miércoles, 11 de enero de 2012

Placas en ocho y fijadores externos, en tibia vara - DiarioMedico.com

FRENAN EL CRECIMIENTO DE ESTE HUESO

Placas en ocho y fijadores externos, en tibia vara

Las placas en ocho y la corrección progresiva con fijador externo, que permite actuar sobre grandes angulaciones, son las técnicas indicadas para el tratamiento de las fases más graves de la enfermedad de Blount.
Javier Granda Revilla. Barcelona   |  10/01/2012 00:00

Rosendo Ullot
Rosendo Ullot, del Servicio de COT Infantil del Hospital San Juan de Dios, de Barcelona. (Rafa M. Marín)
La tibia vara fue descrita como enfermedad por el cirujano ortopédico de Illinois (Estados Unidos) Walter Putnam Blount en 1937 y consiste en un crecimiento anormal de la región medial correspondiente a la epífisis tibial proximal. De este modo, tanto la parte más proximal como la parte medial de la tibia crecen de modo anómalo.Como ha señalado Rosendo Ullot, coordinador asistencial del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología Infantil del Hospital San Juan de Dios, de Barcelona, "el problema es que la etiología es idiopática, aunque se cree que se trata de un problema vascular, por el que esta zona de crecimiento queda alterada".

Existen tres tipos de tibia vara de Blount, en función de la edad en la que aparece: la tibia vara infantil se presenta entre uno y tres años de edad, mientras que la juvenil se manifiesta entre los cuatro y los diez años. La del adolescente aparece a partir de los once años."En principio, ningún caso es doloroso. El dolor, muchas veces, aparece por la deformidad que produce, especialmente en los casos graves. El sobrepeso es un factor que hay que tener en cuenta, pero no está demostrado que sea la causa de la etiología", ha especificado.
  • La resecación del puente óseo en los casos más graves de la enfermedad se descarta debido a los malos resultados alcanzados
La enfermedad es más frecuente en niñas, y en razas como la negra o la asiática. En caso de no tratarse, causa una deformidad en la tibia, pudiendo originar angulación, trastornos de rotación y longitud diferente de la extremidad.

Problema diagnóstico

"En la enfermedad infantil topamos con el problema del diagnóstico: como la enfermedad se presenta a partir del año, no vemos los cambios radiológicos típicos hasta los dos años. Cuando se observa en las radiografías que hay más angulación de la habitual, la única opción es medir el ángulo metáfiso-diafisario: a partir de 12 grados se considera patológico", ha advertido Rosendo Ullot, que preside en la actualidad la Sociedad Española de Ortopedia Pediátrica.

El tratamiento varía atendiendo a la edad y a los seis grados en los que se clasifica la enfermedad: el primer grado es el más benigno, mientras que el grado sexto ofrece el de peor pronóstico. Los dos primeros grados no suelen producir grandes deformidades y, en la mayoría de casos, el tratamiento se basa en la mera observación. No obstante, "los grados tres y cuatro requieren tratamientos con aparatajes o, si son niños mayores, controlar la alteración del crecimiento medial de la fisis proximal colocando placas en ocho", ha destacado Ullot.

Sin riesgo de rotura

"El objetivo es frenar el crecimiento externo de la tibia. Con anterioridad se utilizaban grapas de Blount, pero se tenían que colocar más de una y a menudo se rompían. Ahora, las placas en ocho no se rompen y permiten controlar la angulación".En los casos más graves de la enfermedad, el tratamiento se basa en osteotomías de corrección que pueden realizarse de manera extemporánea, corrigiendo directamente en quirófano.

"Sin embargo, hay casos muy graves en los que se podrían causar lesiones vasculo-nerviosas con esta técnica. Para evitarlo, deben utilizarse fijadores externos en la tibia para corregir progresivamente la angulación", ha recomendado el cirujano. Y ha recalcado que los tratamientos mediante resecación del puente óseo en los casos más graves se han descartado debido a los malos resultados obtenidos.

RESULTADOS SATISFACTORIOS

"Las técnicas de imagen como resonancias o TC están desaconsejadas en el niño de dos años. Si al realizar una radiografía se observa que el ángulo metáfiso-diafisario es superior a 12º, debe efectuarse un seguimiento de esa tibia. Pero el tratamiento precoz no va a cambiar la evolución. En general, los resultados en los grados uno y dos son satisfactorios, mientras que en los tres y cuatro, y cinco y seis ayudan las placas en ocho y las correcciones con fijador externo, respectivamente. Porque en los casos más graves las férulas no resultan útiles. Vemos muchos niños con genu varo cuando inician el periodo de crecimiento, pero la proporción de enfermedad de Blount es relativamente baja. Y las alteraciones a nivel metafisario y fisario las observamos a partir de varios años", ha añadido Ullot.
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