LOS QUE RECIBIERON LA TERAPIA VIVIERON MÁS
Las troncales musculares rejuvenecen ratones seniles
Un trabajo del Departamento de Microbiología y Genética de la Universidad de Pittsburgh, en Pensilvania, ha mostrado que los ratones diseñados para envejecer demasiado rápido rejuvenecían al inyectarles células troncales derivadas de músculo de animales jóvenes y sanos.
Redacción | 04/01/2012 00:00
Los ratones diseñados para envejecer demasiado rápido parecían haber bebido de la fuente de la juventud después de que los científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, en Pensilvania (Estados Unidos), les inyectaran células troncales derivadas de músculo de animales jóvenes y sanos.
En lugar de llegar a enfermar y morir de forma temprana como les sucedió a los ratones que no fueron tratados, los que recibieron la terapia de células progenitoras mejoraron su salud y vivieron dos o tres veces más de lo que se esperaba, según los resultados obtenidos por un estudio que se publica hoy en Nature Communications.
"Nuestros experimentos han mostrado que los ratones que tienen progeria permanecían sanos y vivos tras una inyección de células madre de animales sanos y jóvenes", ha afirmado Laura Niedernhofer, una de las autoras del estudio y profesora asociada en el Departamento de Microbiología y Genética Molecular. "Esto nos indica que la disfunción de las células madre es una causa de los cambios que vemos con el envejecimiento".
El equipo de Huard, que además es director del Centro de Investigación de Células Madre en el Hospital Infantil de Pittsburgh, examinó la población de células progenitoras derivadas del músculo de ratones con progeria y halló que, en comparación con aquéllas procedentes de roedores normales, las células fueron menores en número, no se replicaron con tanta frecuencia ni se diferenciaron tan fácilmente en células especializadas. Los investigadores también observaron que las células progenitoras derivadas del músculo de ratones con progeria tenían reducida su capacidad para regenerar el músculo dañado. Los mismos defectos fueron descubiertos en las células progenitoras aisladas de los ratones muy viejos.
"Queríamos ver si podíamos rescatar rápidamente a estos animales del envejecimiento; por eso les inyectamos células progenitoras de ratones sanos y jóvenes en el abdomen de ratones con progeria de 17 días de edad", ha comentado Huard, añadiendo que "los ratones con esta enfermedad normalmente mueren a los 21 ó 28 días de edad, pero los animales tratados vivieron bastante más tiempo, incluso 66 días más. Asimismo, tenían una salud general mejor". Cuando los ratones con progeria envejecen, pierden masa muscular en sus patas traseras, se arquean, padecen temblores y se mueven lentamente y con torpeza. Los ratones afectados que recibieron una inyección de células madre justo antes de mostrar los primeros signos de envejecimiento, eran más parecidos a los ratones normales y se desarrollaron más.
Según Niedernhofer, "en una placa de Petri pusimos las células madre jóvenes cerca, pero no tocando a las células madre con progeria y, así, las células que no estaban sanas mejoraron su funcionalidad".
(Nature Communications; 2012; DOI: 10.1038/ ncomms1611).
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- Los ratones con progeria normalmente mueren a los 21 ó 28 días de edad, pero los animales tratados vivieron alrededor de 66 días más
"Nuestros experimentos han mostrado que los ratones que tienen progeria permanecían sanos y vivos tras una inyección de células madre de animales sanos y jóvenes", ha afirmado Laura Niedernhofer, una de las autoras del estudio y profesora asociada en el Departamento de Microbiología y Genética Molecular. "Esto nos indica que la disfunción de las células madre es una causa de los cambios que vemos con el envejecimiento".
El equipo de Huard, que además es director del Centro de Investigación de Células Madre en el Hospital Infantil de Pittsburgh, examinó la población de células progenitoras derivadas del músculo de ratones con progeria y halló que, en comparación con aquéllas procedentes de roedores normales, las células fueron menores en número, no se replicaron con tanta frecuencia ni se diferenciaron tan fácilmente en células especializadas. Los investigadores también observaron que las células progenitoras derivadas del músculo de ratones con progeria tenían reducida su capacidad para regenerar el músculo dañado. Los mismos defectos fueron descubiertos en las células progenitoras aisladas de los ratones muy viejos.
"Queríamos ver si podíamos rescatar rápidamente a estos animales del envejecimiento; por eso les inyectamos células progenitoras de ratones sanos y jóvenes en el abdomen de ratones con progeria de 17 días de edad", ha comentado Huard, añadiendo que "los ratones con esta enfermedad normalmente mueren a los 21 ó 28 días de edad, pero los animales tratados vivieron bastante más tiempo, incluso 66 días más. Asimismo, tenían una salud general mejor". Cuando los ratones con progeria envejecen, pierden masa muscular en sus patas traseras, se arquean, padecen temblores y se mueven lentamente y con torpeza. Los ratones afectados que recibieron una inyección de células madre justo antes de mostrar los primeros signos de envejecimiento, eran más parecidos a los ratones normales y se desarrollaron más.
Según Niedernhofer, "en una placa de Petri pusimos las células madre jóvenes cerca, pero no tocando a las células madre con progeria y, así, las células que no estaban sanas mejoraron su funcionalidad".
(Nature Communications; 2012; DOI: 10.1038/ ncomms1611).
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