se trata de desórdenes PEDIÁTRICOS CONGÉNITOS
Los trastornos oromotores requieren multidisciplinariedad
Los desórdenes oromotores congénitos son un término genérico de las patologías pediátricas comunes en niños con trastornos de la alimentación, de la articulación del lenguaje y de la comunicación no verbal. Su abordaje lo debe llevar a cabo un equipo multidisciplinar.
Javier Grande Revilla. Barcelona | 03/01/2012 00:00
Manuel Roig-Quilis, jefe de Neurología Pediátrica del Hospital Valle de Hebrón, en Barcelona. (Rafa M. Marín)
Los desórdenes oromotores se localizan en la motricidad de la cavidad oral y adyacente, en el sistema que permite incorporar el alimento, masticarlo, desarrollar un bolo alimentario, conducirlo hasta la faringe y luego deglutirlo. "Todo este mecanismo neurológico que sirve para comer, también es necesario para articular el lenguaje y para mostrar nuestra expresividad, sobre todo a nivel de la cara. El sistema oromotor es esta parte del sistema nervioso que cumple las distintas misiones con un efecto común, por lo que denominamos a las enfermedades congénitas que afectan a este sistema trastornos congénitos oromotores", ha propuesto Manuel Roig-Quilis, jefe del Servicio de Neurología Pediátrica del Hospital Universitario Valle de Hebrón, de Barcelona, y coordinador del libro Oromotor Disorders in Childhood.
- El manejo es muy complicado, porque el propio concepto es cambiante: de pequeños, el problema es fundamentalmente de alimentación
Detección
En opinión de Roig-Quilis, el diagnóstico del trastorno oromotor desde el periodo neonatal no es complicado "si se tiene conocimiento de él y se sospecha de su presencia", tanto por las alteraciones del tono que presentan estos pacientes como por las dificultades que tienen para alimentarse, en su expresividad facial y movimientos oculares.
- Los síndromes malformativos tienen como característica principal que presentan alteraciones en la mandíbula, lengua y paladar
Los tratamientos deben basarse en la modificación del tipo de alimentación e, incluso, intervenciones quirúrgicas para evitar este tipo de complicaciones respiratorias. En este ámbito juegan un papel muy relevante los nutricionistas, calculando las dietas y ayudando a espesar los alimentos para que los pacientes puedan deglutirlos mejor o bien para proporcionar el aporte calórico necesario con menos alimentos.
- Los trastornos de articulación del lenguaje aparecen a edades más avanzadas. Suelen necesitar la intervención de logopedas
Otras soluciones
Si tras la alimentación por sonda los mecanismos de deglución no mejoran, debe optarse por la gastrostomía para garantizar la supervivencia. En algunos casos esta técnica debe combinarse con un cierre del esófago para que el alimento que se introduce en el estómago no refluya de nuevo hacia la boca. Otra opción quirúrgica, indicada para niños con anomalías o deformaciones óseas o craneofaciales, consiste en corregir las malformaciones para garantizar que coman bien.
Alteraciones
"Los diferentes síndromes malformativos tienen como característica principal que presentan alteraciones a nivel de mandíbula, lengua y paladar -especialmente el paladar hendido o las malformaciones de la retromicrognatia-. En un tercer nivel la cirugía está indicada para conseguir que funcionen ciertos músculos que dan expresividad facial".
El libro repasa también el tratamiento de los trastornos de articulación del lenguaje, que aparecen a edades más avanzadas. "Si el paciente no puede mover bien los músculos faciales y la lengua o su ritmo respiratorio es incorrecto, no podrá pronunciar bien. En este sentido, deben diagnosticarse y que la intervención de logopedas consiga una mejor articulación, dentro de lo posible. Algunos niños lo consiguen con entrenamiento y otros no tanto. También debe vigilarse que, en este grupo de pacientes, se presenta a veces una disfunción del velo del paladar que produce una anomalía de la sonoridad porque el aire escapa y sale a través de la nariz, proporcionando un tono nasal. Todos estos problemas deben corregirse".
Roig-Quilis ha recalcado que es indispensable el manejo de estos desórdenes mediante un equipo multidisciplinar "que pueda ir interviniendo en función de las necesidades, que van cambiando según la edad. Por ejemplo, en la adolescencia, la poca expresividad facial hace que los pacientes lo pasen mal y sean aislados, porque esta expresividad es fundamental para comunicarse y pertenecer e integrarse en un grupo".
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