viernes, 4 de octubre de 2019

Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez (PDQ®) 1/2 –Versión para pacientes - Instituto Nacional del Cáncer

Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez (PDQ®)–Versión para pacientes - Instituto Nacional del Cáncer

Instituto Nacional Del Cáncer

Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez (PDQ®)–Versión para pacientes







Información general sobre los efectos tardíos

PUNTOS IMPORTANTES

  • Los efectos tardíos son problemas de salud que se presentan meses o años después de terminar el tratamiento.
  • Los efectos tardíos que sufren los sobrevivientes de cáncer afectan el cuerpo y la mente.
  • Hay tres factores importantes que afectan el riesgo de presentar efectos tardíos.
  • La probabilidad de sufrir efectos tardíos aumenta con el paso del tiempo.
  • Es muy importante el seguimiento frecuente de los sobrevivientes de cáncer infantil.
  • Los buenos hábitos de salud también son importantes para los sobrevivientes de cáncer infantil.


Los efectos tardíos son problemas de salud que se presentan meses o años después de terminar el tratamiento.

El tratamiento del cáncer a veces causa problemas de salud en los sobrevivientes de cáncer infantil meses o años después de terminar un tratamiento eficaz. Es posible que los tratamientos del cáncer dañen los órganos, los tejidos o los huesos del cuerpo, y causar problemas de salud más tarde en la vida. Estos problemas de salud se llaman efectos tardíos.
Entre los tratamientos que quizás causen efectos tardíos son los siguientes:
Los médicos estudian los efectos tardíos causados por el tratamiento del cáncer. Trabajan para mejorar los tratamientos del cáncer, e impedir o disminuir los efectos tardíos. Aunque la mayoría de los efectos tardíos no ponen en peligro la vida, quizás causen problemas graves que afectan la salud y la calidad de vida.

Los efectos tardíos que sufren los sobrevivientes de cáncer afectan el cuerpo y la mente.

Los efectos tardíos que sufren los sobrevivientes de cáncer infantil a veces afectan lo siguiente:
  • Órganos, tejidos y funcionamiento del cuerpo.
  • Crecimiento y desarrollo.
  • Estado de ánimo, sentimientos y actividades.
  • Pensamiento, aprendizaje y memoria.
  • Adaptación social y psicológica.
  • Riesgo de segundos cánceres.

Hay tres factores importantes que afectan el riesgo de presentar efectos tardíos.

Muchos sobrevivientes de cáncer infantil presentarán efectos tardíos. El riesgo de efectos tardíos depende de factores relacionados con el tumor, el tratamiento y el paciente. Estos factores son los siguientes:
  • Factores relacionados con el tumor
    • Tipo de cáncer.
    • Lugar del tumor en el cuerpo.
    • Modo en que el tumor afecta el funcionamiento de los tejidos y los órganos.
  • Factores relacionados con el tratamiento
  • Factores relacionados con el paciente
    • Sexo.
    • Problemas de salud que el niño tenía antes de recibir el diagnóstico de cáncer.
    • Edad del niño y estadio de desarrollo en el momento del diagnóstico y el tratamiento.
    • Tiempo transcurrido desde el diagnóstico y el tratamiento.
    • Cambios en las concentraciones de hormonas.
    • Capacidad que tiene el tejido sano de repararse solo luego del daño provocado por el tratamiento de cáncer.
    • Ciertos cambios en los genes del niño.
    • Antecedentes familiares de cáncer u otras afecciones.
    • Hábitos de salud.

La probabilidad de sufrir efectos tardíos aumenta con el paso del tiempo.

Los nuevos tratamientos para el cáncer infantil han disminuido el número de muertes a causa del cáncer primario. Debido a que los sobrevivientes de cáncer infantil viven durante más tiempo, presentan más efectos tardíos luego del tratamiento del cáncer. Es posible que los sobrevivientes no vivan tanto tiempo como las personas que no tuvieron cáncer. Las causas más comunes de muerte entre los sobrevivientes de cáncer infantil son las siguientes:
  • Que el cáncer primario vuelva.
  • Que se forme un segundo cáncer primario (un cáncer diferente).
  • Que estén dañados el corazón y los pulmones.
Los estudios sobre las causas de los efectos tardíos han llevado a cambios en el tratamiento. Esto ha mejorado la calidad de vida de los sobrevivientes de cáncer, y ayuda a prevenir enfermedades y muerte por efectos tardíos.

Es muy importante el seguimiento frecuente de los sobrevivientes de cáncer infantil.

El seguimiento frecuente realizado por profesionales de la salud capacitados para encontrar y tratar los efectos tardíos es importante para la salud a largo plazo de los sobrevivientes de cáncer infantil. La atención de seguimiento será diferente para cada persona. El tipo de atención dependerá del tipo de cáncer, el tipo de tratamiento, los factores genéticos y la salud general y los hábitos de salud de la persona. La atención de seguimiento incluye revisar los signos y síntomas de los efectos tardíos y la educación de salud sobre cómo prevenir o disminuir los efectos tardíos.
Es importante que los sobrevivientes de cáncer infantil se sometan a un examen por lo menos una vez al año. Los exámenes los debe realizar un profesional de la salud que esté familiarizado con los riesgos de los efectos tardíos en el sobreviviente y pueda reconocer los signos tempranos de los efectos tardíos. A veces también se hacen análisis de sangre y pruebas con imágenes.
Es posible que el seguimiento a largo plazo mejore la salud y la calidad de vida de los sobrevivientes de cáncer. También ayuda a los médicos a estudiar los efectos tardíos de los tratamientos del cáncer; de este modo, se pueden formular tratamientos más seguros para los niños recién diagnosticados.

Los buenos hábitos de salud también son importantes para los sobrevivientes de cáncer infantil.

La calidad de vida de los sobrevivientes de cáncer se puede mejorar con comportamientos que promuevan la salud y el bienestar. Estos comportamientos incluyen: alimentación saludable, ejercicio, y exámenes médicos y dentales regulares. Estos comportamientos de autocuidado son especialmente importantes para los sobrevivientes de cáncer por su riesgo de presentar problemas de salud relacionados con el tratamiento. Los comportamientos saludables pueden lograr que los efectos tardíos sean menos graves y que disminuya el riesgo de otras enfermedades.
Asimismo, es importante evitar comportamientos que dañan la salud. Fumar, consumir alcohol en exceso, consumir drogas ilegales, exponerse a la luz solar o no mantenerse físicamente activo pueden empeorar el daño a los órganos relacionado con el tratamiento y aumenta el riesgo de presentar segundos cánceres.

Segundos cánceres

PUNTOS IMPORTANTES

  • Los sobrevivientes de cáncer infantil tienen un aumento de riesgo de segundos cánceres más tarde en su vida.
  • Ciertos patrones o síndromes genéticos aumentan el riesgo de segundos cánceres.
  • Los pacientes tratados por un cáncer necesitan someterse constantemente a exámenes de detección de un segundo cáncer.
  • La clase de pruebas que se usan para los exámenes de detección de un segundo cáncer dependen, en parte, de la clase de tratamiento para el cáncer que el paciente recibió en el pasado.


Los sobrevivientes de cáncer infantil tienen un aumento de riesgo de segundos cánceres más tarde en su vida.

Un cáncer primario diferente que se presenta por lo menos dos meses después de que termina el tratamiento del cáncer se llama segundo cáncer. Un segundo cáncer se puede presentar meses o años después de completarse el tratamiento. El segundo tipo de cáncer que se presenta depende, en parte, del cáncer original y del tratamiento del cáncer. A veces también se presentan tumores benignos (no cancerosos).
Los segundos cánceres que se presentan después del tratamiento del cáncer son los siguientes:
Los tumores sólidos que quizás aparezcan más de 10 años después del primer diagnóstico de cáncer son los siguientes:
El síndrome mielodisplásico y la leucemia mieloide aguda a veces aparecen menos de 10 años después de un diagnóstico primario de cáncer por linfoma de Hodgkin, leucemia linfoblástica aguda o sarcoma, y un tratamiento con quimioterapia que incluyó:

Ciertos patrones o síndromes genéticos aumentan el riesgo de segundos cánceres.

Algunos sobrevivientes de cáncer infantil tienen un aumento del riesgo de presentar un segundo cáncer por sus antecedentes familiares de cáncer o un síndrome genético heredado, como el síndrome de Li-Fraumeni. También influyen en el riesgo de tener segundos cánceres los problemas en el modo en que se repara el ADN de las células y el modo en que el cuerpo usa los medicamentos contra el cáncer.

Los pacientes tratados por un cáncer necesitan someterse constantemente a exámenes de detección de un segundo cáncer.

Es importante que los pacientes tratados por cáncer se sometan a exámenes para determinar si tienen un segundo cáncer antes de que aparezcan síntomas. Esto se llama un examen de detección de un segundo cáncer y es posible que ayude a encontrar un segundo cáncer en un estadio temprano. Cuando el tejido anormal o el cáncer se encuentran temprano, quizás sea más fácil tratarlos. Cuando los síntomas aparecen, el cáncer quizás haya empezado a diseminarse.
Es importante recordar que el médico no piensa necesariamente que su niño tiene cáncer si indica un examen de detección. Los exámenes de detección se realizan cuando su niño no tiene síntomas de cáncer. Si el resultado de un examen de detección es anormal, a veces es necesario realizar más pruebas para determinar si el niño tiene un segundo cáncer. Estas pruebas se llaman pruebas diagnósticas.

La clase de pruebas que se usan para los exámenes de detección de un segundo cáncer dependen, en parte, de la clase de tratamiento para el cáncer que el paciente recibió en el pasado.

Todos los pacientes que fueron tratados por cáncer se deberán someter a un examen físico y a la verificación de sus antecedentes médicos una vez por año. Se realiza un examen físico del cuerpo para revisar los signos generales de salud, incluso los signos de enfermedad, como masas, cambios en la piel o cualquier otra cosa que no parezca habitual. También se toman datos sobre los hábitos de salud del paciente, así como los antecedentes de enfermedades y los tratamientos aplicados en cada caso.
Si el paciente recibió radioterapia, se usan las siguientes pruebas y procedimientos para determinar la presencia de cáncer de piel, cáncer de mama o cáncer colorrectal:
  • Examen de la piel: un médico o enfermero revisa la piel para determinar si hay bultos o manchas con aspecto anormal en color, tamaño, forma o textura, especialmente en el área donde se administró radiación. Se indica que el examen de piel se realice una vez por año para determinar si hay signos de cáncer de piel.
  • Autoexamen de la mama: examen de la mama que se hace la paciente misma. La paciente se palpa cuidadosamente las mamas y debajo de los brazos para verificar si hay masas o cualquier otra cosa que no parezca habitual. Se indica que las mujeres tratadas con una dosis más alta de radioterapia dirigida al pecho se hagan un autoexamen mensual de la mama desde la pubertad hasta los 25 años. Las mujeres tratadas con una dosis más baja de radiación dirigida al pecho pueden no necesitar un examen para verificar si tienen cáncer de mama en la pubertad. Consulte con su médico cuándo deberá empezar a realizar autoexámenes de la mama.
  • Examen clínico de la mama (ECM): examen de la mama realizado por un médico u otro profesional de la salud. El médico palpará cuidadosamente las mamas y el área debajo de los brazos para detectar masas o cualquier otra cosa que no parezca habitual. Se indica que las mujeres tratadas con una dosis alta de radioterapia dirigida al pecho se sometan a un examen clínico de la mama cada año desde la pubertad hasta los 25 años. Después de los 25 años u ocho años después de que la radioterapia termina (lo que ocurra primero), los exámenes clínicos de la mama se realizan cada 6 meses. Las mujeres tratadas con una dosis más baja de radiación dirigida al pecho pueden no necesitar empezar a verificar si tienen cáncer de mama en la pubertad. Consulte con su médico cuándo deberá empezar a realizar exámenes clínicos de la mama.
  • Mamografía: radiografía de la mama. Se realiza a las mujeres que recibieron una dosis alta de radiación dirigida al pecho y que no tienen mamas densas. Se indica que estas mujeres hagan una mamografía una vez por año después de 8 años del tratamiento o a los 25 años de edad; lo que ocurra más tarde. Consulte con su médico para saber cuándo deberá empezar a someterse a mamografías para determinar si tiene cáncer de mama.
  • Imágenes por resonancia magnética (IRM): procedimiento para el que usa un imán, ondas de radio y una computadora para crear imágenes detalladas de la mama. Este procedimiento también se llama imágenes por resonancia magnética nuclear (IRMN). Es posible realizar IRM a mujeres que recibieron una dosis más alta de radiación dirigida al pecho y que tienen mamas densas. Se indica que estas mujeres se sometan a IRM una vez por año a los 8 años del tratamiento o a los 25 años de edad; lo que ocurra más tarde. Si recibió radiación dirigida al pecho, consulte con su médico si necesita someterse a IRM para determinar si tiene cáncer de mama.
  • Colonoscopia: procedimiento para observar el interior del recto y el colon para determinar si hay pólipos, áreas anormales o cáncer. Se introduce un colonoscopio a través del recto hasta el colon. Un colonoscopio es un instrumento delgado con forma de tubo que tiene una luz y una lente para observar. También puede tener una herramienta para extraer pólipos o muestras de tejido para verificar al microscopio si hay signos de cáncer. Se indica que los sobrevivientes de cáncer infantil que recibieron una dosis más alta de radiación dirigida al abdomen, la pelvis o la espina vertebral se sometan a una colonoscopia cada 5 años desde los 35 años de edad o 10 años después del tratamiento; lo que ocurra más tarde. Si recibió radiación dirigida al abdomen, la pelvis o la columna vertebral, consulte con su médico para saber cuándo deberá empezar a someterse a colonoscopias para determinar si tiene cáncer colorrectal.

Sistema cardiovascular

PUNTOS IMPORTANTES

  • Es más probable que los efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos se presenten después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
  • La radiación dirigida al pecho y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos.
  • Los efectos tardíos que afectan el corazón y los vasos sanguíneos a veces causan causar ciertos problemas de salud.
  • Los signos y síntomas posibles de efectos tardíos en el corazón o los vasos sanguíneos incluyen dificultad para respirar y dolor de pecho.
  • Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en el corazón o los vasos sanguíneos, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.
  • Los hábitos de salud que ayudan a la buena salud del corazón y los vasos sanguíneos son importantes para los sobrevivientes de cáncer infantil.


Es más probable que los efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos se presenten después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Es posible que el tratamiento de los siguientes cánceres infantiles, entre otros, produzca efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos:

La radiación dirigida al pecho y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos.

El riesgo de problemas de salud que afectan el corazón y los vasos sanguíneos aumenta después del tratamiento con los siguientes procedimientos:
  • Radiación dirigida al pecho o la espina vertebral, el encéfalo, el cuello y los riñones, o irradiación corporal total (ICT) como parte de un trasplante de células madre. El riesgo de que se presenten problemas de salud depende del área del cuerpo que se expuso a la radiación, la cantidad de radiación administrada y si la radiación se administró en dosis pequeñas o grandes.
  • Ciertos tipos de quimioterapia y la dosis total de antraciclinas administradas, como doxorrubicinadaunorrubicinaidarrubicina y epirrubicina y con antraquinonas, como mitoxantrona, aumentan el riesgo de que se presenten problemas de corazón y de vasos sanguíneos. El riesgo de problemas depende de la dosis total de quimioterapia administrada y el tipo de medicamento utilizado. También depende de si el tratamiento con antraciclinas se administró a un niño menor de 13 años y de si se administró un medicamento que se llama dexrazoxano durante el tratamiento con antraciclinas. El dexrazoxano puede reducir el daño al corazón y los vasos sanguíneos hasta 5 años después del tratamiento. La ifosfamida, el metotrexato y la quimioterapia con platino, como el carboplatino y el cisplatino, también pueden causar efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos.
  • Trasplante de células madre.
  • Nefrectomía (cirugía para extraer todo un riñón o una parte de este).
Los sobrevivientes de cáncer infantil que se trataron con radiación dirigida al corazón o los vasos sanguíneos, y ciertos tipos de quimioterapia tienen el riesgo más alto.
Los tratamientos nuevos que disminuyen la cantidad de radiación administrada y en los que se usan dosis más bajas de quimioterapia o fármacos de quimioterapia menos dañinos quizás disminuyan el riesgo de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos en comparación con los tratamientos más antiguos.
Los siguientes factores también aumentan el riesgo de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos:

Los efectos tardíos que afectan el corazón y los vasos sanguíneos a veces causan causar ciertos problemas de salud.

Los sobrevivientes de cáncer infantil que recibieron radiación o ciertos tipos de quimioterapia presentan un mayor riesgo de sufrir de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos, y problemas de salud relacionados. Entre ellos, los siguientes:

Los signos y síntomas posibles de efectos tardíos en el corazón o los vasos sanguíneos incluyen dificultad para respirar y dolor de pecho.

Estos y otros signos y síntomas a veces obedecen a efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos, o a otras afecciones:
  • Dificultad para respirar, especialmente al estar acostado.
  • Latidos cardíacos demasiado lentos, demasiado rápidos o diferentes del ritmo cardíaco normal.
  • Dolor de pecho o dolor en el brazo o la pierna.
  • Hinchazón de los pies, los tobillos, las piernas o el abdomen.
  • Exposición al frío o a emociones fuertes que hacen que los dedos de las manos, los dedos de los pies, las orejas o la nariz se vuelvan blancos y después azules. Cuando esto ocurre en los dedos de la mano, también es posible sentir dolor o cosquilleo.
  • Adormecimiento o debilidad súbitos de la cara, los brazos o las piernas (en especial, en un lado del cuerpo).
  • Confusión súbita o dificultad para hablar o entender el habla.
  • Dificultad súbita para ver con uno o ambos ojos.
  • Dificultad súbita para caminar o sensación de mareo.
  • Pérdida súbita del equilibrio o la coordinación.
  • Dolor de cabeza intenso repentino y sin causa conocida.
  • Dolor, sensación de calor o enrojecimiento de un área del brazo o la pierna, en especial de la parte posterior de la extremidad inferior.
Hable con el médico de su niño si presenta cualquiera de estos problemas.

Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en el corazón o los vasos sanguíneos, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.

Las pruebas y procedimientos que se usan para detectar o diagnosticar efectos tardíos en el corazón o los vasos sanguíneos son las siguientes:
  • Examen físico y antecedentes: examen del cuerpo para revisar el estado general de salud, incluso examinar el corazón para determinar si hay signos de enfermedad, como latidos cardíacos anormales, presión arterial alta o cualquier otra cosa que no parezca habitual. También se toman datos sobre los hábitos de salud del paciente, así como los antecedentes de enfermedades y los tratamientos aplicados en cada caso.
  • Electrocardiograma (ECG): registro de la actividad eléctrica del corazón para detectar su frecuencia y su ritmo. Se colocan varias almohadillas pequeñas (electrodos) en el tórax, los brazos y las piernas del paciente, que se conectan con cables a la máquina de ECG. Luego, se registra la actividad del corazón en un gráfico de líneas sobre un papel. La actividad eléctrica que es más rápida o más lenta que la normal quizás sea un signo de enfermedad o daño cardíacos.
  • Ecocardiograma: procedimiento para el que se hacen rebotar ondas de alta energía (ultrasónicas) en el corazón y los tejidos u órganos cercanos para producir ecos. Se toma una película en movimiento del corazón y las válvulas cardíacas a medida que la sangre se bombea a través del corazón.
  • Ecografía: procedimiento en el que se hacen rebotar ondas de sonido de alta energía (ultrasónicas) en los tejidos u órganos internos, como el corazón, para producir ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos corporales que se llama ecograma. La imagen se puede imprimir para observarla más tarde.
  • Tomografía computarizada(TC): procedimiento para el que se toma una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo desde ángulos diferentes. Las imágenes se crean con una computadora conectada a una máquina de rayos X. Se inyecta un tinte en una vena o se ingiere a fin de que los órganos o los tejidos se destaquen de forma más clara. Este procedimiento también se llama tomografía computadorizada, tomografía axial computarizada (TAC) o exploración por TAC.
  • Estudios del perfil de lípidos: procedimiento para el que se examina una muestra de sangre para medir las cantidades de triglicéridos, colesterol, y lipoproteínas de baja y alta densidad en el colesterol de la sangre.
Consulte con el médico de su niño si es necesario someterlo a estas pruebas y procedimientos para determinar si hay signos de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos. Si son necesarios, pregunte con qué frecuencia se deben realizar.

Los hábitos de salud que ayudan a la buena salud del corazón y los vasos sanguíneos son importantes para los sobrevivientes de cáncer infantil.

Los sobrevivientes de cáncer infantil disminuyen el riesgo de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos si mantienen un estilo de vida saludable que incluya lo siguiente:
  • Peso saludable.
  • Alimentación saludable para el corazón.
  • Ejercicio habitual.
  • No fumar.

Sistema nervioso central

PUNTOS IMPORTANTES

  • Es más probable que los efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal se presenten después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
  • La radiación dirigida al encéfalo aumenta el riesgo de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal.
  • Los efectos tardíos que afectan el encéfalo y la médula espinal a veces causan ciertos problemas de salud.
  • Los signos y síntomas posibles de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal incluyen dolores de cabeza, pérdida de coordinación y convulsiones.
  • Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en el encéfalo y la médula espinal, se utilizan ciertas pruebas.
  • Los sobrevivientes de cáncer infantil quizás sufran de ansiedad y depresión relacionadas con su cáncer.
  • Algunos sobrevivientes de cáncer infantil sufren de trastorno por tensión postraumática.
  • Los adolescentes a quienes se les diagnostica un cáncer a veces tienen problemas sociales más tarde en sus vidas.


Es más probable que los efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal se presenten después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

El tratamiento de los siguientes cánceres infantiles, entre otros, a veces causa efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal:

La radiación dirigida al encéfalo aumenta el riesgo de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal.

El riesgo de problemas de salud que afectan el encéfalo y la médula espinal aumenta después del tratamiento con los procedimientos siguientes:
Cuando se administran al mismo tiempo radiación dirigida al encéfalo y quimioterapia intratecal, el riesgo de efectos tardíos es más alto.
Los siguientes factores también aumentan el riesgo de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal en los sobrevivientes de tumor de encéfalo infantil:
Los efectos tardíos en el sistema nervioso central también se ven afectados según el lugar del encéfalo o la médula espinal donde se formó el tumor.

Los efectos tardíos que afectan el encéfalo y la médula espinal a veces causan ciertos problemas de salud.

Los sobrevivientes de cáncer infantil que recibieron radiación, ciertos tipos de quimioterapia o cirugía dirigida al encéfalo o la médula espinal tienen un aumento de riesgo de sufrir de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal, así como problemas de salud relacionados. Entre ellos, los siguientes:
  • Dolores de cabeza.
  • Perdida de la coordinación y el equilibrio.
  • Mareos.
  • Convulsiones.
  • Pérdida de mielina en la vaina que cubre las fibras nerviosas del encéfalo.
  • Trastornos del movimiento que afectan las piernas y los ojos, o la capacidad de hablar y tragar.
  • Daño en los nervios de las manos o los pies.
  • Accidente cerebrovascular. Otro accidente cerebrovascular es ser más probable en los sobrevivientes que recibieron radiación dirigida al encéfalo, en aquellos que tienen antecedentes de presión arterial alta, o aquellos mayores de 40 años en el momento del primer accidente cerebrovascular.
  • Sueño durante el día.
  • Hidrocefalia.
  • Pérdida de control de la vejiga o el intestino.
  • Cavernomas (grupos de vasos linfáticos anormales).
  • Dolor de espalda.
Es posible que los sobrevivientes también sufran efectos tardíos que afectan el pensamiento, el aprendizaje, la memoria, las emociones y el comportamiento.
Las nuevas formas de administrar dosis dirigidas y más bajas de radiación en el encéfalo reducen el riesgo de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal.

Los signos y síntomas posibles de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal incluyen dolores de cabeza, pérdida de coordinación y convulsiones.

Estos signos y síntomas a veces obedecen a efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal, o a otras afecciones:
  • Dolor de cabeza que puede desaparecer después de vomitar.
  • Convulsiones.
  • Pérdida de equilibrio, falta de coordinación o dificultad para caminar.
  • Dificultad para hablar o tragar.
  • Problemas para coordinar los movimientos de los ojos.
  • Adormecimiento, cosquilleo, o debilidad en las manos o pies.
  • Imposibilidad de doblar el tobillo para levantar el pie.
  • Adormecimiento súbito o debilidad en la cara, un brazo o una pierna (especialmente en un lado del cuerpo).
  • Somnolencia no habitual o cambio en nivel de la actividad.
  • Cambios no habituales de personalidad o comportamiento.
  • Cambio en los hábitos intestinales o dificultad para orinar.
  • Aumento del tamaño de la cabeza (en lactantes).
  • Confusión súbita, o dificultad para hablar o entender el habla.
  • Dificultad súbita para ver con uno o ambos ojos.
  • Dolores de cabeza intensos y súbitos sin causa conocida.
Otros signos y síntomas son los siguientes:
  • Problemas de memoria.
  • Problemas para prestar atención.
  • Dificultad para resolver problemas.
  • Dificultad para organizar los pensamientos y las tareas.
  • Capacidad más lenta de aprender y usar información nueva.
  • Dificultad para aprender a leer, escribir o practicar matemáticas.
  • Dificultad para coordinar los movimientos entre los ojos, las manos y otros músculos.
  • Demoras en el desarrollo normal.
  • Aislamiento social o dificultad para llevarse bien con los demás.
Hable con el médico de su niño si presenta cualquiera de estos problemas.

Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en el encéfalo y la médula espinal, se utilizan ciertas pruebas.

Las siguientes y otras pruebas se usan para detectar o diagnosticar efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal.
  • Examen físico y antecedentes: examen del cuerpo para revisar el estado general de salud, incluso el examen de signos de enfermedad, como masas o cualquier otra cosa que no parezca habitual. También se toman datos sobre los hábitos de salud del paciente, así como los antecedentes de enfermedades y los tratamientos aplicados en cada caso.
  • Examen neurológico: serie de preguntas y pruebas para revisar el cerebro, la médula espinal y el funcionamiento de los nervios. El examen verifica el estado mental de la persona, la coordinación y la capacidad de caminar normalmente, así como el funcionamiento normal de los músculos, los sentidos y los reflejos. En algunos casos, un neurólogo o un neurocirujano realizan un examen más completo.
  • Evaluación neuropsicológica: serie de pruebas para examinar los procesos mentales y el comportamiento del paciente. Las áreas que se examinan incluyen las siguientes:
    • Capacidad de saber quién es y dónde está uno, y qué día es.
    • Capacidad de aprender y recordar información nueva.
    • Inteligencia.
    • Capacidad de resolver problemas.
    • Uso del lenguaje hablado y escrito.
    • Coordinación visomotora (entre los ojos y las manos).
    • Capacidad de organizar información y tareas.
Consulte con el médico de su niño si es necesario someterlo a estas pruebas y procedimientos para determinar si hay signos de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal. Si son necesarios, pregunte con qué frecuencia se deben realizar.

Los sobrevivientes de cáncer infantil quizás sufran de ansiedad y depresión relacionadas con su cáncer.

Los sobrevivientes de cáncer infantil pueden sufrir de ansiedad y depresión por los cambios físicos, dolores, su aspecto o el miedo de que el cáncer vuelva. Estos y otros factores quizás causen problemas en las relaciones personales, educación, empleo y salud, y causar pensamientos suicidas. Los sobrevivientes con estos problemas a veces tienen menos probabilidades de valerse por sí mismos como adultos.
Los exámenes de seguimiento de los sobrevivientes de cáncer infantil deberán incluir exámenes de detección y tratamiento para un posible sufrimiento psicológico, como ansiedad, depresión y pensamientos suicidas.

Algunos sobrevivientes de cáncer infantil sufren de trastorno por tensión postraumática.

El diagnóstico y el tratamiento de una enfermedad que pone en peligro la vida pueden ser traumáticos. Este trauma a veces causa un trastorno por tensión postraumática (TTPT). El TTPT se define por la presencia de ciertos comportamientos después de una situación que provoca tensión porque se relaciona con la muerte o la amenaza de muerte, o una lesión grave para uno mismo o los demás.
El TTPT afecta a los sobrevivientes de cáncer de las siguientes maneras:
  • Se revive el momento del diagnóstico y el tratamiento del cáncer en pesadillas o escenas retrospectivas, y se piensa en ello todo el tiempo.
  • Se evitan lugares, situaciones y personas que recuerdan la experiencia con el cáncer.
En general, los sobrevivientes de cáncer infantil tienen grados bajos de TTPT; ello depende en parte del estilo del paciente y los padres para enfrentar dificultades. Los sobrevivientes que recibieron radioterapia dirigida a la cabeza cuando tenían menos de 4 años o los sobrevivientes que recibieron tratamiento intensivo tienen un riesgo más alto de padecer de TTPT. Los problemas familiares y el apoyo social mínimo o inexistente de familiares o amigos, así como la tensión no relacionada con el cáncer, a veces aumentan las probabilidades de sufrir de un TTPT.
Debido a que evitar lugares y personas relacionadas con el cáncer quizás forme parte del TTPT, los sobrevivientes con un TTPT tal vez no reciban el tratamiento médico que necesitan.

Los adolescentes a quienes se les diagnostica un cáncer a veces tienen problemas sociales más tarde en sus vidas.

Los adolescentes a quienes se les diagnostica un cáncer a veces alcanzan menos hitos sociales o los alcanzan más tarde que los adolescentes no diagnosticados con cáncer. Los hitos sociales incluyen tener el primer novio o novia, casarse y tener un hijo. También quizás tengan dificultades para llevarse bien con otras personas o sentir que no son del agrado de otras personas de su edad.
Los sobrevivientes de cáncer de este grupo de edad informaron que están menos satisfechos con su salud y su vida en general en comparación con otros adolescentes de su edad que no tuvieron cáncer. Los adolescentes y adultos jóvenes sobrevivientes de cáncer necesitan programas especiales que les brinden apoyo psicológico, educacional y laboral.

Aparato digestivo

PUNTOS IMPORTANTES

  • Dientes y mandíbulas
    • Los problemas en los dientes y las mandíbulas son efectos tardíos que es más probable que se presenten después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La radiación dirigida a la cabeza y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en los dientes y las mandíbulas.
    • Los efectos tardíos que afectan los dientes y las mandíbulas a veces causan ciertos problemas de salud.
    • Los signos y síntomas posibles de efectos tardíos en los dientes y las mandíbulas incluyen caries dentales (cavidades) y dolor en la mandíbula.
    • Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en la boca y las encías, se utilizan ciertas pruebas.
    • La atención dental regular es muy importante para los sobrevivientes de cáncer infantil.
  • Tubo digestivo
    • Los efectos tardíos en el tubo digestivo es más probable que se presenten después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La radiación dirigida a la vejiga, la próstata y los testículos, así como ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en el tubo digestivo.
    • Los efectos tardíos que afectan el tubo digestivo a veces causan ciertos problemas de salud.
    • Los signos y síntomas posibles de efectos tardíos en el tubo digestivo incluyen dolor abdominal y diarrea.
    • Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en el tubo digestivo, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.
  • Hígado y conductos biliares
    • Los efectos tardíos en el hígado y los conductos biliares es más probable que se presenten después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • Ciertos tipos de quimioterapia y radiación dirigida al hígado o los conductos biliares aumentan el riesgo de efectos tardíos.
    • Los efectos tardíos que afectan el hígado y los conductos biliares a veces causan ciertos problemas de salud.
    • Los signos y síntomas posibles de efectos tardíos en el hígado o los conductos biliares incluyen dolor abdominal e ictericia.
    • Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en el hígado y los conductos biliares, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.
    • Para los sobrevivientes de cáncer infantil, son importantes los hábitos de salud que promueven un hígado sano.
  • Páncreas
    • La radioterapia aumenta el riesgo de presentar efectos tardíos en el páncreas.
    • Los efectos tardíos que afectan el páncreas a veces causan ciertos problemas de salud.
    • Los signos y síntomas posibles de efectos tardíos en el páncreas incluyen orinar frecuentemente y tener sed.
    • Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en el páncreas, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.


Dientes y mandíbulas

Los problemas en los dientes y las mandíbulas son efectos tardíos que es más probable que se presenten después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

El tratamiento de los siguientes cánceres infantiles, entre otros, puede causar el efecto tardío de problemas en los dientes y la mandíbula:

La radiación dirigida a la cabeza y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en los dientes y las mandíbulas.

El riesgo de problemas de salud que afectan los dientes y la mandíbula aumenta después del tratamiento con los siguientes procedimientos:
El riesgo también aumenta para los sobrevivientes que tenían menos de 5 años en el momento del tratamiento, porque los dientes permanentes no se habían terminado de formar.

Los efectos tardíos que afectan los dientes y las mandíbulas a veces causan ciertos problemas de salud.

Los efectos tardíos que afectan los dientes y la mandíbula son los siguientes:

Los signos y síntomas posibles de efectos tardíos en los dientes y las mandíbulas incluyen caries dentales (cavidades) y dolor en la mandíbula.

Estos y otros signos y síntomas quizás obedezcan a efectos tardíos en los dientes y las mandíbulas, o a otras afecciones:
  • Dientes pequeños o que no tienen forma normal.
  • Pérdida de dientes permanentes.
  • Dientes permanentes que aparecen después de la edad normal.
  • Dientes que contienen menos esmalte que lo normal.
  • Más caries dentales (cavidades) y enfermedad de las encías de lo normal.
  • Boca seca.
  • Dificultad para masticar, tragar y hablar.
  • Dolor en la mandíbula.
  • Mandíbula que no se abre y cierra correctamente.
Hable con el médico de su niño si presenta cualquiera de estos problemas.

Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en la boca y las encías, se utilizan ciertas pruebas.

Las siguientes y otras pruebas y procedimientos se utilizan para detectar o diagnosticar los efectos tardíos en los dientes y la mandíbula:
  • Examen dental y antecedentes: examen de los dientes, la boca y la mandíbula para revisar los signos generales de salud dental, incluso revisar si hay signos de enfermedad, como cavidades o cualquier otra cosa que no parezca habitual. También se toman datos sobre los hábitos de salud del paciente, así como los antecedentes de enfermedades y los tratamientos aplicados en cada caso. Este examen también se llama examen dental.
  • Radiografía panorámica: radiografía de todos los dientes y sus raíces. Un rayo X es un tipo de haz de energía que puede atravesar el cuerpo y plasmarse en una película que muestra imágenes de áreas internas del cuerpo.
  • Radiografía de la mandíbula: un rayo X es un tipo de haz de energía que puede atravesar el cuerpo y plasmarse en una película que muestra imágenes de áreas internas del cuerpo.
  • Tomografía computarizada (TC): procedimiento para el que se toma una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo, como la cabeza y el cuello, desde ángulos diferentes. Las imágenes se crean con una computadora conectada a una máquina de rayos X. Este procedimiento también se llama tomografía computada o tomografía axial computarizada (TAC).
  • Imágenes por resonancia magnética (IRM): procedimiento para el que se usa un imán, ondas de radio y una computadora a fin de crear imágenes detalladas de áreas internas del cuerpo, como la cabeza y el cuello. Este procedimiento también se llama imágenes por resonancia magnética nuclear (IRMN).
  • Biopsia: extracción de células óseas de la mandíbula para observarlas al microscopio y verificar si hay signos de muerte ósea después de la radioterapia.
Consulte con el médico de su niño si es necesario someterlo a estas pruebas y procedimientos para determinar si hay signos de efectos tardíos en los dientes y la mandíbula. Si son necesarios, pregunte con qué frecuencia se deben realizar.

La atención dental regular es muy importante para los sobrevivientes de cáncer infantil.

Los médicos recomiendan que los sobrevivientes de cáncer infantil se sometan a revisión, limpieza y tratamiento con fluoruro cada seis meses. Los niños que se sometieron a radioterapia dirigida a la cavidad oral también deben ver a un ortodoncista o un otorrinolaringólogo. Si hay lesiones en la boca, es posible que sea necesaria una biopsia.

Tubo digestivo

Los efectos tardíos en el tubo digestivo es más probable que se presenten después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

El tratamiento de los cánceres indicados a continuación y de otros cánceres infantiles a veces ocasiona efectos tardíos en el tubo digestivo (esófagoestómagointestino delgado e intestino gruesorecto y ano):

La radiación dirigida a la vejiga, la próstata y los testículos, así como ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en el tubo digestivo.

El riesgo de problemas de salud que afectan el tubo digestivo aumenta después del tratamiento con los siguientes procedimientos:
  • Radioterapia dirigida al abdomen o áreas cerca del abdomen, como el esófago, la vejiga, la próstata o los testículos puede ocasionar problemas en el tubo digestivo que empiezan rápido y duran poco. Sin embargo, los problemas del tubo digestivo en algunos pacientes se demoran y duran largo tiempo. La causa de estos efectos tardíos es la radioterapia que daña los vasos sanguíneos. La administración de dosis más altas de radioterapia o quimioterapia, como dactinomicina o antraciclinas, junto con la administración de radioterapia a veces aumenta este riesgo.
  • Cirugía abdominal o pélvica, para extirpar la vejiga.
  • Quimioterapia con alquilantes, como procarbazina, ciclofosfamida e ifosfamida, o con sustancias con platino, como cisplatino o carboplatino, o con antraciclinas, como doxorrubicinadaunorrubicinaidarrubicina y epirrubicina.
  • Trasplante de células madre.
Los siguientes factores también aumentan el riesgo de efectos tardíos en el tubo digestivo:

Los efectos tardíos que afectan el tubo digestivo a veces causan ciertos problemas de salud.

Entre los efectos tardíos en el tubo digestivo y los problemas de salud relacionados se incluyen los siguientes:

Los signos y síntomas posibles de efectos tardíos en el tubo digestivo incluyen dolor abdominal y diarrea.

Estos y otros signos y síntomas a veces obedecen a efectos tardíos en el tubo digestivo, o a otras afecciones:
  • Dificultad para tragar o sensación de que los alimentos se atascan en la garganta.
  • Acidez.
  • Fiebre con dolor intenso en el abdomen y náuseas.
  • Dolor en el abdomen.
  • Cambio en los hábitos intestinales (estreñimiento o diarrea).
  • Náuseas y vómitos.
  • Dolores frecuentes ocasionados por gases, distensión abdominal, sensación de saciedad o cólicos.
  • Hemorroides.
  • Reflujo.
Hable con el médico de su niño si presenta cualquiera de estos problemas.

Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en el tubo digestivo, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.

Para detectar o diagnosticar efectos tardíos en el tubo digestivo, se utilizan las siguientes pruebas y procedimientos:
  • Examen físico y antecedentes: examen del cuerpo para revisar el estado general de salud e identificar cualquier signo de enfermedad, como sensibilidad abdominal o cualquier otra cosa parezca anormal. También se toman datos sobre los hábitos de salud del paciente, los antecedentes de enfermedades y los tratamientos anteriores.
  • Examen digital del recto: examen del recto. El médico o enfermero introducen un dedo cubierto por un guante lubricado en la parte inferior del recto para palpar y detectar si hay masas o cualquier otra cosa que parezca extraña.
  • Estudios bioquímicos de la sangre: pruebas por las que se examina una muestra de sangre para medir la cantidad de ciertas sustancias que los órganos y tejidos liberan en el cuerpo. Una cantidad anormal (mayor o menor que la normal) de una sustancia suele ser un signo de enfermedad en el órgano o el tejido que la elabora.
  • Radiografía: procedimiento que emplea un rayo X, un tipo de haz de energía que puede atravesar el cuerpo y plasmarse en una película que muestra una imagen de áreas del interior del cuerpo. Es posible que se tome una radiografía del abdomen, el riñón, el uréter o la vejiga para verificar si hay signos de enfermedad.
Consulte con el médico de su niño si es necesario someterlo a estas pruebas y procedimientos para determinar si hay signos de efectos tardíos en el tubo digestivo. Si son necesarios, pregunte con qué frecuencia se deben realizar.

Hígado y conductos biliares

Los efectos tardíos en el hígado y los conductos biliares es más probable que se presenten después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

El tratamiento de los siguientes cánceres infantiles, entre otros, a veces causa efectos tardíos en el hígado o los conductos biliares:

Ciertos tipos de quimioterapia y radiación dirigida al hígado o los conductos biliares aumentan el riesgo de efectos tardíos.

En los sobrevivientes de cáncer infantil, el riesgo de efectos tardíos en el hígado o los conductos biliares a veces aumenta si fueron tratados con los siguientes procedimientos:
  • Cirugía para extirpar parte del hígado o un trasplante de hígado.
  • Quimioterapia con dosis altas de ciclofosfamida como parte de un trasplante de células madre.
  • Quimioterapia, como con 6-mercaptopurina, 6-tioguanina y metotrexato.
  • Radioterapia dirigida al hígado o los conductos biliares. El riesgo depende de los siguientes aspectos:
    • La dosis de radiación y la cantidad de hígado tratada.
    • La edad en el momento del tratamiento (a menor edad, más alto el riesgo).
    • Si se realizó una cirugía para extirpar una parte del hígado.
    • Si se administró quimioterapia como la doxorrubicina o la dactinomicina junto con radioterapia.
  • Trasplante de células madre (y antecedentes de enfermedad de injerto contra huésped crónica).

Los efectos tardíos que afectan el hígado y los conductos biliares a veces causan ciertos problemas de salud.

Entre los efectos tardíos en el hígado los conductos biliares, y los problemas relacionados con la salud, se incluyen los siguientes:

Los signos y síntomas posibles de efectos tardíos en el hígado o los conductos biliares incluyen dolor abdominal e ictericia.

Estos y otros signos y síntomas quizás obedezcan a efectos tardíos en el hígado y los conductos biliares, o a otras afecciones:
  • Aumento o pérdida de peso.
  • Hinchazón del abdomen.
  • Náuseas y vómitos.
  • Dolor en el abdomen. El dolor se puede presentar cerca de las costillas, a menudo del lado derecho, o luego de una comida rica en grasas.
  • Ictericia (la piel y el blanco de los ojos se tornan amarillos).
  • Heces de color claro.
  • Orina de color oscuro.
  • Muchos gases.
  • Falta de apetito.
  • Sensación de cansancio o debilidad.
Hable con el médico de su niño si presenta cualquiera de estos problemas.
Algunas veces, no se presentan signos o síntomas en el hígado o el conducto biliar por los efectos tardíos y quizás no se necesite tratamiento.

Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en el hígado y los conductos biliares, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.

Para detectar y diagnosticar efectos tardíos en el hígado y los conductos biliares, se utilizan las siguientes pruebas y procedimiento:
  • Examen físico y antecedentes: examen del cuerpo para revisar el estado general de salud e identificar cualquier signo de enfermedad, como masas o cualquier otra cosa que parezca anormal. También se toman datos sobre los hábitos de salud, los antecedentes de enfermedades y los tratamientos anteriores.
  • Estudios bioquímicos de la sangre: pruebas por las que se examina una muestra de sangre para medir la cantidad de ciertas sustancias que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad anormal (mayor o menor que la normal) de una sustancia suele ser un signo de enfermedad en el órgano o el tejido que la elabora. Por ejemplo, a veces hay una concentración alta de bilirrubina, alanina-aminotransferasa (ALT) y aspartato-aminotransferasa (AST) en el cuerpo si el hígado fue dañado.
  • Concentración de ferritina: procedimiento para el que se examina una muestra de sangre para medir la cantidad de ferritina. La ferritina es una proteína que se une al hierro y lo almacena para que el cuerpo la use. Después de un trasplante de células madre, una concentración alta de ferritina puede ser un signo de enfermedad hepática.
  • Estudios de la sangre para verificar que la sangre se coagula correctamente: procedimiento para el que se examina una muestra de sangre para medir la cantidad de plaquetas en el cuerpo o el tiempo que demora la sangre en coagularse.
  • Ensayo de hepatitis: procedimiento para el que se examina una muestra de sangre para determinar si hay trozos del virus de la hepatitis. La muestra de sangre también se puede usar para medir la cantidad del virus de la hepatitis en la sangre. Todos los pacientes que recibieron una transfusión de sangre antes de 1972 se deberán someter a un examen de detección de hepatitis B. Los pacientes que recibieron una transfusión antes de 1993 se deberán someter a un examen de detección de hepatitis C.
  • Ecografía: procedimiento en el que se hacen rebotar ondas de sonido de alta energía (ultrasónicas) en los tejidos u órganos internos, como la vesícula biliar, para producir ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos corporales que se llama ecograma. La imagen se puede imprimir para observarla más tarde.
  • Biopsia: extracción de células o tejidos del hígado para observarlos al microscopio y verificar si hay signos de hígado graso.
Consulte con el médico de su niño si es necesario someterlo a estas pruebas y procedimientos para determinar si hay signos de efectos tardíos en el hígado o los conductos biliares. Si son necesarios, pregunte con qué frecuencia se deben realizar.

Para los sobrevivientes de cáncer infantil, son importantes los hábitos de salud que promueven un hígado sano.

Los sobrevivientes de cáncer infantil con efectos tardíos en el hígado deberán poner atención en proteger su salud mediante, entre otros, los siguientes comportamientos:
  • Mantener un peso saludable.
  • No beber alcohol.
  • Vacunarse contra los virus de la hepatitis A y la hepatitis B.



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