jueves, 5 de diciembre de 2013

CDC - Síntomas - El síndrome de fatiga crónica (SFC)

CDC - Síntomas - El síndrome de fatiga crónica (SFC)

Síntomas

El síndrome de fatiga crónica puede ser diagnosticado erróneamente o pasarse por alto porque sus síntomas son parecidos a muchos otros trastornos. La fatiga, por ejemplo, puede ser un síntoma de cientos de enfermedades. Sin embargo, analizar la naturaleza de los síntomas puede ayudar al médico a diferenciar el SFC de otras enfermedades.

Síntomas primarios

Como lo sugiere el nombre síndrome de fatiga crónica, la fatiga es una parte de esta enfermedad. Pero en el caso del SFC, esa fatiga va acompañada de otros síntomas. Además, no es el tipo de fatiga que pueda sentir después de un día o una semana especialmente intensa, después de una noche sin dormir o de un incidente específico que cause estrés. Se trata de un cansancio intenso e incapacitante que no mejora con el descanso en la cama y a menudo puede empeorar con la actividad física o mental. Es un tipo de cansancio generalizado que puede reducir drásticamente los niveles de actividad y la resistencia de una persona.
Las personas con SFC funcionan a un nivel de actividad significativamente menor de lo que eran capaces antes de enfermar. Este trastorno lleva a una reducción sustancial de las actividades ocupacionales (del trabajo), personales, sociales y educativas.
La fatiga en el SFC está acompañada de síntomas característicos de la enfermedad que duran al menos 6 meses. Estos síntomas incluyen:
  • Aumento del malestar (agotamiento extremo y enfermedad) después de una actividad física o mental.
  • Problemas de sueño.
  • Problemas de la memoria y la concentración.
  • Dolor muscular persistente.
  • Dolor en las articulaciones (sin enrojecimiento ni hinchazón).
  • Dolor de cabeza.
  • Sensibilidad en los ganglios linfáticos del cuello o de las axilas.
  • Dolor de garganta.

Otros síntomas

Los síntomas mencionados anteriormente sirven para diagnosticar el SFC. Sin embargo, muchos pacientes con SFC y pacientes en general pueden presentar otros síntomas que incluyen:
  • Dificultad para pensar (sensación de haberse "nublado el pensamiento").
  • Dificultad para mantener una posición erguida, mareos, problemas de equilibrio o desmayos.
  • Alergias o sensibilidad a alimentos, olores, sustancias químicas, medicamentos o ruido.
  • Colon irritable.
  • Escalofríos y sudores nocturnos.
  • Alteraciones visuales (sensibilidad a la luz, visión borrosa, dolor ocular).
  • Depresión o problemas sicológicos (irritabilidad, cambios de estados de ánimo, ansiedad, ataques de pánico).
Es importante que informe a su profesional de la salud si presenta alguno de estos síntomas. Es posible que tenga SFC u otro trastorno similar que se pueda tratar. Solo un profesional de la salud puede diagnosticar el SFC.

¿Cuál es la evolución clínica del SFC?

La gravedad del SFC varía de paciente a paciente. Algunas personas pueden mantener una vida bastante activa. No obstante, en la mayoría de los pacientes, el SFC limita significativamente sus actividades laborales, educativas y familiares durante periodos.
Aunque los síntomas varían de persona a persona en cantidad, tipo e intensidad, todos los pacientes con SFC están en alguna medida limitados en lo que pueden hacer. Estudios de los CDC muestran que el SFC puede ser tan incapacitante como la esclerosis múltiple, el lupus, la artritis reumatoide, las enfermedades cardiacas, la insuficiencia renal terminal, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y las enfermedades crónicas similares.
A menudo, el SFC afecta a los pacientes en ciclos: los pacientes tendrán periodos en los que estarán enfermos seguidos de periodos de relativo bienestar. En algunos pacientes, los síntomas pueden disminuir o incluso presentar una remisión completa; sin embargo, estos reaparecen a menudo en algún momento. Este patrón de remisión y recaída hace que sea más difícil para los pacientes con SFC controlar la enfermedad. Los pacientes que están en remisión pueden verse tentados a hacer más actividades de las que deberían cuando se sienten bien, lo cual puede conllevar a una recaída.
Se desconoce el porcentaje de pacientes con SFC que se recupera, pero hay algo de evidencia que indica que ellos se benefician cuando las afecciones que acompañan la enfermedad se identifican y tratan, y cuando se controlan los síntomas. Es importante contar con una atención médica de alta calidad.

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