25 de enero de 2011 • Volumen 3 - Edición 2
La realización de pruebas de detección y el estadio del cáncer detectado varían según grupo demográfico
Datos demográficos nacionales recientes sobre las pruebas de detección, la prevalencia y la incidencia de tres tipos de cáncer indican que cerca de un tercio de los cánceres de mama y la mitad de los cánceres colorrectales y de cuello uterino fueron diagnosticados en estadios tardíos, lo que significa que la realización de pruebas de detección oportunas y eficaces hubieran detectado estos cánceres en estadios más tempranos cuando tenían más posibilidad de tratamiento. Los resultados fueron reportados por los CDC en la edición del 26 de noviembre pasado de los resúmenes de vigilancia MMWR Surveillance Summaries.
Los datos sobre tendencias de incidencia y prevalencia de cáncer fueron extraídos de los registros de cáncer estatales del 2004 al 2006, fecha de los últimos datos disponibles, según el sexo, la edad y la raza o el grupo étnico, y luego fueron comparados con los datos autorreportados del Sistema de Vigilancia de los Factores de Riesgo del Comportamiento del 2008. Esta información reflejó las tasas nacionales de cumplimiento de las pruebas de detección recomendadas por el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los EE. UU.
Más del 82,1 por ciento de las mujeres entre los 50 y 74 años de edad se hicieron las pruebas de detección recomendadas para el cáncer de mama y el 87,6 por ciento de las mujeres entre los 21 y 64 años de edad recibieron pruebas de detección del cáncer de cuello uterino según las recomendaciones. "Las tasas de realización de pruebas de detección parecen haberse estabilizado para los cánceres de mama y cuello uterino, pero están aumentado en forma constante para el cáncer colorrectal", anotaron los investigadores.
En general, el 61,9 por ciento de los hombres entre 50 y 75 años se hicieron las pruebas de detección recomendadas, pero las tasas fueron más bajas en los hombres jóvenes (52,6 por ciento para los hombres entre 50 y 59), indoamericanos y nativos de Alaska (53,0 por ciento), asiáticos de las Islas del Pacífico (50,7 por ciento) e hispanos (46,5 por ciento). Se observaron tendencias similares en las mujeres, aunque la disminución en las tasas en estos grupos no fue tan amplia. A pesar de que las mujeres y los hombres negros muestran tasas de realización de pruebas de detección casi tan altas como las de los blancos, también presentaron tasas más altas de incidencia de cáncer colorrectal que todos los otros grupos.
Los patrones de incidencia y prevalencia de cáncer para todos los tres cánceres variaron de acuerdo al área geográfica, y los investigadores de los CDC recomendaron que las personas encargadas de los planes de control del cáncer a nivel estatal revisen los datos nacionales y estatales para determinar si estos patrones podrían reflejar variables demográficas, pruebas de detección no eficaces o bajo seguimiento de los resultados anormales de las pruebas de detección. Indicaron que las “disparidades sociales y económicas, la falta de concientización sobre la necesidad de realizarse pruebas de detección, la falta de recomendaciones por parte de los médicos y la falta de cobertura de seguro de salud son factores importantes que tienen un efecto en el bajo uso de las pruebas de detección del cáncer".
El NCI ha iniciado un proceso de solicitud de aplicaciones (RFA), denominado PROSPR, con el fin de evaluar el proceso de realización de pruebas de detección en prácticas comunitarias y ofrecer un mayor entendimiento de los factores asociados a la detección de cánceres en etapas tardías. En un periodo de 5 años el RFA financiará entre 9 y 12 sitios de investigación y un centro de coordinación estadística.
Boletín del Instituto Nacional del Cáncer - National Cancer Institute
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