Una inyección del tétanos mejora la supervivencia de pacientes con inmunoterapia de tumores cerebrales
13/03/2015 - E.P.
Los pacientes con glioblastoma suelen sobrevivir poco más de un año, pero los pacientes que recibieron la inmunoterapia la supervivencia fue de cinco años o más a partir para el cincuenta por ciento
Un enfoque innovador con una inyección del tétanos para estimular el sistema inmunológico aumenta el efecto de una terapia con una vacuna para tumores cerebrales letales, mejorando notablemente la supervivencia de los pacientes, según un estudio dirigido por investigadores del Instituto de Cáncer de Duke, en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos.
En un artículo en la edición de 'Nature', los investigadores no sólo presentan datos de supervivencia de un pequeño ensayo aleatorio y ciego con pacientes, sino también cómo funciona la técnica de preacondicionamiento con el tétanos, proporcionando una hoja de ruta para la mejora de las inmunoterapias de células dendríticas que se han mostrado prometedoras en el tratamiento de la forma más letal de cáncer cerebral.
"Los pacientes con glioblastoma suelen sobrevivir poco más de un año. Sin embargo, en los pacientes que recibieron la inmunoterapia, la mitad vivía cerca de cinco años o más a partir de su diagnóstico, por lo que los resultados son prometedores y significativo", subraya el autor principal, John Sampson, jefe de la División de Neurocirugía en el Centro Médico de la Universidad de Duke.
Los investigadores construyeron el estudio sobre hallazgos anteriores de que los tumores de glioblastoma albergan una cepa de citomegalovirus (CMV) que no está presente en el tejido cerebral circundante, creando un objetivo natural para una terapia inmunológica.
Uno de estos enfoques dirigidos utiliza células dendríticas, que entrenan el sistema inmune para responder a patógenos específicos. El equipo de investigación de Duke desarrolló un proceso para extraer las células blancas de la sangre, promoviendo el crecimiento de células dendríticas y cargándolas con los antígenos virales.
Armadas con estas órdenes de funcionamiento, las células dendríticas se inyectan de nuevo en los pacientes con cáncer, en los que se dirigen a los ganglios linfáticos y mandan a los luchadores inmunológicos a buscar y atacar el tumor cargado con CMV.
Esta inmunoterapia funciona bien, pero los investigadores querían obtener más beneficios, por lo que buscaron una manera de preparar al sistema inmune para que esté en alerta máxima antes de la infusión de las células dendríticas. Estos expertos optaron por utilizar una inyección de tétanos/difteria, que está ampliamente disponible y es segura al tratarse de una vacuna clínicamente aprobada, incitando a las tropas de los linfocitos en los ganglios linfáticos.
En un pequeño estudio en humanos, se inscribieron 12 pacientes con tumores cerebrales, con la mitad asignados aleatoriamente a recibir una inyección del tétanos y la otra mitad una inyección de placebo. Al día siguiente, se dio a los individuos en ambos grupos la inmunoterapia con células dendríticas.
Los pacientes asignados al azar a recibir una inyección contra el tétanos mostraron un aumento significativo en la supervivencia desde el momento de pre-acondicionamiento en comparación con los individuos que recibieron sólo la terapia de células dendríticas, con la mitad permaneciendo vivos entre 51 y 101 meses, frente a 11,6 meses del grupo de comparación. Un paciente del grupo de tétanos sigue sin sufrir un crecimiento del tumor y continúa vivo ocho años después del tratamiento.
"Estos hallazgos tienen relevancia potencial para la mejora de las vacunas de células dendríticas no sólo en el caso de los pacientes con glioblastoma, sino también en la focalización inmunológica de otros tipos de cáncer", subraya el colíder y coautor Duane A. Mitchell, actualmente director del Programa de Inmunoterapia Tumoral del Cerebro de la Universidad de Florida, en Estados Unidos.
Los investigadores emplearon ensayos en ratón para hacer un seguimiento de cómo funcionaba la inmunoterapia. Así, identificaron un nuevo papel para una proteína de señalización inmune llamada CCL3, previamente conocida por mediar en otras actividades inmunológicas, pero que no había sido asociada con la creación de una mayor migración de las células dendríticas a los ganglios linfáticos. Los expertos vieron que la proteína funciona sistémicamente, no sólo en el sitio de inyección.
"El hecho de que tanto los ratones que recibieron el tétanos como nuestros pacientes tenían CCL3 elevada nos llevó a investigar el papel de esta proteína en el mecanismo, que a su vez reveló que tanto CCL3 como las respuestas de recuerdo por la estimulación del tétanos necesitaban trabajar juntas para aumentar el desplazamiento de nuestras vacunas", afirma la coautor principal Kristen A. Batich.
"Aunque las vacunas de células dendríticas se han mostrado prometedoras en el tratamiento de los pacientes con cánceres avanzados, incluyendo el glioblastoma, la dinámica de este proceso no se ha entendido bien --señala Sampson--. Nuestro trabajo identifica una interacción inmunológica por la que recordar las respuestas a un antígeno -el tétanos-- pueden influir en la capacidad migratoria de las células dendríticas cargadas con diferentes antígenos CMV".
Los investigadores planean un nuevo trabajo para determinar si la migración de células dendríticas podría ser utilizada con éxito como un indicador pronóstico de supervivencia del paciente. "Nuestro estudio indica que la migración de las células dendríticas de los ganglios linfáticos puede mejorarse significativamente por un pre-acondicionamiento del sitio con un estímulo del tétanos y esto parece mejorar las respuestas antitumorales y prolongar la supervivencia", plantea Batich.
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