Un tercio de las reacciones alérgicas se inician en el colegio

Debido al aumento en el número de alergias alimentarias y al hecho de que un tercio de ellas se inicien en los centros escolares, la Seaic insta a tomar medidas para educar en la prevención y en el tratamiento en casos de urgencia desde la escuela.

Redacción | dmredaccion@diariomedico.com | 02/09/2015 12:50

El número de alérgicos a alimentos se ha duplicado en los últimos diez años. La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) alerta de que las cifras de afectados han pasado de rondar el 2 o el 3 por ciento en 1992 a situarse en torno al 7 por ciento en 2005; un porcentaje considerable que parece seguir aumentando. El mayor incremento se ha observado en niños y adolescentes. "Un tercio de las reacciones alérgicas en los niños se da por primera vez en la escuela. Es un entorno donde pasan muchas horas y donde los factores de riesgo se multiplican: en los comedores, compartiendo alimentos con los compañeros o en cumpleaños, etcétera", ha explicado Paloma Ibáñez, presidenta del Comité de Alergia Infantil de la Seaic.

Junto con la alergia a alimentos, el asma es la otra manifestación alérgica más frecuente en la infancia, y en algunos países se relaciona el mes de septiembre con la "epidemia de asma". Durante el verano disminuyen sus síntomas, y al comenzar el curso coinciden varios factores que aumentan las hospitalizaciones y las visitas a urgencias por agudizaciones. "El verano suele marcar un periodo de descanso de los síntomas entre las fases críticas de primavera y otoño. Por este motivo, y bajo la falsa sensación de control de la enfermedad, los pacientes dejan de tomar sus medicamentos. La interrupción del tratamiento durante los meses estivales puede agravar los síntomas del asma a la llegada del otoño. Por eso recomendamos proseguir con la toma de los medicamentos prescritos por el especialista, para evitar recaídas en septiembre".

Prevención y tratamiento precozDesde la Seaic se reclama mayor formación e información en las escuelas ante los casos de alergia grave. Según Ibañez, "con prevención y tratamiento de urgencia se podría evitar llegar a situaciones en las que la vida del niño puede correr peligro. En publicaciones recientes se ha confirmado un aumento considerable de casos de anafilaxia por alimentos en los niños de 4 a 9 años. Además, las reacciones graves por alergia a alimentos se potencian en niños que sufren asma y pueden llegar a presentar una reacción de anafilaxia más fácilmente".

Dada su gravedad, hay que reconocer los síntomas de la anafilaxia "y no demorar inútilmente el tratamiento con los dispositivos de adrenalina autoinyectable, ya que puede marcar la diferencia entre una reacción controlada y una reacción grave con riesgo de muerte. Posteriormente, es esencial que el alergólogo realice un diagnóstico enfocado al origen de la reacción y educar al paciente, a sus familiares y a los profesores sobre cómo evitar la causa desencadenante, cómo reconocer la reacción alérgica y cómo actuar ante posibles nuevos episodios".

Pautas de actuación La Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica ha trabajado en la elaboración del un documento de posicionamiento sobre Estándares Mínimos Internacionales para la Alergia Infantil en la Escuela que tiene como objetivo homogeneizar el mínimo de requisitos para la seguridad de cualquier niño con alergia. El documento, que ofrece recomendaciones y pautas de actuación, establece entre sus conclusiones la necesidad de reconocimiento de esta condición en los niños como el primer paso para su correcta atención.

En España se ha publicado también el "Documento de consenso sobre recomendaciones para la escolarización segura del alumnado alérgico a alimentos y/o látex", redactado por representantes de educación y sanidad de las administraciones central y autonómica, con un doble objetivo: por un lado, facilitar propuestas que ayuden a la escolarización y a la gestión de un ambiente más seguro para este alumnado; por otro, orientar sobre la forma de actuar ante una emergencia sanitaria producida en el centro educativo.

Falsos mitos sobre el deporteLos alergólogos llevan tiempo insistiendo en que el deporte es saludable para los niños que padecen asma, ya que la actividad deportiva mejora el desarrollo del niño y favorece una buena condición física, ayudando a reducir la intensidad de las crisis asmáticas.

"Es fundamental que los niños con asma estén perfectamente controlados con el tratamiento correcto que debe ser supervisado periódicamente por su médico. En estas condiciones el niño asmático puede hacer actividad física exactamente igual que cualquier otro niño, y eso incluye partidos de fútbol, o cualquier otro juego durante el recreo, prácticas que además facilitan su integración en el entorno social", ha insistido Ibañez. No obstante, hay que adoptar algunas medidas preventivas más "estrictas. Por ejemplo, los niños con alergia al polen deben evitar hacer deporte al aire libre en época de polinización".