La tuberculosis multirresistente sigue asolando la región europea
La OMS advierte de la fuerza de la variante más peligrosa de la bacteria en países orientales de la UE y repúblicas ex soviéticas
JAIME PRATS Valencia 17 MAR 2015 - 19:19 CET
La tuberculosis está muy presente en el mundo. Por sorprendente que pueda parecer, es la enfermedad infecciosa que más muertes causa, después del VIH. No es un problema que se limite únicamente a los países pobres o en desarrollo. También afecta a Europa con 360.000 casos en 2013 -1.000 al día-. Y, de forma especial, la modalidad multirresistente, aquella cepa que se ha hecho fuerte frente a la mayoría de los medicamentos que existen para tratar la infección. Esta variante “sigue asolando la región europea" (que incluye a países centroasiáticos de la antigua URSS), hasta el punto de ser “la zona más afectada de todo el mundo”.
La advertencia la lanzó este martes la Organización Mundial de la Saludpor boca de Zsuzsanna Jakab, directora regional para Europa. “Solo la mitad de los pacientes son diagnosticados, y de ellos, la mitad son satisfactoriamente curados”, añadió de cara a la celebración el próximo 24 de marzo del día mundial de la enfermedad.
A la OMS le preocupan especialmente los 18 países en los que se concentra la actividad de la tuberculosis multirresistente. Entre ellos hay miembros de la Unión Europea como Bulgaria, Rumanía, Estonia, Letonia o Lituania. También están Turquía, Ucrania, Rusia, Tajikistán o Uzbekistán. En esta zona es donde tiene lugar el 85% de los nuevos casos y es donde se concentraron la mayor parte de las 38.000 muertes registradas en 2013.
En el resto de países, la situación está más controlada, aunque la OMS y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) alertan frente a las posibles tentaciones de bajar la guardia.Es cierto que se ha producido un descenso del 6% de casos. En toda la UE y el Área Económica Europea (incluidas Islandia, Liechtenstein y Noruega) hubo 65.000 diagnósticos en 2013. Pero como advierte el director del ECDC, Marc Sprenger, de seguir con este mismo ritmo de caída, estos países “solo se librarán de la tuberculosis en el próximo siglo. Si quisiéramos acabar con la enfermedad en 2050 habría que reducir los casos el doble de rápido”.
Incluso en los países con mejores resultados “las tasas son estables, o disminuyen a un ritmo muy lento”, por lo que Sprenger reclama la puesta en marcha de estrategias personalizadas que se ajusten a las necesidades de cada territorio.
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