la enfermedad sigue diagnosticándose
El misterio de la lipoatrofia semicircular
La lipoatrofia semicircular, localizada especialmente en la parte anterolateral del muslo, es una entidad cuyo diagnóstico ha ido a más desde que en 1995 se registraron en Bélgica 1.100 afectados entre los empleados de un banco que se trasladaron a un nuevo edificio y, en 2007 en España, 246 casos más al ocupar los trabajadores de Gas Natural Fenosa la nueva sede barcelonesa de la compañía. La literatura médica, por ahora sólo descriptiva, sitúa la causa principalmente en la deficiente climatización y en los campos electromagnéticos de las nuevas oficinas.
Carmen Fernández. Barcelona | 04/01/2012 00:00
Aspecto habitual de la lipoatrofia semicircular en muslos. (DM)
La lipoatrofia semicircular (atrofia de una zona semicircular del tejido fino graso subcutáneo) relacionada con edificios enfermos, de la que tuvimos constancia en España en 2007 por los casos detectados en la empresa Gas Natural Fenosa de Barcelona, sigue diagnosticándose: 99 casos registrados en 2011 en 22 empresas sólo en Cataluña, según datos del Departamento de Empresa y Ocupación de la Generalitat.
La literatura médica es principalmente descriptiva y poco explícita en lo que concierne a la etiología de esta patología, sobre la que también contabilizan casos en Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Holanda, según una revisión de Gloria Cruceta, psiquiatra experta en prevención de riesgos laborales y presidenta del CNT 171 de Calidad Ambiental en Interiores de la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor).
La hipótesis más aceptada es la que relaciona esta patología con la descarga electrostática en los muslos, a través de la mesa de escritorio, lo que provoca que los macrófagos activados puedan modificar la estructura del tejido adiposo. En algunos casos se ha demostrado que ocurre tras la administración de vasopresina, tramzinolona e insulina, lo que apoya la hipótesis de una respuesta inmune localizada hacia un antígeno contenido en estas sustancias. No obstante, aunque el origen sigue siendo un misterio por resolver, hay bastante consenso sobre que la clave está en la baja humedad, la electricidad estática y los campos electromagnéticos de las nuevas oficinas; es decir, que la causa podría ser multifactorial.
Tras el traslado
Según han informado los Servicios Médicos de Gas Natural Fenosa, cuya experiencia es considerada referencia nacional, en su caso esta dolencia empezó a detectarse cuando los empleados se trasladaron a la nueva sede de la compañía (un moderno edificio totalmente acristalado, diseñado por Benedetta Tagliabue y construido a pocos metros de la playa de la Barceloneta). Todos los afectados tenían unas extrañas lesiones (pérdida de tejido adiposo o marcas similares a las que dejan los calcetines o las medias en los tobillos después de llevarlos largo tiempo, sólo que los efectos de la hendidura en la piel son más prolongados y profundos) en las piernas y, en menor medida, en los antebrazos.
Poco después de detectar los primeros casos, la compañía averiguó que había un problema similar ocurrido diez años antes en Bélgica, en el KBC Bank & Insurance, y organizó una reunión con el jefe del Servicio Médico de esa empresa, Bart Curvers, para conocer su experiencia, las medidas adoptadas y los resultados a largo plazo.
Tras esa reunión, se elaboró un protocolo de actuación clínica y la compañía comenzó a aplicar las medidas higiénico-ambientales para acabar con la dolencia, que incluían la instalación de humidificadores para alcanzar un nivel de humedad relativa superior al 50 por ciento, la colocación de perfiles adicionales en las mesas de trabajo y la conexión de la electrificación a tierra. Asimismo, puso en marcha una atención especial (física y psicológica) para las personas afectadas.
Estudio epidemiológico
Las medidas aplicadas por la compañía dieron buenos resultados y permitieron solventar el problema. El Servicio de Prevención, que ha contabilizado un total de 246 casos (mayoritariamente mujeres), realizó un estudio epidemiológico sobre los afectados, monitorizó de forma continuada las condiciones ambientales básicas (temperatura, humedad relativa, concentración de CO2), realizó mediciones de campos eléctricos y magnéticos, determinó las resistividad de los materiales, midió cargas electrostáticas, verificó la puesta a tierra de la electrificación de las mesas y analizó la geometría del mobiliario. Cuando tuvo los resultados sobre la mesa, no halló ningún nexo determinante que asociase la lesión con algún factor como la edad, las posturas o los hábitos, una conclusión análoga a la que llegó la Agencia de Salud Pública de la Generalitat. La mayor parte de los casos se detectaron durante los tres primeros meses desde la aparición del primero; y un año después, sólo quedaban pendientes de recuperación 21 de los 246.
No hay comentarios:
Publicar un comentario