides y los corticosteroides se prescriben a menudo y parecen ser moderadamente eficaces e inocuos.[4]
Además de proporcionar analgesia, el médico introduce tratamientos diseñados para prevenir un mayor debilitamiento de la integridad del esqueleto, lo que puede conducir a la pérdida del estado funcional o aún más dolor. Los fármacos dirigido al hueso, como los bisfosfonatos (ácido zoledrónico o pamidronato) o el denosumab (para obtener más información, consultar la sección Bisfosfonatos y denosumab de este sumario) han demostrado que reducen los episodios esqueléticos futuros relacionados y reducen la probabilidad de un aumento del dolor o un aumento del uso de opioides en pacientes de cáncer en estadio avanzado.[5]
La radioterapia paliativa produce un alivio completo o parcial del dolor en hasta en 80 % de los pacientes tratados; la mediana de duración de alivio es superior a 6 meses.[6] (Para obtener más información, consultar la sección Radioterapia de haz externo de este sumario).
Por último, con frecuencia es necesaria una consulta ortopédica para determinar si se necesita una intervención quirúrgica para prevenir o tratar fracturas patológicas.

Abordaje del dolor visceral

El dolor visceral es un tipo de dolor nociceptivo que se origina en los nociceptores que inervan los órganos viscerales. Hay varias características de dolor visceral que participan en el abordaje terapéutico:
  1. No todos los órganos internos tienen nociceptores. De modo característico, las vísceras huecas (estómago, intestino, vejiga y uréteres) están inervadas y responden al daño inducido por factores mecánicos, inflamatorios y químicos. Por ejemplo, las sensaciones procedentes del hígado o el bazo generalmente obedecen a la distensión de la cápsula.
  2. Existe una correlación limitada entre el grado de la lesión visceral y la intensidad del dolor percibido.[7]
  3. Con frecuencia, es difícil de localizar la fuente del dolor visceral. El dolor reflejo se puede percibir como alejado del verdadero órgano afectado (por ejemplo, dolor en el hombro con lesión esplénica).
  4. En el fenómeno de la sensibilización, la actividad normal de un órgano se percibe como dolorosa, como la inflamación del estómago que provoca hipersensibilización o hiperalgesia relacionada con el peristaltismo del estómago.
Los opioides siguen siendo el tratamiento principal para el dolor visceral intenso o que provoca sufrimiento.[8] También son importantes los estudios radiográficos para buscar causas subyacentes que se pueden modificar con otras intervenciones (por ejemplo, obstrucción intestinal).

Abordaje del dolor neuropático

El dolor con rasgos que indican dolor neuropático es común en los pacientes con cáncer y puede tener importantes consecuencias negativas. En un estudio de 1051 pacientes de cáncer, se encontró que 17 % tenían dolor neuropático. Estos pacientes notificaron que tenían funcionamiento físico, cognitivo y social más precario que aquellos con dolor nociceptivo, tomaban más medicamentos analgésicos y dosis más altas de opioides y tenían peor estado funcional.[9] Se considera que el dolor neuropático es menos sensible a los opioides. Además de los opioides o en su lugar, se han estudiado múltiples opciones terapéuticas. La mayoría de estos estudios se realizaron en pacientes con fuentes no malignas de dolor neuropático y pueden no ser aplicables a pacientes de cáncer con características etiologías diferentes de su dolor neuropático.
La gabapentina se puede utilizar como monoterapia en el entorno de primera línea para el dolor neuropático o como terapia combinada si los opioides, los antidepresivos tricíclicos (ATC) u otras sustancias no proporcionan un alivio adecuado. La gabapentina mejoró la analgesia cuando se añadió a los opioides para el dolor neuropático no controlado relacionado con el cáncer.[10,11] Cuando se utilizó gabapentina como adyuvante para un régimen de opioides, se observó una mejora del control del dolor en el término de 4 a 8 días.[12] En un ensayo sin enmascaramiento de pregabalina en comparación con fentanilo en 120 pacientes de cáncer con dolor neuropático verificado, los pacientes que tomaban pregabalina tuvieron el doble de probabilidades (73,3 %) que los que tomaban fentanilo (36,7 %) de informar 30 % o más de reducción del dolor, medido mediante una escala analógica visual.[13] En comparación con la monoterapia con amitriptilina, gabapentina o placebo, el uso de pregabalina produjo una disminución significativa del puntaje de dolor cuando se estudió el dolor neuropático inducido por cáncer.[14]
Cabe destacar que, en una revisión sistémica del dolor neuropático que incluyó una mayoría de pacientes con una fuente de dolor neuropático no maligna, el efecto de la gabapentina y la pregabalina pareció menos fuerte.[15] Los datos que comparan la gabapentina o la pregabalina directamente con los ATC y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN) son limitados, especialmente en pacientes de cáncer. La eficacia de los ATC y los IRSN parece ser comparable y, en algunos casos, superior a la gabapentina o la pregabalina (para obtener más información, consultar la sección de este sumario Neuropatía periférica inducida por la quimioterapia). Debido a las preocupaciones sobre los efectos secundarios y las interacciones farmacológicas, muchos médicos tienden a comenzar con gabapentina o pregabalina como tratamiento de primera línea para el dolor neuropático. Sin embargo, como se señala más adelante, ciertos síndromes neuropáticos pueden responder menos a estas sustancias. (Para obtener más información, consultar las secciones Síndrome de dolor posterior a una toracotomía y Neuropatía periférica inducida por quimioterapia). También se examinó en estudios el uso de parches de lidocaína, tramadol, capsaicina tópica y la toxina botulínica tipo A para su uso en pacientes con dolor neuropático;[15] los resultados no fueron concluyentes.

Síndrome de dolor posterior a una mastectomía

Las tasas de dolor posterior a una mastectomía oscilan entre 25 y 33 %,[16-19] haciendo de esta una complicación común. Las mujeres con dolor después de una mastectomía notan más limitaciones debido a problemas de salud físicos, emocionales y mentales.[16] Las relaciones del dolor posterior a una mastectomía en cuanto a la extensión de la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia son inconsistentes entre los estudios. En un estudio transversal, se encontraron relaciones entre el dolor posterior a una mastectomía y factores psicosociales como depresión, ansiedad, somatización y catastrofismo.[17,19]
En una serie de estudios pequeños, se examinó el efecto de la anestesia administrada durante la operación o inmediatamente después de esta, con resultados variables;[20] en un grupo se encontró una disminución del dolor durante la infusión, pero sin beneficios tras la infusión hasta 12 meses después.[21,22] El uso de venlafaxina o gabapentina durante 10 días, comenzando un día antes de la cirugía, puede reducir el dolor después de una mastectomía,[23] pero se necesitan estudios de confirmación.

Síndrome de dolor posterior a una toracotomía

El síndrome de dolor posterior a una toracotomía se define como el dolor que se presenta 2 meses después de una toracotomía y se produce en aproximadamente 50 % de los pacientes; puede estar subnotificado y subtratado. Se cree que el dolor se relaciona con un daño en el nervio intercostal durante la cirugía y por drenaje posoperatorio a través de tubos en el tórax. El dolor neuropático incluye tanto componentes como de otro tipo.[24]
Los opioides y los analgésicos no opioides son parte del abordaje estándar para su tratamiento. Están en investigación varios abordajes para el período posoperatorio inmediato. En un estudio no controlado sin enmascaramiento de parches de 5 % de lidocaína, se observó una mejoría de los puntajes de dolor un mes después de la operación.[25] En un pequeño ensayo aleatorizado de estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, se demostró una disminución del dolor y una disminución del uso de la morfina y analgésicos no opioides en el período inmediatamente posterior a la operación.[26] Se encontró que los pacientes asignados al azar para recibir crioanalgesia intraoperatoria versus placebo tenían menos dolor en momentos puntuales hasta 60 días después de la operación y que redujeron el uso de analgésicos en los primeros 3 días.[27] Son necesarias más investigaciones para confirmar estos resultados. No se pudo demostrar un beneficio de la gabapentina en un estudio aleatorizado con enmascaramiento doble, controlado con placebo, sobre la gabapentina de inicio preoperatorio y con ajuste de la dosis durante 5 días después de la operación.[28]

Neuropatía periférica inducida por quimioterapia

La neuropatía periférica es un efecto tóxico común de la quimioterapia y es predominantemente una neuropatía sensorial. Los pacientes reportan entumecimiento y hormigueo en una distribución "en guantes y calcetines". La neuropatía periférica inducida por quimioterapia (NPIQ) se relaciona con más frecuencia con compuestos de platino (por ejemplo, oxaliplatino, cisplatino y carboplatino, por orden de gravedad decreciente), los taxanos (por ejemplo, paclitaxel y docetaxel), la talidomida y los alcaloides de vinca. Entre las sustancias más nuevas, la ixabepilona, la lenalidomida, la pomalidomida y el bortezomib son fuentes comunes. Con estas sustancias, la NPIQ limita la dosis de quimioterapia administrada y esto puede afectar los resultados del tratamiento.[29] En una serie de mujeres tratadas con taxanos, aproximadamente 1 de cada 4 notificaron NPIQ.[30] Aunque la NPIQ a menudo mejora después de la suspensión o la finalización de la quimioterapia, los síntomas pueden persistir durante un año o más para algunos pacientes, especialmente aquellos tratados con taxanos.[31]
Los estudios que evalúan el tratamiento para la NPIQ han estado plagados de defectos metodológicos tales como tamaño pequeño y comparaciones sin enmascaramiento. Las diferencias en los criterios de valoración definidos también han hecho que sea difícil la comparación entre los estudios. La duloxetina es la única sustancia cuya eficacia para tratar la NPIQ se apoya en datos de un estudio grande de fase III.[32] Un grupo de investigadores encontró una disminución promedio de 0,73 en los puntajes de dolor de los pacientes cuya dosis de duloxetina diaria se ajustó hasta 60 mg diarios, en comparación con un placebo. Los pacientes también experimentaron mejoras en el funcionamiento y la calidad de vida diarios.[32] Hay quienes argumentan que, aunque estadísticamente significativa, la diferencia de menos de 1 (0,73) en una escala de dolor de 0 a 10 puede no ser clínicamente importante. La gabapentina no proporcionó un beneficio en relación con la NPIQ cuando se utilizó como monoterapia en un estudio aleatorizado, con enmascaramiento doble y controlado con placebo.[32,33]
Los investigadores estudiaron el uso de venlafaxina para prevenir y aliviar la neuropatía aguda inducida por oxaliplatino y encontraron tanto una disminución significativa de la neuropatía aguda como un mayor alivio 3 meses después del tratamiento.[34] Hay indecisión para el uso preventivo de la venlafaxina porque sus efectos antioxidantes pueden disminuir la eficacia del oxaliplatino. En las directrices de la American Society of Clinical Oncology (ASCO) para la NPIQ, no se recomienda el uso rutinario de la venlafaxina para la NPIQ debido a la falta de solidez de los datos disponibles.[35]
Las pruebas de la eficacia de la nortriptilina y la amitriptilina para la NPIQ se limitan a ensayos pequeños y, con frecuencia, de poca potencia y con resultados variados.[36-38] En las directrices ASCO,[35] se advierte contra el uso de muchas sustancias comúnmente prescritas para tratar la NPIQ en curso y no se recomienda ninguna sustancia para su prevención. Para el tratamiento, en las directrices se indica que las mejores pruebas disponibles actualmente apoyan el uso de la duloxetina, sobre la base del ensayo controlado aleatorizado mencionado más arriba.[32] A pesar de los ensayos no concluyentes, los autores indican que un ensayo de ATC con gabapentina y baclofeno/amitriptilina/ketamina tópicos puede ser razonable en vista de las pruebas que apoyan el beneficio de estos fármacos en otros tipos de neuropatía y la relativa falta de alternativas eficaces en este entorno.[39]

Abordaje del dolor perioperatorio agudo

Aspiración y biopsia de la médula ósea

La aspiración y biopsia de la médula ósea causa dolor en 84 % de los pacientes, con una intensidad notificada como grave en 8 a 35 %.[40] Los factores relacionados con mayor dolor son la duración del procedimiento (toma más de 10 minutos), edad más joven, índice de masa corporal más alto, sexo femenino, ansiedad, sitio de examen (el esternón es el más doloroso), falta de información proporcionada antes del procedimiento y falta de experiencia del médico.[41] Las intervenciones farmacológicas para el control del dolor varían desde la anestesia local,[42] hasta la sedación intravenosa con benzodiacepinas u opioides,[43] el uso de inhalación de óxido nitroso [44] y la premedicación con opioides. El abordaje de la ansiedad es una importante intervención no farmacológica.[41]

Punción lumbar

La punción lumbar es una herramienta de diagnóstico y estadificación de las neoplasias malignas hematológicas y los tumores sólidos que comprometen el sistema nervioso central. Los pacientes pueden presentar cefalea después de la punción lumbar. Las cefaleas se suelen presentar horas o días después del procedimiento y obedecen a una fuga de líquido cefalorraquídeo, la posible dilatación compensatoria de los vasos intracraneales o un aumento de tensión en el encéfalo y las meninges.[45] Se ha encontrado que el uso de una aguja atraumática de calibre pequeño reduce la incidencia de cefaleas posteriores a la punción lumbar.[46,47] En una revisión de Cochrane que incluyó 13 ensayos aleatorizados pequeños sobre todo con pacientes no oncológicos, se notificaron algunas pruebas para apoyar el uso de cafeína, gabapentina, hidrocortisona y teofilina para tratar la cefalea posterior a la punción lumbar, y la ausencia de eficacia del sumatriptán, la hormona adrenocorticotrópica, la pregabalina y la cosintropina.[48]

Tratamiento del dolor en poblaciones específicas de pacientes

Pacientes de cáncer infantil

Para obtener más información, consultar el sumario del PDQ Cuidados médicos de apoyo en niños.

Pacientes de cáncer de edad avanzada

Los pacientes de edad avanzada se definen como personas de 65 años o más que tienen un aumento importante de la incidencia de comorbilidades después de los 75 años.[49,50] Hasta 80 % de los pacientes de cáncer de edad avanzada padecen de dolor durante el curso de su enfermedad.[51] Hay preocupaciones distintivas con respecto al tratamiento del dolor por cáncer en esta población de pacientes, como resultado de un índice terapéutico reducido de muchos medicamentos analgésicos y complementarios. Los cambios fisiológicos relacionados con la edad alteran las propiedades farmacodinámicas y farmacocinéticas de los medicamentos (consultar el Cuadro 7).[52-55] El aumento de las comorbilidades y la polimedicación resultante ponen a los pacientes en riesgo de padecer de interacciones entre medicamentos y enfermedades, y de interacciones entre los medicamentos. Además, se han realizado pocos ensayos clínicos con pacientes mayores de 65 años para confirmar la inocuidad y la eficacia de los medicamentos. Para los pacientes de edad avanzada, los analgésicos se deben iniciar en dosis bajas y ajustar las dosis gradualmente. La justificación de este abordaje para esta población de pacientes es que los umbrales de dolor son más altos,[56] hay diferencias en la expresión de dolor,[57] y mayores efectos sobre el funcionamiento físico y psicosocial.[58] (Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Evaluación del dolor).
Cuadro 7. Cambios farmacocinéticos y farmacodinámicosa
Cambio fisiológico relacionado con la edadEjemplo de medicamentos afectados
AINE = medicamento antinflamatorio no esteroide.
aAdaptado de American Geriatrics Society Panel on Pharmacological Management of Persistent Pain in Older Persons,[52] Miller,[53] Bosilkovska et al.,[54] y Lexicomp Online.[55]
Disminución del funcionamiento renalAumento de acumulación de metabolitos de morfina
Aumento de riesgo de disfunción renal inducida por los AINE
Aumento de grasa corporal/disminución de agua en el cuerpoDemora en la eliminación de medicamentos lipófilos, como la metadona
CaquexiaDisminución de la absorción del fentanilo de los parches de transcutáneos [59]
Disminución del funcionamiento hepáticoProduce aumento de la biodisponibilidad por vía oral y la semivida de opioides
– Disminución de la dosis: hidromorfona, oxicodona
– Aumento del intervalo entre dosis: morfina, oxicodona
Reducción de la unión a las proteínasAumento de la sensibilidad a los medicamentos y efectos secundarios
Reducción de la actividad enzimática del citocromo P450Aumento de las concentraciones de los fármacos fentanilo y metadona
Disminución de la motilidad gastrointestinalAumento de riesgo de estreñimiento inducido por opioides
Los pacientes de edad avanzada también están en riesgo de recibir tratamiento insuficiente porque no informan que tienen dolor, tienen dificultades para comunicarse y los médicos se preocupan por los efectos adversos y los comportamientos aberrantes. El dolor persistente que no se controla adecuadamente conduce a desenlaces precarios como los siguientes en los pacientes de edad avanzada:[52]
  • Deterioro funcional.
  • Rehabilitación más lenta.
  • Cambios en el sueño y el apetito.
  • Aumento de uso de recursos de atención de la salud.
El tratamiento de la depresión subyacente puede facilitar el tratamiento del dolor.[60]
La American Geriatrics Society (AGS) recomienda el uso de acetaminofén en lugar de los fármacos antinflamatorios no esteroides (AINE), cuando sea posible, para el tratamiento del dolor musculoesquelético leve a moderado.[52] En comparación con el acetaminofén, los AINE suponen un aumento de riesgo de sangrado gastrointestinal o úlcera gastroduodenal, exacerbación de la hipertensión e insuficiencia cardíaca. La dosis máxima recomendada de acetaminofén es de 3 a 4 g por día. Cuando es necesario el uso de AINE, como en los casos de dolor inflamatorio crónico, se debe tener especial precaución en pacientes con funcionamiento renal reducido, gastropatía, cardiopatía o deshidratación.
Las siguientes son estrategias para prevenir efectos adversos gastrointestinales:[52]
  • Administración conjunta de un gastroprotector, como un antagonista del receptor H2 o un inhibidor de la bomba de protones.
  • Administración de un AINE selectivo de COX-2.
  • Administración de un AINE tópico.
Los opioides siguen siendo el pilar del tratamiento de dolor moderado a intenso en pacientes de edad avanzada. Los pacientes ancianos son más sensibles a los opioides debido a la disminución de la depuración renal y hepática de estos fármacos y sus metabolitos.[61,62] Asimismo, los pacientes de edad avanzada necesitan dosis más bajas porque logran mayor analgesia de los opioides. En un estudio retrospectivo de consumo de opioides en pacientes de edad avanzada, se encontró que necesitan menos opioides para el tratamiento del dolor agudo y crónico; que necesitan menos opioides independientemente de la vía de administración y que el dolor episódico o neuropático no alteró la correlación entre la edad y el consumo de opioides, pero se relacionó con dosis más altas de opioides.[63] Estos pacientes son más susceptibles a los efectos adversos de los opioides, como la sedación y el estreñimiento. En las directrices, se recomienda comenzar con dosis más bajas de opioides y aumentar el tiempo entre las dosis, con revaluación frecuente de control del dolor para evitar la subdosificación. Se deberá evitar la meperidina debido a su falta de eficacia y un aumento del riesgo de efectos adversos tales como convulsiones.[52]
A menudo se utilizan medicamentos complementarios con los opioides para mejorar el control del dolor de los pacientes de edad avanzada. Muchas de estos medicamentos complementarios se enumeran en los Beers Criteria for Potentially Inappropriate Medication Use in Older Adults de la AGS para evitarlas o usarlas con precaución debido al aumento de riesgo de efectos adversos [49] (consultar el Cuadro 8). Por ejemplo, se deben evitar los antidepresivos tricíclicos que por lo común se usan para tratar afecciones causadas por dolor neuropático debido a su tasa alta de efectos anticolinérgicos, sedación, y riesgo de síncope y caídas. Las alternativas indicadas para el tratamiento del dolor neuropático son la duloxetina, la gabapentina, la capsaicina tópica y los parches de lidocaína.[64]
Cuadro 8. Fármacos posiblemente inapropiados según los criterios de Beersa
Fármaco/claseEjemploFundamento
AINE = fármacos antinflamatorios no esteroides; COX-2 = cicloxigenasa-2; SNC = sistema nervioso central.
aAdaptado de American Geriatrics Society 2015 Beers Criteria Update Expert Panel.[49]
Antidepresivos tricíclicosAmitriptilina, clomipramina, imipraminaEfectos anticolinérgicos, sedación, hipotensión ortostática
Meperidina Disminución de la eficacia, posible neurotoxicidad
AINE no selectivos de COX-2Ibuprofeno, diclofenaco, naproxenoRiesgo de sangrado gastrointestinal, aumento de la presión arterial, efectos tóxicos renales
Relajantes de músculos esqueléticosCiclobenzaprina, metaxalona, metocarbamolEfectos anticolinérgicos, sedación, riesgo de fracturas
SNCEvitar o reducir la dosis en presencia de insuficiencia renalEfectos adversos en el SNC
– Gabapentina
– Pregabalina
– Duloxetina
Bibliografía
  1. Grond S, Zech D, Diefenbach C, et al.: Assessment of cancer pain: a prospective evaluation in 2266 cancer patients referred to a pain service. Pain 64 (1): 107-14, 1996. [PUBMED Abstract]
  2. Coleman RE: Clinical features of metastatic bone disease and risk of skeletal morbidity. Clin Cancer Res 12 (20 Pt 2): 6243s-6249s, 2006. [PUBMED Abstract]
  3. Falk S, Dickenson AH: Pain and nociception: mechanisms of cancer-induced bone pain. J Clin Oncol 32 (16): 1647-54, 2014. [PUBMED Abstract]
  4. Nabal M, Librada S, Redondo MJ, et al.: The role of paracetamol and nonsteroidal anti-inflammatory drugs in addition to WHO Step III opioids in the control of pain in advanced cancer. A systematic review of the literature. Palliat Med 26 (4): 305-12, 2012. [PUBMED Abstract]
  5. Patrick DL, Cleeland CS, von Moos R, et al.: Pain outcomes in patients with bone metastases from advanced cancer: assessment and management with bone-targeting agents. Support Care Cancer 23 (4): 1157-68, 2015. [PUBMED Abstract]
  6. Falkmer U, Järhult J, Wersäll P, et al.: A systematic overview of radiation therapy effects in skeletal metastases. Acta Oncol 42 (5-6): 620-33, 2003. [PUBMED Abstract]
  7. Patrizi F, Freedman SD, Pascual-Leone A, et al.: Novel therapeutic approaches to the treatment of chronic abdominal visceral pain. ScientificWorldJournal 6: 472-90, 2006. [PUBMED Abstract]
  8. Sikandar S, Dickenson AH: Visceral pain: the ins and outs, the ups and downs. Curr Opin Support Palliat Care 6 (1): 17-26, 2012. [PUBMED Abstract]
  9. Rayment C, Hjermstad MJ, Aass N, et al.: Neuropathic cancer pain: prevalence, severity, analgesics and impact from the European Palliative Care Research Collaborative-Computerised Symptom Assessment study. Palliat Med 27 (8): 714-21, 2013. [PUBMED Abstract]
  10. Caraceni A, Zecca E, Bonezzi C, et al.: Gabapentin for neuropathic cancer pain: a randomized controlled trial from the Gabapentin Cancer Pain Study Group. J Clin Oncol 22 (14): 2909-17, 2004. [PUBMED Abstract]
  11. Keskinbora K, Pekel AF, Aydinli I: Gabapentin and an opioid combination versus opioid alone for the management of neuropathic cancer pain: a randomized open trial. J Pain Symptom Manage 34 (2): 183-9, 2007. [PUBMED Abstract]
  12. Bennett MI: Effectiveness of antiepileptic or antidepressant drugs when added to opioids for cancer pain: systematic review. Palliat Med 25 (5): 553-9, 2011. [PUBMED Abstract]
  13. Raptis E, Vadalouca A, Stavropoulou E, et al.: Pregabalin vs. opioids for the treatment of neuropathic cancer pain: a prospective, head-to-head, randomized, open-label study. Pain Pract 14 (1): 32-42, 2014. [PUBMED Abstract]
  14. Mishra S, Bhatnagar S, Goyal GN, et al.: A comparative efficacy of amitriptyline, gabapentin, and pregabalin in neuropathic cancer pain: a prospective randomized double-blind placebo-controlled study. Am J Hosp Palliat Care 29 (3): 177-82, 2012. [PUBMED Abstract]
  15. Finnerup NB, Attal N, Haroutounian S, et al.: Pharmacotherapy for neuropathic pain in adults: a systematic review and meta-analysis. Lancet Neurol 14 (2): 162-73, 2015. [PUBMED Abstract]
  16. Meijuan Y, Zhiyou P, Yuwen T, et al.: A retrospective study of postmastectomy pain syndrome: incidence, characteristics, risk factors, and influence on quality of life. ScientificWorldJournal 2013: 159732, 2013. [PUBMED Abstract]
  17. Belfer I, Schreiber KL, Shaffer JR, et al.: Persistent postmastectomy pain in breast cancer survivors: analysis of clinical, demographic, and psychosocial factors. J Pain 14 (10): 1185-95, 2013. [PUBMED Abstract]
  18. Schreiber KL, Kehlet H, Belfer I, et al.: Predicting, preventing and managing persistent pain after breast cancer surgery: the importance of psychosocial factors. Pain Manag 4 (6): 445-59, 2014. [PUBMED Abstract]
  19. Schreiber KL, Martel MO, Shnol H, et al.: Persistent pain in postmastectomy patients: comparison of psychophysical, medical, surgical, and psychosocial characteristics between patients with and without pain. Pain 154 (5): 660-8, 2013. [PUBMED Abstract]
  20. Couceiro TC, Lima LC, Burle LM, et al.: Intravenous lidocaine for postmastectomy pain treatment: randomized, blind, placebo controlled clinical trial. Braz J Anesthesiol 65 (3): 207-12, 2015 May-Jun. [PUBMED Abstract]
  21. Ilfeld BM, Madison SJ, Suresh PJ, et al.: Persistent postmastectomy pain and pain-related physical and emotional functioning with and without a continuous paravertebral nerve block: a prospective 1-year follow-up assessment of a randomized, triple-masked, placebo-controlled study. Ann Surg Oncol 22 (6): 2017-25, 2015. [PUBMED Abstract]
  22. Ilfeld BM, Madison SJ, Suresh PJ, et al.: Treatment of postmastectomy pain with ambulatory continuous paravertebral nerve blocks: a randomized, triple-masked, placebo-controlled study. Reg Anesth Pain Med 39 (2): 89-96, 2014 Mar-Apr. [PUBMED Abstract]
  23. Amr YM, Yousef AA: Evaluation of efficacy of the perioperative administration of Venlafaxine or gabapentin on acute and chronic postmastectomy pain. Clin J Pain 26 (5): 381-5, 2010. [PUBMED Abstract]
  24. Hopkins KG, Rosenzweig M: Post-thoracotomy pain syndrome: assessment and intervention. Clin J Oncol Nurs 16 (4): 365-70, 2012. [PUBMED Abstract]
  25. Garzón-Rodríguez C, Casals Merchan M, Calsina-Berna A, et al.: Lidocaine 5 % patches as an effective short-term co-analgesic in cancer pain. Preliminary results. Support Care Cancer 21 (11): 3153-8, 2013. [PUBMED Abstract]
  26. Fiorelli A, Morgillo F, Milione R, et al.: Control of post-thoracotomy pain by transcutaneous electrical nerve stimulation: effect on serum cytokine levels, visual analogue scale, pulmonary function and medication. Eur J Cardiothorac Surg 41 (4): 861-8; discussion 868, 2012. [PUBMED Abstract]
  27. Sepsas E, Misthos P, Anagnostopulu M, et al.: The role of intercostal cryoanalgesia in post-thoracotomy analgesia. Interact Cardiovasc Thorac Surg 16 (6): 814-8, 2013. [PUBMED Abstract]
  28. Grosen K, Drewes AM, Højsgaard A, et al.: Perioperative gabapentin for the prevention of persistent pain after thoracotomy: a randomized controlled trial. Eur J Cardiothorac Surg 46 (1): 76-85, 2014. [PUBMED Abstract]
  29. Cavaletti G, Alberti P, Frigeni B, et al.: Chemotherapy-induced neuropathy. Curr Treat Options Neurol 13 (2): 180-90, 2011. [PUBMED Abstract]
  30. Eckhoff L, Knoop A, Jensen MB, et al.: Persistence of docetaxel-induced neuropathy and impact on quality of life among breast cancer survivors. Eur J Cancer 51 (3): 292-300, 2015. [PUBMED Abstract]
  31. Tanabe Y, Hashimoto K, Shimizu C, et al.: Paclitaxel-induced peripheral neuropathy in patients receiving adjuvant chemotherapy for breast cancer. Int J Clin Oncol 18 (1): 132-8, 2013. [PUBMED Abstract]
  32. Smith EM, Pang H, Cirrincione C, et al.: Effect of duloxetine on pain, function, and quality of life among patients with chemotherapy-induced painful peripheral neuropathy: a randomized clinical trial. JAMA 309 (13): 1359-67, 2013. [PUBMED Abstract]
  33. Rao RD, Michalak JC, Sloan JA, et al.: Efficacy of gabapentin in the management of chemotherapy-induced peripheral neuropathy: a phase 3 randomized, double-blind, placebo-controlled, crossover trial (N00C3). Cancer 110 (9): 2110-8, 2007. [PUBMED Abstract]
  34. Durand JP, Deplanque G, Montheil V, et al.: Efficacy of venlafaxine for the prevention and relief of oxaliplatin-induced acute neurotoxicity: results of EFFOX, a randomized, double-blind, placebo-controlled phase III trial. Ann Oncol 23 (1): 200-5, 2012. [PUBMED Abstract]
  35. Hershman DL, Lacchetti C, Dworkin RH, et al.: Prevention and management of chemotherapy-induced peripheral neuropathy in survivors of adult cancers: American Society of Clinical Oncology clinical practice guideline. J Clin Oncol 32 (18): 1941-67, 2014. [PUBMED Abstract]
  36. Hammack JE, Michalak JC, Loprinzi CL, et al.: Phase III evaluation of nortriptyline for alleviation of symptoms of cis-platinum-induced peripheral neuropathy. Pain 98 (1-2): 195-203, 2002. [PUBMED Abstract]
  37. Kautio AL, Haanpää M, Saarto T, et al.: Amitriptyline in the treatment of chemotherapy-induced neuropathic symptoms. J Pain Symptom Manage 35 (1): 31-9, 2008. [PUBMED Abstract]
  38. Kalso E, Tasmuth T, Neuvonen PJ: Amitriptyline effectively relieves neuropathic pain following treatment of breast cancer. Pain 64 (2): 293-302, 1996. [PUBMED Abstract]
  39. Barton DL, Wos EJ, Qin R, et al.: A double-blind, placebo-controlled trial of a topical treatment for chemotherapy-induced peripheral neuropathy: NCCTG trial N06CA. Support Care Cancer 19 (6): 833-41, 2011. [PUBMED Abstract]
  40. Vanhelleputte P, Nijs K, Delforge M, et al.: Pain during bone marrow aspiration: prevalence and prevention. J Pain Symptom Manage 26 (3): 860-6, 2003. [PUBMED Abstract]
  41. Hjortholm N, Jaddini E, Hałaburda K, et al.: Strategies of pain reduction during the bone marrow biopsy. Ann Hematol 92 (2): 145-9, 2013. [PUBMED Abstract]
  42. Kuivalainen AM, Niemi-Murola L, Widenius T, et al.: Comparison of articaine and lidocaine for infiltration anaesthesia in patients undergoing bone marrow aspiration and biopsy. Eur J Pain 14 (2): 160-3, 2010. [PUBMED Abstract]
  43. Mainwaring CJ, Wong C, Lush RJ, et al.: The role of midazolam-induced sedation in bone marrow aspiration/trephine biopsies. Clin Lab Haematol 18 (4): 285-8, 1996. [PUBMED Abstract]
  44. Steedman B, Watson J, Ali S, et al.: Inhaled nitrous oxide (Entonox) as a short acting sedative during bone marrow examination. Clin Lab Haematol 28 (5): 321-4, 2006. [PUBMED Abstract]
  45. Vilming ST, Kloster R: The time course of post-lumbar puncture headache. Cephalalgia 18 (2): 97-100, 1998. [PUBMED Abstract]
  46. Yu LM, Chen DX, Zhou QX, et al.: Effects of histamine on immunophenotype and notch signaling in human HL-60 leukemia cells. Exp Biol Med (Maywood) 231 (10): 1633-7, 2006. [PUBMED Abstract]
  47. Strupp M, Schueler O, Straube A, et al.: "Atraumatic" Sprotte needle reduces the incidence of post-lumbar puncture headaches. Neurology 57 (12): 2310-2, 2001. [PUBMED Abstract]
  48. Basurto Ona X, Osorio D, Bonfill Cosp X: Drug therapy for treating post-dural puncture headache. Cochrane Database Syst Rev 7: CD007887, 2015.
  49. By the American Geriatrics Society 2015 Beers Criteria Update Expert Panel: American Geriatrics Society 2015 Updated Beers Criteria for Potentially Inappropriate Medication Use in Older Adults. J Am Geriatr Soc 63 (11): 2227-46, 2015. [PUBMED Abstract]
  50. Piccirillo JF, Vlahiotis A, Barrett LB, et al.: The changing prevalence of comorbidity across the age spectrum. Crit Rev Oncol Hematol 67 (2): 124-32, 2008. [PUBMED Abstract]
  51. Rao A, Cohen HJ: Symptom management in the elderly cancer patient: fatigue, pain, and depression. J Natl Cancer Inst Monogr (32): 150-7, 2004. [PUBMED Abstract]
  52. American Geriatrics Society Panel on Pharmacological Management of Persistent Pain in Older Persons: Pharmacological management of persistent pain in older persons. J Am Geriatr Soc 57 (8): 1331-46, 2009. [PUBMED Abstract]
  53. Miller RA: Biology of aging and longevity. In: Halter JB, Ouslander JG, Tinetti ME, et al., eds.: Hazzard’s Geriatric Medicine and Gerontology. 6th ed. New York, NY: The McGraw-Hill Companies, Inc., 2009, pp 3-14.
  54. Bosilkovska M, Walder B, Besson M, et al.: Analgesics in patients with hepatic impairment: pharmacology and clinical implications. Drugs 72 (12): 1645-69, 2012. [PUBMED Abstract]
  55. Lexicomp Online. Hudson, Ohio: Lexi-Comp, Inc., 2019. Available online with subscriptionNotificación de salida. Last accessed July 15, 2019.
  56. Gagliese L, Melzack R: Age differences in nociception and pain behaviours in the rat. Neurosci Biobehav Rev 24 (8): 843-54, 2000. [PUBMED Abstract]
  57. McMillan SC: The relationship between age and intensity of cancer-related symptoms. Oncol Nurs Forum 16 (2): 237-41, 1989 Mar-Apr. [PUBMED Abstract]
  58. Sorkin BA, Rudy TE, Hanlon RB, et al.: Chronic pain in old and young patients: differences appear less important than similarities. J Gerontol 45 (2): P64-8, 1990. [PUBMED Abstract]
  59. Heiskanen T, Mätzke S, Haakana S, et al.: Transdermal fentanyl in cachectic cancer patients. Pain 144 (1-2): 218-22, 2009. [PUBMED Abstract]
  60. Gloth FM: Pain management in older adults: prevention and treatment. J Am Geriatr Soc 49 (2): 188-99, 2001. [PUBMED Abstract]
  61. McQuay HJ, Carroll D, Faura CC, et al.: Oral morphine in cancer pain: influences on morphine and metabolite concentration. Clin Pharmacol Ther 48 (3): 236-44, 1990. [PUBMED Abstract]
  62. Kaiko RF, Wallenstein SL, Rogers AG, et al.: Narcotics in the elderly. Med Clin North Am 66 (5): 1079-89, 1982. [PUBMED Abstract]
  63. Viganó A, Bruera E, Suarez-Almazor ME: Age, pain intensity, and opioid dose in patients with advanced cancer. Cancer 83 (6): 1244-50, 1998. [PUBMED Abstract]
  64. Hanlon JT, Semla TP, Schmader KE: Alternative Medications for Medications in the Use of High-Risk Medications in the Elderly and Potentially Harmful Drug-Disease Interactions in the Elderly Quality Measures. J Am Geriatr Soc 63 (12): e8-e18, 2015. [PUBMED Abstract]

Modificaciones a este sumario (04/01/2019)

Los sumarios del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan a medida que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes introducidos en este sumario a partir de la fecha arriba indicada.
Se añadió texto sobre un segundo análisis del National Cancer Institute of Canada Clinical Trials Group Symptom Control Trial SC.20 (se citó a Chow et al. como referencia 23).
Este sumario está redactado y mantenido por el Consejo editorial del PDQ sobre los cuidados médicos de apoyo y los cuidados paliativos, que es editorialmente independiente del NCI. El sumario refleja una revisión independiente de la bibliografía y no representa una declaración de políticas del NCI o de los NIH. Para mayor información sobre las políticas de los sumarios y la función de los consejos editoriales del PDQ que mantienen los sumarios del PDQ, consultar en Información sobre este sumario del PDQ y la página sobre Banco de datos de información de cáncer - PDQ®.

Información sobre este sumario del PDQ

Propósito de este sumario

Este sumario del PDQ con información sobre el cáncer para profesionales de la salud proporciona información integral revisada por expertos y con fundamento en datos probatorios sobre la fisiopatología y el tratamiento del dolor. El propósito es servir como fuente de información y ayuda para los médicos que atienden a pacientes de cáncer. No ofrece pautas ni recomendaciones formales para tomar decisiones relacionadas con la atención sanitaria.

Revisores y actualizaciones

El Consejo editorial del PDQ sobre los cuidados médicos de apoyo y los cuidados paliativos, cuya función editorial es independiente del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), revisa con regularidad este sumario y, en caso necesario, lo actualiza. Este sumario refleja una revisión bibliográfica independiente y no constituye una declaración de la política del Instituto Nacional del Cáncer ni de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).
Cada mes, los miembros de este Consejo examinan artículos publicados recientemente para determinar si se deben:
  • tratar en una reunión,
  • citar textualmente, o
  • sustituir o actualizar, si ya se citaron con anterioridad.
Los cambios en los sumarios se deciden mediante consenso, una vez que los integrantes del Consejo evalúan la solidez de los datos probatorios en los artículos publicados y determinan la forma en que se incorporarán al sumario.
Los revisores principales del sumario sobre El dolor y el cáncer son:
  • Mary K. Buss, MD, MPH (Beth Israel Deaconess Medical Center)
  • Heather C. Justice, MSPAP, PA-C (Milligan College)
  • Alison Palumbo, PharmD, MPH, BCOP (Oregon Health and Science University Hospital)
  • Megan Reimann, PharmD, BCOP (Indiana University Simon Cancer Center)
  • Amy Wachholtz, PhD, MDiv, MS (University of Colorado)
  • Jason A. Webb, MD, FAPA (Duke University Medical Center)
Cualquier comentario o pregunta sobre el contenido de este sumario se debe enviar mediante el formulario de comunicación en Cancer.gov/espanol del NCI. No comunicarse con los miembros del Consejo para enviar preguntas o comentarios sobre los sumarios. Los miembros del Consejo no responderán a preguntas del público.

Grados de comprobación científica

En algunas referencias bibliográficas de este sumario se indica el grado de comprobación científica. El propósito de estas designaciones es ayudar al lector a evaluar la solidez de los datos probatorios que sustentan el uso de ciertas intervenciones o enfoques. El Consejo editorial del PDQ sobre los cuidados médicos de apoyo y los cuidados paliativos emplea un sistema de jerarquización formal para establecer las designaciones del grado de comprobación científica.

Permisos para el uso de este sumario

PDQ (Physician Data Query) es una marca registrada. Se autoriza el libre uso del texto de los documentos del PDQ. Sin embargo, no se podrá identificar como un sumario de información sobre cáncer del PDQ del NCI, salvo que se reproduzca en su totalidad y se actualice con regularidad. Por otra parte, se permitirá que un autor escriba una oración como “En el sumario del PDQ del NCI de información sobre la prevención del cáncer de mama se describen, en breve, los siguientes riesgos: [incluir fragmento del sumario]”.
Se sugiere citar la referencia bibliográfica de este sumario del PDQ de la siguiente forma:
PDQ® sobre los cuidados médicos de apoyo y los cuidados paliativos. PDQ El dolor y el cáncer. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/cancer/tratamiento/efectos-secundarios/dolor/dolor-pro-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.
Las imágenes en este sumario se reproducen con el permiso del autor, el artista o la editorial para uso exclusivo en los sumarios del PDQ. La utilización de las imágenes fuera del PDQ requiere la autorización del propietario, que el Instituto Nacional del Cáncer no puede otorgar. Para obtener más información sobre el uso de las ilustraciones de este sumario o de otras imágenes relacionadas con el cáncer, consultar Visuals Online, una colección de más de 2000 imágenes científicas.

Cláusula sobre el descargo de responsabilidad

La información en estos sumarios no se debe utilizar como base para determinar reembolsos por parte de las aseguradoras. Para obtener más información sobre la cobertura de seguros, consultar la página Manejo de la atención del cáncer disponible en Cancer.gov/espanol.

Para obtener más información

En Cancer.gov/espanol, se ofrece más información sobre cómo comunicarse o recibir ayuda en ¿En qué podemos ayudarle?. También se puede enviar un mensaje de correo electrónico mediante este formulario.
  • Actualización: 

No hay comentarios:

Publicar un comentario