Las desigualdades en salud pueden ir "impresas" en el ADN antes de nacer
(25/01/2012) - E.P.
Los niveles de metilación del ADN descienden a lo largo de la vida como parte del proceso natural de envejecimiento pero pueden verse afectados por factores externos con un efecto mucho mayor durante el desarrollo intrauterino
Investigadores de la Universidad de Glasgow, en Escocia (Reino Unido), sugieren que las desigualdades en materia de salud van "impresas" en el ADN de muchas personas, tras haber observado que quienes viven en zonas desfavorecidas tienen más riesgo de verse afectados por alguna patología que el resto.
Así se desprende de los resultados publicados en el International Journal of Epidemiology, tras haber analizado las muestras de sangre de 239 personas de uno de los barrios más desfavorecidos y prestigiosos de esta ciudad y encontrar "diferencias significativas" en los niveles de metilación del ADN.
Este proceso natural es el encargado de controlar la expresión génica de cada individuo. Generalmente, la mayor parte de dicho contenido en humanos queda fijado de por vida en las primeras semanas de embarazo.
En estos casos, las enzimas del organismo van creando "etiquetas" químicas que quedan impresas en ADN para activar o desactivar la expresión de genes en el momento adecuado y en el lugar correcto. Las etiquetas son "leídas" por las células, de modo que cada célula expresa sólo unos genes determinados para garantizar que el cuerpo funciona correctamente y permanece saludable.
El problema, según los autores, es que cuando los niveles de metilación son reducidos este proceso corre peligro, aumentando las probabilidades de desarrollar diabetes y enfermedad cardiovascular en el futuro.
En la investigación, el profesor de Epigenética Paul Shiels y su equipo trataron de analizar el impacto de las desigualdades en salud de Greater Glasgow, subdivisión administrativa de la capital escocesa, y ver por qué sus habitantes tienen más probabilidades de sufrir más problemas sanitarios.
De este modo, y tras analizar el ADN, se ha observado que los niveles de metilación fueron significativamente menores en las muestras de las zonas más desfavorecidas, al tiempo que se corroboró un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Los niveles de metilación descienden a lo largo de la vida como parte del proceso natural de envejecimiento, pero pueden verse ligeramente afectados en edad adulta por factores externos como la dieta, el estrés y el estilo de vida, asegura Shiels.
Los factores externos tienen un efecto mucho mayor durante el desarrollo intrauterino, ya que afectan a las enzimas que favorecen la metilación, por lo que es muy probable que estos niveles significativamente más bajos de metilación se establezcan antes del nacimiento.
No obstante, los autores del estudio reconocen que deben llevarse a cabo más estudios comparativos, que analicen también el impacto que pueden tener determinadas iniciativas de salud pública, ya que en el futuro se podría identificar a partir del ADN a aquellas personas con más riesgo de tener problemas de salud en el futuro.
Así se desprende de los resultados publicados en el International Journal of Epidemiology, tras haber analizado las muestras de sangre de 239 personas de uno de los barrios más desfavorecidos y prestigiosos de esta ciudad y encontrar "diferencias significativas" en los niveles de metilación del ADN.
Este proceso natural es el encargado de controlar la expresión génica de cada individuo. Generalmente, la mayor parte de dicho contenido en humanos queda fijado de por vida en las primeras semanas de embarazo.
En estos casos, las enzimas del organismo van creando "etiquetas" químicas que quedan impresas en ADN para activar o desactivar la expresión de genes en el momento adecuado y en el lugar correcto. Las etiquetas son "leídas" por las células, de modo que cada célula expresa sólo unos genes determinados para garantizar que el cuerpo funciona correctamente y permanece saludable.
El problema, según los autores, es que cuando los niveles de metilación son reducidos este proceso corre peligro, aumentando las probabilidades de desarrollar diabetes y enfermedad cardiovascular en el futuro.
En la investigación, el profesor de Epigenética Paul Shiels y su equipo trataron de analizar el impacto de las desigualdades en salud de Greater Glasgow, subdivisión administrativa de la capital escocesa, y ver por qué sus habitantes tienen más probabilidades de sufrir más problemas sanitarios.
De este modo, y tras analizar el ADN, se ha observado que los niveles de metilación fueron significativamente menores en las muestras de las zonas más desfavorecidas, al tiempo que se corroboró un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Los niveles de metilación descienden a lo largo de la vida como parte del proceso natural de envejecimiento, pero pueden verse ligeramente afectados en edad adulta por factores externos como la dieta, el estrés y el estilo de vida, asegura Shiels.
Los factores externos tienen un efecto mucho mayor durante el desarrollo intrauterino, ya que afectan a las enzimas que favorecen la metilación, por lo que es muy probable que estos niveles significativamente más bajos de metilación se establezcan antes del nacimiento.
No obstante, los autores del estudio reconocen que deben llevarse a cabo más estudios comparativos, que analicen también el impacto que pueden tener determinadas iniciativas de salud pública, ya que en el futuro se podría identificar a partir del ADN a aquellas personas con más riesgo de tener problemas de salud en el futuro.
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