Se da un primer paso para el tratamiento del autismo
(12/01/2012) - E.P.
Podría estar vinculado con determinadas anomalías del sistema inmune y cierto fragmento de proteína
Investigadores del Departamento de Psiquiatría de la University of South Florida (USF) y del Silver Child Development Center han observado que determinadas anomalías del sistema inmunitario, similares a las presentes en el autismo, están vinculadas con la proteína precursora amiloidea (APP).
El trabajo, realizado en un modelo experimental con autismo y publicado online en Journal of the Federation of American Societies for Experimental Biology, sugiere que los niveles elevados de un fragmento de APP circulante en la sangre podría explicar las anomalías en la población de células inmunes y en su función, ambas observadas en algunos pacientes con autismo.
Los autores concluyen que el fragmento de proteína podría ser tanto un biomarcador para el autismo como una nueva diana de investigación para entender la fisiología de este desorden. Según el líder de la investigación Jun Tan, profesor de Psiquiatría, el autismo afecta a uno de cada 110 niños hoy en Estados Unidos.
Aunque hay datos sobre la presencia de un número y una función anormal de células T en algunos pacientes con autismo, no se han identificado causas específicas. Este desorden es diagnosticado por observación conductual y tampoco se han identificado, hasta la fecha, biomarcadores asociados a esta patología.
No sólo se carece de biomarcadores asociados, sino que el pronóstico del autismo es pobre y los costes asociados con el cuidado de estos pacientes van en aumento, señala el director del Silver Center, para quien el trabajo del profesor Tan es un comienzo que puede llevar al diagnóstico temprano y a lograr tratamientos efectivos para esta enfermedad.
La APP suele ser el centro de las investigaciones relacionadas con el Alzheimer. Sin embargo, estudios científicos recientes han identificado niveles elevados de un fragmento de proteína determinado, el denominado sAPP-a, en la sangre de los niños autistas. El fragmento es factor de crecimiento ya conocido y hay estudios que demuestran que juega también un papel en la respuesta inmune de las células T.
Este estudio sugiere que los efectos negativos de unos niveles elevados de sAPP-a en el sistema inmune adaptativo es un nuevo mecanismo que está detrás de ciertas formas de autismo, concluye Tan, para quien estos resultados también respaldan que sAPP-a juega un papel en la respuesta de las células T.
El trabajo, realizado en un modelo experimental con autismo y publicado online en Journal of the Federation of American Societies for Experimental Biology, sugiere que los niveles elevados de un fragmento de APP circulante en la sangre podría explicar las anomalías en la población de células inmunes y en su función, ambas observadas en algunos pacientes con autismo.
Los autores concluyen que el fragmento de proteína podría ser tanto un biomarcador para el autismo como una nueva diana de investigación para entender la fisiología de este desorden. Según el líder de la investigación Jun Tan, profesor de Psiquiatría, el autismo afecta a uno de cada 110 niños hoy en Estados Unidos.
Aunque hay datos sobre la presencia de un número y una función anormal de células T en algunos pacientes con autismo, no se han identificado causas específicas. Este desorden es diagnosticado por observación conductual y tampoco se han identificado, hasta la fecha, biomarcadores asociados a esta patología.
No sólo se carece de biomarcadores asociados, sino que el pronóstico del autismo es pobre y los costes asociados con el cuidado de estos pacientes van en aumento, señala el director del Silver Center, para quien el trabajo del profesor Tan es un comienzo que puede llevar al diagnóstico temprano y a lograr tratamientos efectivos para esta enfermedad.
La APP suele ser el centro de las investigaciones relacionadas con el Alzheimer. Sin embargo, estudios científicos recientes han identificado niveles elevados de un fragmento de proteína determinado, el denominado sAPP-a, en la sangre de los niños autistas. El fragmento es factor de crecimiento ya conocido y hay estudios que demuestran que juega también un papel en la respuesta inmune de las células T.
Este estudio sugiere que los efectos negativos de unos niveles elevados de sAPP-a en el sistema inmune adaptativo es un nuevo mecanismo que está detrás de ciertas formas de autismo, concluye Tan, para quien estos resultados también respaldan que sAPP-a juega un papel en la respuesta de las células T.
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