NUTRICIÓN Equilibrio del pH
Primer estudio que vincula una dieta ácida con riesgo de diabetes
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Las dietas ácidas son ricas en productos de origen animal y pobres en verduras -
Este régimen podría originar una acidosis metabólica crónica que favorece la diabetes
las dietas occidentales, ricas en productos de origen animal, pueden inducir una carga ácida elevada. EL MUNDO
Que la dieta está vinculada con el desarrollo de diabetes es un hecho que se viene confirmando desde hace años y en el que los médicos insisten cada vez que alguien con sobrepeso acude a su consulta. Sin embargo, cada vez son más los estudios científicos que tratan de afinar cuáles son las características nutricionales que más se asocian con este trastorno metabólico. El más reciente, publicado en la revista Diabetologia, relaciona la acidez de los alimentos con el mayor riesgo de desarrollar diabetes.
La acidez de los alimentos se determina en función del pH que puede oscilar entre el 0 y el 14. Por encima de 7 se considera alcalino y por debajo ácido. Las dietas más occidentalizadas, con un contenido alto en productos de origen animal, pueden inducir una carga ácida elevada que no se ve compensada con la ingesta de frutas y verduras, lo que podría originar una acidosis metabólica crónica. Algunos estudios han vinculado esa carga ácida con mayores anomalías cardiometabólicas, sin embargo, otras investigaciones no han podido constatar ese vínculo.
El trabajo que ahora se publica, dirigido por los doctores Guy Fagherazzi y Françoise Clavel-Chapelon, del Centro de Investigación, Epidemiología y Salud Pública de París ha analizado los datos de más de 60.000 mujeres que participaban en otro estudio prospectivo, iniciado en 1990, con una cohorte de 98.995 profesoras francesas.
A lo largo de 14 años de seguimiento, 1.372 mujeres desarrollaron diabetes tipo 2. Tras evaluar la dieta de cada una de ellas y compararla con la del resto de participantes, los investigadores comprobaron que las mujeres con una dieta con mayor carga ácida fueron más propensas a desarrollar diabetes. Es decir, que un mayor consumo de alimentos proteícos (principalmente de origen animal) y grasos, y una menor ingesta de hidratos de carbono se asoció al trastorno metabólico.
Cautela
Para Andreu Palou, catedrático y director del Laboratorio de Biología Molecular, Nutrición y Biotecnología de la Unvierisdad de Islas Baleares, "el tema es controvertido sobre todo porque no había evidencia directa de lo que ahora esta investigación nos muestra. Aquí se demuestra, en un estudio con garantías, que una dieta con una carga ácida más elevada se asocia al desarrollo de diabetes tipo 2. Es un trabajo bien hecho, los resultados son fiables y se demuestra de forma más contundente lo que se presumía en estudios anteriores menos sólidos".
En cuanto al mecanismo biológico por el que una dieta acidificada puede generar una diabetes, los investigadores franceses recuerdan que "un estudio reciente mostró que mayor niveles en plasma de bicarbonato se correlacionaron con un menor riesgo de diabetes tipo 2 en mujeres. Una dieta acidificante puede causar acidosis metabólica crónica con el tiempo, lo que puede conducir a una resistencia a la insulina y al síndrome metabólico".
Por este motivo, los investigadores concluyen que "las recomendaciones dietéticas no deberían solamente involucrar grupos específicos de alimentos sino también incluir recomendaciones sobre la calidad global de la dieta, principalmente la necesidad de mantener un adecuado equilibrio ácido/base".
Como apunta Palou, la información de este estudio "señala la importancia de optimizar la alimentación para reducir el riesgo de enfermedades, mejorar funciones corporales y el bienestar, y no podemos obviar que más de la mitad de los problemas de salud tienen que ver con la dieta, de forma que a medida que vayamos conociendo causas y factores aumentan nuestras posibilidades de introducir mejoras en nuestra alimentación. Creo que hoy puede admitirse que una dieta con baja carga ácida es más saludable, en general; lo que traducido a la práctica conduciría a recomendar menos ingesta de proteínas y grasas y mayor consumo de frutas y verduras, consejos que, además, encajan bien en las recomendaciones generales".
No obstante, el investigador español hace una señal de advertencia: "El riesgo de entrar alegremente en recomendaciones es que a poblaciones diferentes les pueden corresponder pautas recomendables diferentes; en el caso de la población estudiada, la carga ácida provenía sobre todo de la ingesta de más carne, pescado y queso, mientras que la dieta de menor carga ácida era debida a un consumo relativamente mayor de frutas, verduras, productos lácteos y café. Y esto es lo que conviene ajustar en esta población aunque, cuidado, no es lo mismo una fuente de proteínas que otra y en cuanto a grasas, las hay buenas, malas y regulares; reducir la ingesta excesiva de grasas está bien en general si no se reduce excesivamente el consumo de grasas insaturadas y de algunas de ellas que son muy esenciales para funciones importantes de nuestro organismo. Por otra parte, futuros estudios nos dirán si lo descubierto puede generalizarse a otros tipos de poblaciones".
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