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Institutos Nacionales de la Salud
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El aumento en las lesiones provocadas por las sillas altas para los niños en EE. UU. sorprende a los expertos
Las correas de seguridad no están funcionando o los adultos no las utilizan de forma adecuada, señalan los investigadores
Traducido del inglés: martes, 10 de diciembre, 2013
Las salas de emergencias de EE. UU. ahora atienden a un promedio de casi 9,500 lesiones relacionadas con sillas altas cada año, una cifra que equivale a un bebé lesionado por hora. La gran mayoría de incidentes involucraron a niños menores de un año.
"Sabemos que estas lesiones pueden ocurrir, y ocurren, pero no anticipábamos ver el tipo de aumento que vimos", apuntó el coautor del estudio, el Dr. Gary Smith, director del Centro de Investigación y Políticas de las Lesiones del Hospital Pediátrico Nacional de Columbus, Ohio.
"La mayoría de las lesiones de las que hablamos, más del 90 por ciento, tienen que ver con caídas de niños pequeños cuyo centro de gravedad está más alto, cerca del pecho, en lugar de en la cintura, como en los adultos", apuntó Smith. "Por eso cuando se caen se van de bruces, lo que significa que el 85 por ciento de las lesiones que vemos son en la cabeza y en la cara".
Debido a que la caída desde una silla alta es desde una mayor elevación que desde una silla tradicional, y normalmente pasa en el suelo duro de la cocina, "el potencial de una lesión grave es real", añadió. "Es algo que debemos estudiar más para poder comprender mejor por qué parece estar sucediendo con una mayor frecuencia".
Para el estudio, que aparece en la edición en línea del 9 de diciembre de la revista Clinical Pediatrics, los autores analizaron datos recolectados por el Sistema Electrónico Nacional de Vigilancia de las Lesiones de EE. UU. Los datos trataban sobre todas las lesiones relacionadas con sillas altas, sillas de seguridad y sillas normales que ocurrieron entre 2003 y 2010 que involucraron a niños de tres años o menos de edad.
Los investigadores hallaron que las lesiones por las sillas altas o de seguridad aumentaron de 8,926 en 2003 a 10,930 en 2010.
Alrededor de dos tercios de los accidentes con sillas altas tuvieron que ver con niños que se pusieron de pie o escalaron por la silla justo antes de caerse, anotaron los autores del estudio.
La conclusión es que las correas de seguridad no funcionan como deben o los padres no las usan de forma adecuada.
"En años recientes, se han retirado millones de sillas altas debido a que no cumplen con los estándares de seguridad actuales. La mayoría de esas sillas son razonablemente seguras cuando se siguen las instrucciones de las correas de seguridad, pero aún así, se retiraron 3.5 millones de sillas altas tan solo en el periodo de nuestro estudio", señaló Smith. Sin embargo, incluso los padres con un alto nivel educativo e informados no siempre se enteran de que se han retirado, anotó.
Smith cree que la Ley de Mejora de la Seguridad de los Productos del Consumidor de 2008 conducirá a un descenso notable en las retiradas en los próximos años, porque obliga a una tercera parte independiente a evaluar los productos para los niños antes de que salgan al mercado.
Cree que esto podría eliminar muchas lesiones graves en la cabeza. Según el estudio, el diagnóstico más frecuente en la sala de emergencias tras una caída desde una silla alta es una conmoción o una lesión interna en la cabeza, que también se conoce como "lesión de cabeza cerrada". Ese tipo de traumatismo en la cabeza conformó el 37 por ciento de las lesiones relacionadas con las sillas altas, y su frecuencia alcanzó casi el 90 por ciento en los ocho años estudiados.
Casi seis de cada 10 niños experimentaron una lesión en la cabeza o en el cuello tras una caída desde una silla alta, mientras que casi tres de cada 10 experimentaron una lesión facial, halló el estudio.
Era más probable que las lesiones relacionadas con las caídas desde sillas tradicionales fueran huesos rotos, cortadas y moretones.
Por ahora, Smith enfatiza que las tres cosas más importantes que un padre puede hacer para garantizar la seguridad de su hijo es "¡usar las correas, usar las correas y usar las correas!".
La bandeja no funciona como correa de seguridad. Hay que ponerles las correas a los niños, añadió.
La supervisión también es esencial. Permanezca con el niño durante las comidas y asegúrese de que no se quite las correas, aconsejó. "Incluso si una silla cumple con los estándares actuales de seguridad y la correa se usa de forma adecuada, nunca está garantizado al 100 por ciento. . . Los padres siempre tendrán que permanecer vigilantes".
Y si una silla tiene ruedas, asegúrese de bloquearlas. Revise que la silla esté estable, y colóquela lejos de las paredes o las superficies contra las cuales el niño pueda empujar.
Kate Carr, presidenta y directora ejecutiva del grupo Safe Kids Worldwide, con sede en Washington, D.C., describió los hallazgos como una alarma.
"Un número alarmante de niños menores de tres años son atendidos en los departamentos de emergencias", lamentó. "Este es un recordatorio importante para que los padres y los cuidadores se tomen el tiempo para asegurar que sus niños están seguros en sus sillas altas".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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