un fármaco con medio siglo de vida
La ketamina produce inconsciencia y preserva la permeabilidad de la vía aérea
Las últimas investigaciones en modelos animales han probado que la ketamina produce un estado de inconsciencia preservando la permeabilidad de la vía aérea. La revista Anesthesiology dedica un editorial a hablar sobre la utilidad y seguridad de este fármaco escrito por Jaume Canet, del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, de Badalona.
Javier Granda Revilla. Barcelona | 10/01/2012 00:00
Jaume Canet, del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, de Badalona. (Rafa M. Marín)
La ketamina, a pesar de tener casi 50 años de vida a sus espaldas, es un fármaco vigente, con aplicaciones muy útiles en la práctica diaria, según un editorial publicado en Anesthesiology por los anestesistas Jaume Canet y Jorge Castillo. Las últimas investigaciones en modelos animales han probado que produce un estado de inconsciencia preservando la permeabilidad de la vía aérea.
El fármaco se diseñó originalmente como anestésico y posteriormente se han encontrado nuevas indicaciones, con propiedades antiinflamatorias e, incluso, antitumorales. En la actualidad se siguen investigando nuevas aplicaciones en el tratamiento tanto del dolor agudo como del crónico; además, es barato. Por el contrario, desde que se sintetizó se demostró que su administración provocaba alucinaciones, que podían ser prevenidas.
- Muchas guías de práctica clínica recomiendan administrar ketamina porque reduce la necesidad de fármacos como morfina
Los experimentos con animales han demostrado que al administrar ketamina se produce un estado de inconsciencia preservando la permeabilidad de la vía aérea. "Uno de los problemas más graves que tenemos cuando administramos cualquier tipo de anestésico convencional es que, a medida que profundizamos el estado de anestesia, se va produciendo una depresión respiratoria y un colapso de la vía aérea, por lo que debe recurrirse a intubar al paciente o colocar un dispositivo oral para ventilarlo. Estos trabajos en ratas demuestran que la ketamina estimula la musculatura de la vía aérea superior, por lo que se mantiene la permeabilidad de la vía aérea", ha detallado.
En su opinión, esto confirma las actuaciones que se realizan en la práctica clínica habitual en pacientes en los que no está indicada la manipulación de la vía aérea: al administrar la ketamina se puede mantener tanto la ventilación espontánea como, sobre todo, la permeabilidad de dicha vía."Pese a que no es un anestésico de primera línea, es un excelente fármaco de complemento. Hoy en día muchas guías de práctica clínica de analgesia postoperatoria recomiendan administrar ketamina, ya que reduce las necesidades de otros fármacos como morfina, por lo que el temido efecto de la depresión respiratoria se reduce".
El fármaco debería, según su criterio, ganar más peso en anestesia y sedación. Se ha utilizado especialmente en sedación en niños para exploraciones diagnósticas de tipo radiológico o intervencionista, "por lo que parece que podría recomendarse en adultos. Existe un cierto temor a las alucinaciones que causa, pero se sabe que si previamente se administran pequeñas dosis de benzodiazepinas este efecto, que se presenta cuando el paciente se despierta del estado anestésico, desaparece, aunque en algunos casos se han dado problemas a largo plazo, con pacientes que mantienen las alucinaciones". Al inducir este estado alucinógeno, el fármaco está muy solicitado en espacios de ocio como discotecas, con un mercado negro muy potente. Existe además, y por este motivo, una cierta preocupación en los servicios de farmacia por el control de la ketamina.
Debate abierto
El debate sobre cómo utilizar el fármaco de forma adecuada está abierto. "El temor, por parte de los anestesiólogos que hemos sido los que siempre hemos utilizado el fármaco, es la extensión de su uso a otros especialistas que quizá no son conscientes de sus limitaciones y que puede llevar a una utilización no adecuada, especialmente en el ámbito estadounidense. A esto se une que se ha ido demostrando esta seguridad en su uso, con nuevas aplicaciones clínicas en dolor crónico, depresión, con un efecto antinflamatorio y antitumoral".
(Anesthesiology; 2012; 116: 1-1).
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