lunes, 23 de enero de 2012

En la DMS se halla la clave del dolor persistente - DiarioMedico.com

Se abren nuevas posibilidades terapéuticas

En la DMS se halla la clave del dolor persistente

Un estudio que se publica hoy en Nature Chemical Biology ha mostrado que la dimetilesfingosina (DMS) está producida en niveles anormalmente altos en las médulas espinales de ratas con dolor neuropático.
Redacción   |  23/01/2012 00:00

Un equipo de científicos del Instituto de Investigación Scripps, en La Jolla, Estados Unidos, ha descubierto una clave de la persistencia del dolor: la dimetilesfingosina (DMS, según sus siglas inglesas), una pequeña molécula subproducto de membranas celulares en el sistema nervioso.

En su nuevo estudio, que se publica hoy en Nature Chemical Biology, los científicos han hallado que la DMS está producida en niveles anormalmente altos en las médulas espinales de ratas con dolor neuropático y parece causar dolor cuando es inyectada. Los hallazgos sugieren que inhibir esta molécula podría ser una diana fructífera para el desarrollo de fármacos.

La DMS parece provocar dolor en parte por la estimulación de la liberación de moléculas proinflamatorias procedentes de los astrocitos.

Los autores del trabajo, coordinados por Gary Siuzdak, profesor de Química y Biología Molecular del citado centro, comenzaron su investigación con un modelo estándar de dolor neuropático en ratas de laboratorio. Con la colaboración de Gary J. Patti, que ahora es profesor de Genética y Química de la  Universidad de Washington, en Saint. Louis, recogieron muestras de un nervio de la tibia previamente dañado y producía dolor neuropático. También recolectaron plasma sanguíneo de ratas y tejido de sus médulas espinales.

Tras este paso, los científicos determinaron los niveles de metabolitos en estos tejidos y los compararon con los niveles de los animales control. De forma inesperada, hallaron que casi todas las alteraciones principales en los niveles de metabolitos no estaban presentes en las fibras nerviosas de la pierna dañada, ni en el plasma sanguíneo, sino en los tejidos de la llamada "asta dorsal", región de la médula espinal que normalmente recibe señales del nervio periférico (tibial) y las transmite al cerebro.

"Después de que el nervio esté dañado, se degrada y se reconstruye en el sitio de la lesión, pero la remodelación también se produce, posiblemente durante un periodo más largo, en el extremo del nervio donde se conecta con las neuronas del asta dorsal (asta posterior de la médula dorsal)", ha dicho Patti. A continuación, realizaron un test para ver qué metabolitos estaban alterados en los tejidos del asta dorsal y que podrían evocar signos de señalización de dolor en cultivos tisulares de médula espinal de ratas. Así dieron con la DMS.

El equipo de Siuzdak y Patti está ahora intentando conocer más sobre los mecanismos por los que la DMS induce el dolor. Además, están analizando los inhibidores de la producción de DMS que podrían probar tratamientos eficaces o preventivos para el dolor neuropático
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