Los expertos recomiendan suplementar la dieta con el alimento de las ballenas
El aceite de krill reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular y mejora la función cognitiva
· Los índices de Omega-3 de la población española, si bien son superiores a los del resto de Europa, están por debajo de lo recomendado
· El Ministerio de Salud de Canadá reconoce los beneficios del aceite de krill extraído en frío para la salud cardiovascular y la inflamación
Madrid, 9 de marzo de 2015. El aceite de krill, el alimento de las ballenas, extraído en frío, ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares y a mejorar la función cognitiva, entre otros beneficios, según las conclusiones delIII Curso sobre Nutrición 100% Natural: Los procesos inflamatorios y sus efectos sobre la Salud. El curso, que ha reunido en Madrid a más de 400 profesionales de la salud, ha contado con la participación de uno de los mayores expertos internacionales en Omega-3, el doctor Clemens von Schacky, jefe de la Unidad de Cardiología Preventiva de la Ludwig Maximilians-Universidad de Múnich. Von Schacky fue coautor de la definición del Índice HS-Omega-3, el método estandarizado para medir la presencia de ácidos grasos Omega-3 en el organismo. Según los estudios del doctor Von Schacky y otros investigadores, un nivel óptimo del Índice HS-Omega-3 reduce el riesgo cardiovascular, y mejora la función cognitiva, además de reducir la incidencia de depresión y TDAH.
El consenso entre los expertos participantes es que el aceite de krill extraído en frío aumenta el Índice-HS-Omega-3, y con ello, los beneficios para la salud, en mayor medida que el aceite de pescado, debido a que sus dos ácidos grasos esenciales Omega-3, eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA), son más biodisponibles.
El doctor Xavier Pintó, director del Programa de Prevención Cardiovascular y coordinador de la Unidad de Lípidos y Riesgo Vascular en el Hospital Universitario de Bellvitge ha presentado una revisión de estudios en la que se refleja que los Omega-3 del aceite de krill en frío son muy beneficiosos para la salud cardiovascular y los procesos inflamatorios en general. Una de las razones de estos beneficios es que en el aceite de krill, el EPA y el DHA se unen a fosfolípidos, a diferencia de los ácidos grasos del Omega-3 de aceite de pescado, que se unen a triglicéridos. “El aceite de krill es muy rico en Omega-3 en forma de fosfolípidos por lo que es más biodisponible, y con menos cantidad se consigue mayor efecto”, señala este experto.
Alivia la artritis
Además, asegura, contiene un carotenoide llamado astaxantina que posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias y ayuda a proteger contra las enfermedades degenerativas. Ya un estudio publicado en 2007 en el Journal of American College of Nutrition concluyó que este aceite, extraído en frío, con una ingesta diaria de tan solo 300mg, reduce la inflamación, al bajar los niveles de proteína C-reactiva, y reduce de forma significativa los síntomas de artritis, entre ellos la sensación de dolor, a partir del séptimo día. El Ministerio de Salud de Canadá, por su parte, tras evaluar la evidencia científica publicada de este aceite, ha reconocido sus beneficios para mejorar la salud cardiovascular, recudir la inflamación crónica y mejorar los síntomas del síndrome pre-menstrual.
Por ese motivo, el doctor Pintó, recomienda su suplementación en caso de no alcanzar los índices de Omega-3 adecuados, entre un 8% y un 11%, según el Índice HS-Omega-3. De hecho, asegura, “los índices de la media de la población española, si bien son superiores a los del resto de Europa, están por debajo de lo recomendado”. Según los últimos datos oficiales disponibles, de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, sólo un 5% de la población española llegan a las cantidades recomendadas de ácidos grasos poliinsturados en la dieta.
La forma de extracción y conservación del aceite de krill influye en sus propiedades. “Sólo el procesado y extracción en frío garantiza el mantenimiento de todos los nutrientes y de su actividad biológica, especialmente de los Omega-3 (EPA y DHA), colina y de la astaxantina, así como su biodisponibilidad”, asegura, por su parte, María José Alonso, vocal de Plantas medicinales del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona. Es algo parecida a lo que sucede con la calidad del aceite de oliva virgen prensado en frío, que mantiene su contenido en polifenoles, aportando unos beneficios para la salud más allá del propio aceite, característica que se pierde con otros procesos de prensado y extracción.
Otra de las ventajas sobre los aceites extraídos de pescado azul es que éstos requieren un proceso de purificación para garantizar la ausencia de contaminantes, mientras el aceite de krill no está afectado por los mismos, por ser el primer eslabón de la cadena alimentaria. Como ya evidenció el estudio DEMOCOPHES, en el que se analizó el mercurio en el organismo de madres e hijos de 17 países europeos, las mujeres españolas presentan seis veces más mercurio en el organismo que la media del resto de Europa. El pez espada y el atún son algunos de los pescados en los que se ha encontrado mayor presencia de este metal pesado. Por todas estas razones, los expertos coinciden en la gran importancia de elegir un producto de alta calidad como suplemento para mantener niveles saludables de omega 3.
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