CDC - Definición de caso - El síndrome de fatiga crónica (SFC)
Definición de caso de SFC
Información general
El síndrome de fatiga crónica (SFC) es un trastorno debilitante y complejo que se caracteriza por un cansancio intenso que no mejora con el descanso en la cama y que puede empeorar con el esfuerzo físico o mental. Las personas con SFC a menudo realizan actividades a un nivel sustancialmente menor de lo que eran capaces antes de la aparición de la enfermedad. La causa o causas del SFC no se han identificado y no se dispone de pruebas de diagnóstico específicas. Por lo tanto, el diagnóstico del SFC requiere cumplir con tres criterios:
- Que la persona haya tenido fatiga crónica intensa durante 6 meses consecutivos o más que no se deba a un esfuerzo actual u otras afecciones asociadas a la fatiga (estas otras afecciones tienen que ser descartadas por un médico luego de hacer las pruebas de diagnóstico).
- Que la fatiga interfiera de manera significativa con las actividades diarias y el trabajo.
- Que la persona tenga simultáneamente 4 o más de los 8 síntomas siguientes:
- Malestar durante más de 24 horas después de un esfuerzo físico.
- Sueño no reparador.
- Deterioro significativo de la memoria a corto plazo o la concentración.
- Dolor muscular.
- Dolor en las articulaciones sin hinchazón ni enrojecimiento.
- Dolores de cabeza de un tipo, patrón o intensidad no sufrido anteriormente.
- Sensibilidad en los ganglios linfáticos del cuello o de las axilas.
- Dolor de garganta frecuente o recurrente.
Estos síntomas deben haber persistido o reaparecido durante 6 meses consecutivos o más desde el inicio del trastorno y no deben haber precedido a la fatiga.
Otros síntomas que acompañan al SFC
Aunque los siguientes síntomas no son parte de la definición de caso de SFC y no contribuyen al diagnóstico de este trastorno, es posible que algunos pacientes también tengan estos síntomas adicionales:
- dolor abdominal
- intolerancia al alcohol
- distensión abdominal
- dolor de pecho
- tos crónica
- diarrea
- mareos
- sequedad en la boca o los ojos
- dolor de oídos
- latidos irregulares
- dolor en la mandíbula
- rigidez por las mañanas
- náuseas
- sudores nocturnos
- problemas sicológicos (depresión, irritabilidad, ansiedad, ataques de pánico)
- dificultad para respirar
- sensaciones en la piel como hormigueo
- pérdida de peso
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