Las escuelas desempeñan un papel clave en la prevención del VIH y las ETS
Los programas de prevención del VIH y las ETS bien diseñados y bien implementados pueden reducir de manera significativa los comportamientos sexuales de riesgo entre los jóvenes. El apoyo de las escuelas es clave en la prevención del VIH y las ETS entre los jóvenes. Obtenga más información acerca de qué pueden hacer las escuelas para apoyar la prevención del VIH y las ETS y las pruebas de detección.
¿Por qué son importantes las escuelas?
De la misma manera que las escuelas son un entorno fundamental en la preparación académica de los estudiantes, también contribuyen de manera vital en ayudar a los jóvenes a responsabilizarse por su propia salud. Los programas de salud en la escuela pueden ayudar a los estudiantes a adoptar actitudes y comportamientos que benefician su salud y bienestar general, e incluso comportamientos que pueden reducir el riesgo de contraer el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).
En los Estados Unidos, las escuelas tienen contacto directo con más de 50 millones de estudiantes, al menos 6 horas diarias, durante 13 años fundamentales de su desarrollo social, físico e intelectual. Después del hogar de la familia, las escuelas son los lugares más importantes a cargo del desarrollo de los jóvenes. Esto brinda a las escuelas la oportunidad de desempeñar un papel importante en la prevención del VIH y de las ETS.
¿Qué pueden hacer las escuelas para apoyar la prevención del VIH y las ETS?
Los estudios muestran que los programas de prevención del VIH y las ETS bien diseñados y bien implementados pueden reducir de manera significativa los comportamientos sexuales de riesgo entre los jóvenes. Al analizar 48 programas integrales de educación sexual y sobre el VIH y las ETS que formaban parte del plan de estudios se encontró que cerca de dos tercios de los programas de prevención del VIH y las ETS analizados tuvieron un impacto significativo en la reducción de los comportamientos sexuales de riesgo,1-2 incluidos:
- mayor espera antes de tener la primera relación sexual,
- una disminución en la cantidad de parejas sexuales, y
- un aumento en el uso de condones o anticonceptivos.
Ninguno de los programas aumentó las probabilidades de tener relaciones sexuales.1-2
Las escuelas también pueden ofrecer programas que enseñen a los jóvenes a solucionar problemas, a comunicarse con los demás y a planificar el futuro. La evidencia indica que se puede asociar estos tipos de programas para el desarrollo de los valores de la juventud con una reducción de comportamientos sexuales de riesgo a más largo plazo.3
¿Qué pueden hacer las escuelas para respaldar la realización de pruebas de detección del VIH y las ETS?
Hacer que las pruebas de detección* del VIH formen parte de la atención médica de rutina de los adolescentes y adultos entre 13 y 64 años es una estrategia importante que recomiendan los CDC a fin de reducir la propagación del VIH.4 Las pruebas de detección del VIH son además una parte integral de la Estrategia Nacional contra el VIH/SIDA para prevenir la propagación del VIH y mejorar los resultados en la salud de aquellos que ya están infectados.5
Las agencias de educación a nivel local y estatal son colaboradores esenciales en este esfuerzo. Las escuelas pueden ayudar a respaldar la realización de pruebas de detección del VIH y las ETS de las siguientes maneras:
- Enseñar a los estudiantes acerca del VIH y otras ETS.
- Promover la comunicación entre los adolescentes y sus padres.
- Enseñar a los estudiantes a encontrar lugares donde se hacen las pruebas de detección y se ofrece consejería sobre el VIH.
- Proporcionar remisiones a los lugares donde se prestan los servicios de pruebas de detección, consejería y tratamiento.
- Brindar pruebas de detección del VIH y las ETS en el mismo sitio.
División de Salud Escolar y de Adolescentes (DASH) de los CDC: Apoyo a los esfuerzos de prevención del VIH y de las ETS
Los comportamientos sexuales de riesgo colocan a los adolescentes en peligro de contraer la infección por el VIH y otras ETS:
- En el año 2010, de las cerca de 47,500 nuevas infecciones por el VIH que hubo en los Estados Unidos, 12,200 fueron entre jóvenes de 13 a 24 años.6
- Cerca de la mitad de las 19 millones de nuevas ETS que se registran cada año se producen en personas jóvenes entre 15 y 24 años.7
La DASH brinda financiación y otros tipos de asistencia que permiten a las agencias de educación a nivel local y estatal ofrecer programas de prevención del VIH que son científicamente sólidos y basados en la información más reciente sobre eficacia. Muchas de las estrategias que implementan las escuelas para prevenir la infección por el VIH pueden además ayudar a los jóvenes a evitar otras ETS y embarazos no planeados.
Las actividades financiadas por la DASH incluyen:
- La implementación de planes de estudio sobre la prevención del VIH y las ETS que son precisos desde el punto de vista médico, consistentes con la evidencia de su eficacia y que enseñan habilidades fundamentales como por ejemplo, cómo acceder a información válida sobre el VIH y cómo desarrollar habilidades eficaces de rechazo y negociación.
- Ayudar a las comunidades a recopilar y analizar datos sobre los comportamientos sexuales de riesgo de los jóvenes a fin de asegurar que los programas se basen en datos y respondan a las necesidades locales.
- Ofrecer desarrollo profesional de vanguardia a fin de asegurar que los maestros tengan las habilidades y los conocimientos necesarios para enseñar eficazmente a los jóvenes cómo protegerse de las infecciones por el VIH y las ETS.
- Asegurar un entorno escolar seguro y de apoyo que aumente la participación de los estudiantes en la escuela, reduzca la discriminación, la intimidación, el aislamiento y la probabilidad de que los estudiantes tengan comportamientos de riesgo.
- Respaldar la adopción y la implementación de políticas importantes respecto de los procedimientos para el control de infecciones y la confidencialidad de los estudiantes y los empleados infectados por el VIH.
- Establecer enlaces a los servicios de salud comunitarios que proveen pruebas de detección, consejería y tratamiento del VIH y de otras ETS.
Referencias
- Kirby D. Emerging Answers 2007:Research Findings on Programs to Reduce Teen Pregnancy and Sexually Transmitted Diseases. Washington, DC: National Campaign to Prevent Teen Pregnancy;2007.
- Kirby D. The impact of abstinence and comprehensive sex and STD/HIV education programs on adolescent sexual behavior. Sexuality Research & Social Policy 2008;5(3):18–27.
- Gavin L, Catalano R, David-Ferdon C, Gloppen K, Markham C. A review of positive youth development programs that promote adolescent sexual and reproductive health. Journal of Adolescent Health 2010;46:S75–S91.
- CDC. Revised recommendations for HIV testing of adults, adolescents, and pregnant women in health-care settings. MMWR 2006;55(RR-14).
- National Association of State Boards of Education. Someone at School Has AIDS: A Complete Guide to Education Policies Concerning HIV Infection. 2nd ed. Alexandria, VA: National Association of State Boards of Education; 2001.
- CDC. Vital Signs: HIV infection, testing, and risk behaviors among youths – United States. MMWR 2012:61 (47);971–976.
- Centers for Disease Control and Prevention. STD Trends in the United States, 2010: National Data for Chlamydia, Gonorrhea, and Syphilis, Atlanta: U.S. Department of Health and Human Services; 2011. Available from: http://www.cdc.gov/std/stats10/trends.htm. (summarized from: Centers for Disease Control and Prevention. Sexually Transmitted Disease Surveillance 2010. Atlanta: U.S. Department of Health and Human Services; 2011.)
Schools Play a Key Role in HIV/STD and Teen Pregnancy Prevention
Just as schools are critical settings for preparing students academically, they are also vital partners in helping young people take responsibility for their own health. Learn what schools can do to support HIV/STD prevention and testing.
Why schools?
There are nearly 42 million adolescents in the United States. Of these, 37 million (91%) attend a public or private school for at least 6 hours a day during the most critical years of their social, physical, and intellectual development. After the family home, schools are the primary places responsible for the development of young people. School health education can help teens adopt lifelong attitudes and behaviors that support overall health and well-being—including those that reduce their risk for HIV and other sexually transmitted diseases (STDs), and pregnancy.
HIV, STD, & Teen Pregnancy Prevention
Many young people engage in sexual risk behaviors that can result in unintended health outcomes. For example, among U.S. high school students surveyed in 20131
- 47% have had sexual intercourse at least once
- 34% are currently sexually active
- 15% have had four or more sex partners during their life
- Only 13% of students had ever been tested for HIV
Sexual risk behaviors place adolescents at risk for HIV infection and other STDs, as well as for unintended pregnancies.
- Nearly 10,000 young people (aged 13-24) were diagnosed with HIV infection in the U.S. in 2013.2
- Young gay and bisexual men (aged 13-24) accounted for an estimated 19% (8,800) of all new HIV infections in the United States, and 72% of new HIV infections among youth in 2010.3
- Nearly half of the 20 million new STDs each year were among young people, between the ages of 15 to 24.4
- Approximately 273,000 babies were born to teen girls aged 15–19 years in 2013.5
What can schools do to support HIV and STD prevention?
Research shows that well-designed, well-implemented HIV/STD prevention programs can significantly reduce sexual risk behaviors among teens. A review of 48 comprehensive curriculum-based sex and STD/HIV education programs found that none of these programs increased the likelihood of teens having sex, while about two-thirds had a significant impact on reducing sexual risk behaviors among young people,6,7 including
- delay in first sexual intercourse
- decline in the number of sex partners
- increase in condom or contraceptive use
What can schools do to support HIV and STD testing?
Making HIV testing a routine part of health care for teens and adults aged 13–64 years is an important strategy recommended by CDC to reduce the spread of HIV.8 HIV testing is also an integral part of the National HIV/AIDS Strategy, which calls for all Americans to be educated about HIV. This includes knowing how HIV is transmitted and prevented, and knowing which behaviors place individuals at greatest risk for infection. To prevent the spread of HIV and improve health outcomes for those who are already infected, HIV awareness and education should be universally integrated into all educational environments.9
State and local education agencies and schools are essential partners in this effort. Schools can help support HIV and STD testing by
- Teaching students about HIV and other STDs
- Promoting communication between parents and adolescents
- Teaching students how to find HIV counseling and testing services
- Providing referrals to testing, counseling, and treatment services
- Providing on-site testing for HIV and STDs
What is CDC Doing?
CDC provides funding and assistance that enables state and local education agencies to deliver HIV prevention programs that are scientifically sound and grounded in the latest research on effectiveness. Many of the strategies implemented by schools to prevent HIV infection can also help young people avoid other STDs, as well as pregnancy.
CDC-funded activities include
- Helping communities collect and analyze data on the sexual risk behaviors of young people to ensure that programs are data driven and responsive to local needs.
- Implementing HIV/STD prevention programs and curricula that are medically accurate, have evidence of effectiveness, and teach critical knowledge and skills to prevent infection.
- Providing professional development to ensure that teachers have the knowledge and skills to effectively teach young people how to protect themselves from HIV/STD infection.
- Ensuring safe and supportive school climates that increase student engagement with schools; reduce discrimination, bullying, and isolation; and decrease the likelihood that students will engage in risky behaviors.
- Supporting the adoption and implementation of critical policies related to infection control procedures and confidentiality for students and staff with HIV infection.
- Establishing links to community-based health services that provide testing, counseling, and treatment for HIV and other STDs.
References
- CDC. Youth Risk Behavior Surveillance—United States, 2013. MMWR, 2014;63(SS-4).
- CDC. Diagnoses of HIV infection and AIDS in the United States and dependent areas, 2013. HIV Surveillance Report, Volume 25.
- CDC. Estimated HIV incidence in the United States, 2007-2010. HIV Surveillance Supplemental Report 2012;17(No. 4).
- Satterwhite CL, et al. Sexually transmitted infections among U.S. women and men: Prevalence and incidence estimates, 2008. Sexually Transmitted Diseases, 2013; 40(3): pp. 187-193.
- Martin JA, Hamilton BE, Osterman MJK, Curtin SC, Mathews TJ. Births: final data for 2013. National Vital Statistics Report. 2015;64(1).
- Kirby D. Emerging Answers 2007: Research Findings on Programs to Reduce Teen Pregnancy and Sexually Transmitted Diseases. Washington, DC: National Campaign to Prevent Teen Pregnancy; 2007.
- Kirby D. The impact of abstinence and comprehensive sex and STD/HIV education programs on adolescent sexual behavior. Sexuality Research & Social Policy 2008;5(3):18–27.
- CDC. Revised recommendations for HIV testing of adults, adolescents, and pregnant women in health-care settings. MMWR 2006;55(RR-14).
- National Association of State Boards of Education. Someone at School Has AIDS: A Complete Guide to Education Policies Concerning HIV Infection. 2nd ed. Alexandria, VA: National Association of State Boards of Education; 2001.
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