INVESTIGACIÓN | Tratamiento en casos avanzados
Por qué un fármaco eficaz contra el melanoma produce efectos secundarios
- El 25% de los pacientes que toman Vemurafenib desarrolla un carcinoma
- Según los expertos, se trata con éxito mediante extirpación quirúrgica
- Los beneficios del fármaco, añaden los especialistas, superan los riesgos
Vemurafenib es una de las novedades más destacadas y esperadas para el tratamiento del melanoma con metástasis. Aunque en España este fármaco aún no está autorizado, en EEUU se puede utilizar desde septiembre del año pasado. A pesar de que, como efecto secundario, algunos pacientes pueden desarrollar carcinomas cutáneos, los beneficios de esta terapia son muy superiores. Sobre todo teniendo en cuenta que la mortalidad del melanoma metastásico es del 90%.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) ha descubierto cuál es el mecanismo celular por el que Vemurafenib es capaz de luchar contra este tipo de melanoma y, sin embargo, permite el desarrollo del carcinoma escamoso.
Esto le pasa a una de cada cuatro personas tratadas con este fármaco, según recoge el artículo, publicado en 'The New England Journal of Medicine'. Además, "también puede producir melanomas primarios", argumenta Susana Puig, coordinadora de investigación de la Unidad de Melanoma y miembro del Servicio de Dermatología del Hospital Clínic (Barcelona). Pero esto, aclara, "suele ocurrir al principio de la medicación, durante las primeras semanas y se tratan con éxito mediante extirpación quirúrgica. Por eso es tan importante hacer un seguimiento dermatológico".
Y añade: "No hay que olvidar que las personas con melanoma metastásico tienen un alto riesgo de mortalidad (90%), por lo que los beneficios compensan los efectos secundarios que además tienen un tratamiento muy poco agresivo". Como explica la especialista española al comentar la investigación estadounidense, "Vemurafenib consigue que el 85% de los pacientes que lo toman mejore o, al menos, no avance su tumor". El resto de las opciones terapéuticas disponibles, sin embargo, sólo funcionan en un 10% de los casos. "La diferencia es notable. Supone un gran beneficio".
Quizás ahora que se conoce el mecanimo por el que Vemurafenib favorece el desarrollo de carcinomas escamosos, este efecto secundario incluso pueda evitarse en un futuro próximo. Según los autores del trabajo, el fármaco bloquea específicamente una de las proteínas que impulsan el crecimiento del melanoma (BRAF, presente en el 50% de los afectados). Pero este oncogen está activado por otro (RAS). El medicamento consigue actuar contra BRAF y al bloquearlo, si el individuo tiene activado RAS (por efecto del sol), favorece esta mutación.
Así lo observaron después de realizar un análisis molecular de las muestras de 21 personas con melanoma metastásico y tratadas con Vemurafenib. "Nuestros datos indican que las mutaciones de RAS están presentes en el 60% de los pacientes que desarrollan carcinomas escamosos y toman el fármaco", apunta Antoni Ribas, uno de los autores de la investigación, oncólogo español que trabaja en UCLA. "Esta mutación (RAS) probablemente está originada por un daño previo -exposición solar- y lo que hace Vemurafenib es acelerar la aparición del carcinoma cutáneo".
Una vez conocido el mecanismo, habrá que ver si mientras el paciente recibe Vemurafenib se puede bloquear la mutación RAS con otro fármaco diferente, para evitar el desarrollo de un cáncer de piel secundario.
Esta debe ser una de las razones por las que EEUU ha disminuido la tasa de mortalidad por esta enfermedad, porque se diagnostica en fases precoces. Pero no es el único motivo. Un estudio publicado esta semana en la revista 'Archives of Dermatology' afirma que el porcentaje de muertes se reduce especialmente en los pacientes con un nivel de educación más alto.
Después de examinar los datos de mortalidad por melanoma desde 1993 hasta 2007 en 26 estados de EEUU, un grupo de expertos de la Sociedad Americana del Cáncer se dio cuenta de que la tasa de fallecimientos se había reducido un 10% en los últimos 10 años (tanto en hombres como en mujeres), pero sólo entre aquellos con al menos 13 años de educación. "Es necesario diseñar estrategias de prevención dirigidas a quienes no cuentan con cierto nivel de formación", concluyen.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) ha descubierto cuál es el mecanismo celular por el que Vemurafenib es capaz de luchar contra este tipo de melanoma y, sin embargo, permite el desarrollo del carcinoma escamoso.
Esto le pasa a una de cada cuatro personas tratadas con este fármaco, según recoge el artículo, publicado en 'The New England Journal of Medicine'. Además, "también puede producir melanomas primarios", argumenta Susana Puig, coordinadora de investigación de la Unidad de Melanoma y miembro del Servicio de Dermatología del Hospital Clínic (Barcelona). Pero esto, aclara, "suele ocurrir al principio de la medicación, durante las primeras semanas y se tratan con éxito mediante extirpación quirúrgica. Por eso es tan importante hacer un seguimiento dermatológico".
Y añade: "No hay que olvidar que las personas con melanoma metastásico tienen un alto riesgo de mortalidad (90%), por lo que los beneficios compensan los efectos secundarios que además tienen un tratamiento muy poco agresivo". Como explica la especialista española al comentar la investigación estadounidense, "Vemurafenib consigue que el 85% de los pacientes que lo toman mejore o, al menos, no avance su tumor". El resto de las opciones terapéuticas disponibles, sin embargo, sólo funcionan en un 10% de los casos. "La diferencia es notable. Supone un gran beneficio".
Quizás ahora que se conoce el mecanimo por el que Vemurafenib favorece el desarrollo de carcinomas escamosos, este efecto secundario incluso pueda evitarse en un futuro próximo. Según los autores del trabajo, el fármaco bloquea específicamente una de las proteínas que impulsan el crecimiento del melanoma (BRAF, presente en el 50% de los afectados). Pero este oncogen está activado por otro (RAS). El medicamento consigue actuar contra BRAF y al bloquearlo, si el individuo tiene activado RAS (por efecto del sol), favorece esta mutación.
Así lo observaron después de realizar un análisis molecular de las muestras de 21 personas con melanoma metastásico y tratadas con Vemurafenib. "Nuestros datos indican que las mutaciones de RAS están presentes en el 60% de los pacientes que desarrollan carcinomas escamosos y toman el fármaco", apunta Antoni Ribas, uno de los autores de la investigación, oncólogo español que trabaja en UCLA. "Esta mutación (RAS) probablemente está originada por un daño previo -exposición solar- y lo que hace Vemurafenib es acelerar la aparición del carcinoma cutáneo".
Una vez conocido el mecanismo, habrá que ver si mientras el paciente recibe Vemurafenib se puede bloquear la mutación RAS con otro fármaco diferente, para evitar el desarrollo de un cáncer de piel secundario.
Nivel educativo y diagnóstico precoz
A pesar de que el melanoma es el cáncer de piel menos frecuente, es altamente invasivo, con una gran capacidad para producir metástasis muy pronto. Sin embargo, como explican los especialistas, gracias a las campañas de prevención que se están desarrollando en los últimos años y a los avances tecnológicos que permiten distinguir mejor las lesiones malignas de las benignas, la mayoría de los melanomas se detectan en estados precoces y se curan sin problema (con la extirpación).Esta debe ser una de las razones por las que EEUU ha disminuido la tasa de mortalidad por esta enfermedad, porque se diagnostica en fases precoces. Pero no es el único motivo. Un estudio publicado esta semana en la revista 'Archives of Dermatology' afirma que el porcentaje de muertes se reduce especialmente en los pacientes con un nivel de educación más alto.
Después de examinar los datos de mortalidad por melanoma desde 1993 hasta 2007 en 26 estados de EEUU, un grupo de expertos de la Sociedad Americana del Cáncer se dio cuenta de que la tasa de fallecimientos se había reducido un 10% en los últimos 10 años (tanto en hombres como en mujeres), pero sólo entre aquellos con al menos 13 años de educación. "Es necesario diseñar estrategias de prevención dirigidas a quienes no cuentan con cierto nivel de formación", concluyen.
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