domingo, 15 de enero de 2012

La ciencia de la toma de decisiones - 14.01.2012 - lanacion.com  

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Sábado 14 de enero de 2012 | Publicado en edición impresa
Opinión

La ciencia de la toma de decisiones

Por Facundo Manes  | Para LA NACION

La ciencia está comenzando a iluminar el camino que nos permitirá entender por qué elegimos cuando elegimos. La noción de que somos seres conscientes, con el poder de ejercer la total potestad sobre nuestras propias elecciones en la vida, está siendo cuestionada. Benjamin Libet demostró, a partir de estudios realizados en la Universidad de California, que antes de que un individuo esté consciente de una decisión particular como mover una pierna, hay áreas del cerebro que se activan. El proceso de toma de decisiones humanas está influenciado por procesos implícitos que muchas veces no alcanzan la conciencia.

Muchas teorías asumen que las decisiones derivan de una evaluación de distintas alternativas de los posibles resultados con un análisis costo-beneficio. Pero la evidencia científica en la actualidad indica que decidimos, básicamente, con las emociones. Investigaciones recientes demuestran que la toma de decisiones es un proceso que depende fundamentalmente de áreas cerebrales involucradas en el control de las emociones. Tomamos decisiones permanentemente y la velocidad de los eventos que nos suceden hace que no haya tiempo para racionalizar los pros y los contras de cada decisión. Éstas dependen de qué región cerebral emerge victoriosa de una puja entre los centros emocionales y los centros racionales.

Las neurociencias pueden aportar mucha información acerca de las destrezas de expertos en dominios cognitivos específicos. Por ejemplo, en el caso de Messi, podría estudiarse cómo ocurre la toma de decisiones a diferentes niveles, más explícitos o conscientes, o más automáticos. El fútbol en general es un excelente ejemplo en donde se ponen en juego múltiples destrezas sensorio-motoras (visión, sistema motor) y procesos cognitivos (cognición espacial, planificación) para tomar decisiones de forma rápida y casi automática (patear la pelota, dar un pase o tirar al arco, detener la jugada o anticiparse). Con la ayuda de tecnología de alto nivel, pueden analizarse variables del sistema nervioso periférico que midan la conductancia de la piel, la regulación del ritmo cardíaco y la aceleración-complejidad del movimiento durante los partidos del propio jugador. Estas medidas, acumuladas a lo largo de un partido y repetidas en muchos eventos, asociadas además con el rendimiento del jugador, podrían proveer información muy importante. A su vez, sería posible obtener distintos análisis "de laboratorio" midiendo directamente la actividad cerebral mientras Messi practica con un videojuego de fútbol o mientras observa secuencias de partidos jugados por él u otros jugadores. Estos datos, comparados con los de otros jugadores profesionales y no profesionales, permitirían conocer qué aspectos de la actividad cognitiva y cerebral son distintivos y transforman a Messi en un jugador excepcional.

¿Servirán estos datos para entender la forma adecuada de tomar decisiones en otros dominios (por ejemplo, decisiones económicas)? Aunque este tipo de estudios podría arrojar datos muy relevantes acerca de la toma de decisiones en forma rápida y automática en individuos con alto rendimiento deportivo, es difícil imaginar que será muy útil para comprender la toma de decisiones en otros dominios. Es que la toma de decisiones humanas parece ser una capacidad altamente sensible al contexto y dependiente de un conjunto de habilidades específicas. De todos modos, vale la pena que la ciencia también intente encontrar una respuesta sobre lo que todo el mundo, cuando ve jugar al fútbol a Messi, se pregunta asombrado: "¿Cómo es que lo hace?".
*Director de Ineco y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro
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