INMUNOLOGÍA Y MICROBIOLOGÍA CLÍNICA
El índice no invasivo FIB-4 mejora el pronóstico en pacientes con VIH y hepatitis C
JANO.es · 31 marzo 2015 13:54
Hasta hace poco, la biopsia hepática, un procedimiento invasivo, caro y no exento de complicaciones, ha sido la prueba de referencia para valorar la fibrosis hepática y establecer un pronóstico en pacientes con hepatitis C.
Científicos del Grupo de estudio de Sida de la Sociedad Española de Inmunología y Microbiología Clínica (SEIMC) aseguran que el índice no invasivo FIB-4 permite mejorar el pronóstico y prevenir complicaciones en pacientes con VIH y hepatitis C, lo que a su vez cuestiona el uso de la biopsia hepática para estos casos.
Hasta hace pocos años, la biopsia hepática ha sido la prueba de referencia para valorar la fibrosis hepática y establecer un pronóstico en pacientes con hepatitis C. No obstante, el hecho de que sea un procedimiento invasivo, caro y no exento de complicaciones ha llevado al desarrollo de pruebas no invasivas para analizar la fibrosis, tales como la elastografía de transición y diferentes índices elaborados a partir de pruebas de laboratorio habituales.
Aunque tanto la elastografía como los índices no invasivos han mostrado gran fiabilidad diagnóstica y, de hecho, han reemplazado a la biopsia hepática en muchos centros para valorar la fibrosis en pacientes con hepatitis C, existe muy poca información sobre la capacidad pronóstica de estas técnicas no invasivas, según los autores del estudio, publicado en Clinical Infectious Diseases.
Para seguir avanzando en este ámbito, los investigadores compararon la capacidad de predecir mortalidad y complicaciones hepáticas de la biopsia hepática frente al índice no invasivo FIB-4, que está validado en pacientes coinfectados por VIH/VHC y se basa en la edad, las concentraciones de transaminasas (ASAT y ALAT), y la cifra de plaquetas.
El estudio se realizó gracias a la cohorte de GESIDA 3603, de la que se seleccionaron un total de 903 pacientes que tenían una biopsia hepática y una determinación de FIB-4 antes de comenzar el tratamiento de la hepatitis C.
Se comparó la capacidad pronóstica para predecir muerte por cualquier causa y eventos hepáticos (descompensación hepática o hepatocarcinoma) mediante la metodología habitual en este tipo de estudios como: curvas ROC (acrónimo de Receiver Operating Characteristic), curvas de Kaplan-Meier y pruebas de regresión de Cox multivariante.
De este modo, vieron como un total 375 pacientes lograron la respuesta viral sostenida (equivalente a la curación de la hepatitis C) y 575 no lo lograron. Y tras más de 5 años de seguimiento se documentaron 46 muertes, 64 descompensaciones y 13 hepatocarcinomas, la mayor parte en los pacientes que no lograron la respuesta viral sostenida.
Hasta hace pocos años, la biopsia hepática ha sido la prueba de referencia para valorar la fibrosis hepática y establecer un pronóstico en pacientes con hepatitis C. No obstante, el hecho de que sea un procedimiento invasivo, caro y no exento de complicaciones ha llevado al desarrollo de pruebas no invasivas para analizar la fibrosis, tales como la elastografía de transición y diferentes índices elaborados a partir de pruebas de laboratorio habituales.
Aunque tanto la elastografía como los índices no invasivos han mostrado gran fiabilidad diagnóstica y, de hecho, han reemplazado a la biopsia hepática en muchos centros para valorar la fibrosis en pacientes con hepatitis C, existe muy poca información sobre la capacidad pronóstica de estas técnicas no invasivas, según los autores del estudio, publicado en Clinical Infectious Diseases.
Para seguir avanzando en este ámbito, los investigadores compararon la capacidad de predecir mortalidad y complicaciones hepáticas de la biopsia hepática frente al índice no invasivo FIB-4, que está validado en pacientes coinfectados por VIH/VHC y se basa en la edad, las concentraciones de transaminasas (ASAT y ALAT), y la cifra de plaquetas.
El estudio se realizó gracias a la cohorte de GESIDA 3603, de la que se seleccionaron un total de 903 pacientes que tenían una biopsia hepática y una determinación de FIB-4 antes de comenzar el tratamiento de la hepatitis C.
Se comparó la capacidad pronóstica para predecir muerte por cualquier causa y eventos hepáticos (descompensación hepática o hepatocarcinoma) mediante la metodología habitual en este tipo de estudios como: curvas ROC (acrónimo de Receiver Operating Characteristic), curvas de Kaplan-Meier y pruebas de regresión de Cox multivariante.
De este modo, vieron como un total 375 pacientes lograron la respuesta viral sostenida (equivalente a la curación de la hepatitis C) y 575 no lo lograron. Y tras más de 5 años de seguimiento se documentaron 46 muertes, 64 descompensaciones y 13 hepatocarcinomas, la mayor parte en los pacientes que no lograron la respuesta viral sostenida.
Mayor capacidad de predicción
Todos los estudios estadísticos demostraron que el índice FIB-4 tenía una capacidad para predecir el pronóstico significativamente superior a la de la biopsia hepática. Además, en el subgrupo de pacientes que tenían cirrosis hepática en el momento basal, aquellos con un valor de FIB-4 de 3,25 tuvieron un riesgo ajustado de muerte o descompensación 4 veces superior a aquellos con un valor de FIB-4.
Según los autores, la explicación más plausible para explicar la mejor capacidad pronóstica del FIB4 que la de la biopsia hepática reside en que esta última permite evaluar la estructura hepática pero no la función hepática. Sin embargo, dicho índice incorpora parámetros que se correlacionan con el grado de hipertensión portal (la cifra de plaquetas) y con la actividad necroinflamatoria hepática (transaminasas) todo lo cual tiene importancia pronóstica según diferentes estudios publicados hasta la fecha.
Los resultados de estudio cuestionan el papel de la biopsia hepática como prueba de referencia para establecer un pronóstico a largo plazo en los pacientes coinfectados, y creen que para ello es más fiable el índice FIB-4 que ha sido elaborado específicamente para este grupo de población y que resulta muy sencillo de calcular a partir de unos pocos datos clínicos y de laboratorio.
Todos los estudios estadísticos demostraron que el índice FIB-4 tenía una capacidad para predecir el pronóstico significativamente superior a la de la biopsia hepática. Además, en el subgrupo de pacientes que tenían cirrosis hepática en el momento basal, aquellos con un valor de FIB-4 de 3,25 tuvieron un riesgo ajustado de muerte o descompensación 4 veces superior a aquellos con un valor de FIB-4.
Según los autores, la explicación más plausible para explicar la mejor capacidad pronóstica del FIB4 que la de la biopsia hepática reside en que esta última permite evaluar la estructura hepática pero no la función hepática. Sin embargo, dicho índice incorpora parámetros que se correlacionan con el grado de hipertensión portal (la cifra de plaquetas) y con la actividad necroinflamatoria hepática (transaminasas) todo lo cual tiene importancia pronóstica según diferentes estudios publicados hasta la fecha.
Los resultados de estudio cuestionan el papel de la biopsia hepática como prueba de referencia para establecer un pronóstico a largo plazo en los pacientes coinfectados, y creen que para ello es más fiable el índice FIB-4 que ha sido elaborado específicamente para este grupo de población y que resulta muy sencillo de calcular a partir de unos pocos datos clínicos y de laboratorio.
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