Las vocalías de Médico Interno Residente (MIR) y Joven internista de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) han impulsado un nuevo estudio a nivel nacional. El objetivo del mismo era evaluar de manera descriptiva el impacto de la situación de crisis sanitaria en los especialistas en Medicina Interna. Entre las principales conclusiones destaca que el 29,8 por ciento ha tenido que separarse de sus convivientes habituales o allegados. De hecho, el 86,77 por ciento de los participantes se ha mostrado preocupado por la posibilidad de infectar a sus familiares o allegados
Por otra parte, respecto a las medidas de protección, el 29,41 por ciento manifiesta no haber podido acceder, siempre que lo ha necesitado, a Equipos de Protección Individual (EPI). El 17,44 por ciento de los participantes refiere haberse infectado y haber obtenido un resultado positivo confirmatorio en las pruebas de detección del SARS-CoV-2. Este dato podría influir en la necesidad de separarse de sus convivientes. Cabe recordar que otro estudio reciente afirmaba que más de un tercio de los hijos de sanitarios convivientes con COVID-19 presentaron anticuerpos IgG.
Asimismo, para 8 de cada 10 especialistas en Medicina Interna, las horas de trabajo en el hospital se han incrementado durante la pandemia. Un 27,93 por ciento afirma haber obtenido algún tipo de compensación por el exceso de trabajo.

Un estudio sobre los internistas y su impacto con sus convivientes

Para la realización de este estudio se ha usado el “Maslach Burnout Inventory”. Se trata de un cuestionario que aborda distintas cuestiones para evaluar el grado de burnout profesional en tres dimensiones clave. En concreto, agotamiento emocional, despersonalización y realización personal.
Así, han participado 1.015 internistas ─638 mujeres y 377 hombres─, con una edad media de 39,9 años. El perfil mayoritario de los participantes era el de médicos internistas ya con título de especialista 69,2 por ciento. Un 24,65 por ciento eran residentes en formación. Otro 5,94 por ciento eran profesionales que ostentaban la jefatura de servicio de Medicina Interna o directores médicos. El 92,18 por ciento de los participantes en el estudio había atendido en primera línea a pacientes COVID-19.