El dolor y el cáncer (PDQ®)–Versión para profesionales de salud
Información general sobre el dolor producido por el cáncer
El dolor es uno de los síntomas más comunes de los pacientes de cáncer y, a menudo tiene un efecto negativo sobre el estado funcional y la calidad de vida (CV). El objetivo del siguiente sumario es proporcionar información práctica, actualizada y basada en comprobación científica sobre el tratamiento del dolor producido por el cáncer.
En general, el tratamiento eficaz del dolor se logra cuando se siguen los siguientes pasos:[1]
- Exámenes regulares de detección para asegurar que el dolor del paciente se reconozca temprano. (Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Evaluación del dolor).
- Caracterización adecuada del dolor para identificar aspectos fisiopatológicos subyacentes que podrían influir significativamente en las opciones de tratamiento. (Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Clasificación del dolor).
- ¿El dolor es agudo o crónico?
- ¿Es consecuencia del cáncer, el tratamiento del cáncer, otras causas o una combinación?
- ¿Es somático, visceral, neuropático o mixto?
- ¿Tiene un componente esporádico?
- ¿Hay dolor intercurrente?
- Determinar si es necesario tratar el dolor con farmacoterapia u otras modalidades de tratamiento. A menudo, el dolor es de naturaleza multifactorial, de modo que se deberán evaluar los factores que suelen modular la expresión de dolor, como el sufrimiento psicológico y el consumo de sustancias. (Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Antecedentes y definiciones).
- ¿Cuál es el efecto del dolor en el paciente?
- ¿Es probable que el beneficio del tratamiento supere los riesgos?
- Identificación de las opciones óptimas de farmacoterapia analgésica y de otro tipo (para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Farmacoterapias analgésicas), incluso derivaciones a especialistas si fueran necesarias. (Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Modalidades de control del dolor: otros abordajes). El dolor complejo a menudo exige evaluaciones e intervenciones interdisciplinarias y multidimensionales. Hay muchos aspectos a considerar que sirven para determinar el tratamiento más adecuado, como los siguientes:
- Tratamientos analgésicos anteriores.
- Pronóstico del paciente.
- Factores pronósticos del control del dolor (por ejemplo, sufrimiento psicológico).
- Efecto en el funcionamiento.
- Comorbilidades (por ejemplo, insuficiencia renal o hepática).
- Riesgo de uso indebido o adicción a los analgésicos.
- Preferencia del paciente.
- Proporcionar una educación adecuada sobre el tratamiento, incluso la administración de medicamentos, los efectos secundarios esperados y los tratamientos relacionados, y cuándo los pacientes pueden esperar mejoras. Si se considera administrar opioides, se deberá tener en cuenta si hay miedo a los opioides o riesgo de su uso indebido. Los pacientes y sus cuidadores deberán educarse sobre la seguridad de su almacenamiento, uso y eliminación. En un estudio, se demostró que el uso, almacenamiento y eliminación inapropiados de los opioides son comunes en los pacientes de cáncer.[2]
- Seguimiento longitudinal del paciente con nuevas consultas para evaluar o ajustar los tratamientos. Los pacientes con dolor por cáncer u otro motivo que necesitan tratamiento crónico se vigilan de cerca para optimizar el tratamiento y reducir al mínimo la probabilidad de complicaciones por el uso de opioides, incluso el uso inadecuado o el abuso. Los riesgos y beneficios del uso de opioides se evalúan con regularidad, y el médico discute abiertamente sus impresiones con el paciente.
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