PUBLICADO EN 'HEPATOLOGY'
Descrito un mecanismo de progresión y regresión de la fibrosis del hígado
JANO.es · 25 enero 2017 12:25
Investigadores de CIC bioGUNE y del CIBEREHD identifican la implicación en la enfermedad del cambio químico de las proteínas y emplean inhibidores específicos como potencial tratamiento.
Investigadores de CIC bioGUNE y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD) han descrito, por primera vez, la implicación de ciertos cambios químicos de las proteínas hepáticas, biomoléculas que desempeñan un papel fundamental en el organismo en la progresión y regresión de la fibrosis hepática, como paso previo a la cirrosis y al cáncer de hígado. El trabajo ha sido publicado en la revista Hepatology.
Los estudios preclínicos descritos en la investigación han permitido identificar inhibidores farmacológicos específicos de este nuevo mecanismo como armas potenciales para el tratamiento de dicha enfermedad. Es remarcable que varios de estos fármacos ya se encuentran en ensayos clínicos en fase II para el tratamiento del cáncer. El estudio, cuyo primer autor es el estudiante de doctorado Imanol Zubiete-Franco, ha sido liderado por las doctoras María-Luz Martínez-Chantar y Teresa Cardoso Delgado, del laboratorio Liver Disease de CIC bioGUNE y del CIBEREHD.
La investigación ha contado con la financiación de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la Junta de Bizkaia de la AECC y la EiTB Maratoia (Euskal Irrati Telebista), que se nutren de las aportaciones económicas de particulares. “El trabajo es el resultado de 4 años de investigación durante los que se han llevado a cabo diversas colaboraciones nacionales e internacionales y ha permitido la formación de investigadores jóvenes con un gran futuro. El mismo ha sido posible gracias a la participación de muchos donantes anónimos que han contribuido a avanzar en la consecución de nuestro objetivo último: el tratamiento de la fibrosis hepática y la mitigación de sus graves consecuencias”, indica Martínez-Chantar.
Las enfermedades hepáticas crónicas son una causa importante de morbilidad y mortalidad con una elevada carga social, clínica y económica. La fibrosis hepática está asociada a la progresión de la enfermedad hepática crónica que, en última instancia, conduce a cirrosis y cáncer de hígado. El cáncer de hígado es una causa trascendental de muerte por cáncer a escala mundial, representando más de 600.000 muertes cada año. Aunque históricamente la hepatitis viral había sido el principal factor de riesgo para la fibrosis hepática, la combinación de diabetes tipo 2 y de obesidad, la “diabesidad”, está emergiendo como la causa más común de la fibrosis hepática y convirtiéndose en una epidemia del siglo XXI, derivada de nuestros hábitos de vida. De hecho, en los últimos años se ha producido un aumento del cáncer de hígado en los países desarrollados, como resultado de la creciente prevalencia de esta “diabesidad”, en vez de haberse dado una disminución de su incidencia como resultado del éxito de los nuevos tratamientos farmacológicos contra la hepatitis viral.
A pesar de las elevadas inversiones realizadas en todo el mundo por los diferentes sistemas de salud, los enfoques terapéuticos alternativos que puedan revertir la fibrosis o que logren detener la progresión de la fibrosis hacia la cirrosis son escasos. “Un mejor conocimiento de los mecanismos subyacentes de la fibrosis hepática puede aportar nuevas estrategias para el desarrollo de nuevos tratamientos y fármacos”, señala la doctora Martínez Chantar.
“Cuando los hepatocitos, el principal tipo de células hepáticas, sufren algún tipo de daño, el sistema inmunológico se pone a trabajar con la principal función de sanar", explica esta experta. "En estas condiciones", añade, "las células estrelladas del hígado se activan y fabrican sustancias que se liberan en el hígado. Estas sustancias provocan la acumulación del tejido cicatricial, causando la fibrosis hepática. El hecho que la fibrosis hepática afecte a muchos tipos de células presentes en el hígado aumenta la complejidad de la enfermedad e inevitablemente, su posible resolución".
Los estudios preclínicos descritos en la investigación han permitido identificar inhibidores farmacológicos específicos de este nuevo mecanismo como armas potenciales para el tratamiento de dicha enfermedad. Es remarcable que varios de estos fármacos ya se encuentran en ensayos clínicos en fase II para el tratamiento del cáncer. El estudio, cuyo primer autor es el estudiante de doctorado Imanol Zubiete-Franco, ha sido liderado por las doctoras María-Luz Martínez-Chantar y Teresa Cardoso Delgado, del laboratorio Liver Disease de CIC bioGUNE y del CIBEREHD.
La investigación ha contado con la financiación de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la Junta de Bizkaia de la AECC y la EiTB Maratoia (Euskal Irrati Telebista), que se nutren de las aportaciones económicas de particulares. “El trabajo es el resultado de 4 años de investigación durante los que se han llevado a cabo diversas colaboraciones nacionales e internacionales y ha permitido la formación de investigadores jóvenes con un gran futuro. El mismo ha sido posible gracias a la participación de muchos donantes anónimos que han contribuido a avanzar en la consecución de nuestro objetivo último: el tratamiento de la fibrosis hepática y la mitigación de sus graves consecuencias”, indica Martínez-Chantar.
Las enfermedades hepáticas crónicas son una causa importante de morbilidad y mortalidad con una elevada carga social, clínica y económica. La fibrosis hepática está asociada a la progresión de la enfermedad hepática crónica que, en última instancia, conduce a cirrosis y cáncer de hígado. El cáncer de hígado es una causa trascendental de muerte por cáncer a escala mundial, representando más de 600.000 muertes cada año. Aunque históricamente la hepatitis viral había sido el principal factor de riesgo para la fibrosis hepática, la combinación de diabetes tipo 2 y de obesidad, la “diabesidad”, está emergiendo como la causa más común de la fibrosis hepática y convirtiéndose en una epidemia del siglo XXI, derivada de nuestros hábitos de vida. De hecho, en los últimos años se ha producido un aumento del cáncer de hígado en los países desarrollados, como resultado de la creciente prevalencia de esta “diabesidad”, en vez de haberse dado una disminución de su incidencia como resultado del éxito de los nuevos tratamientos farmacológicos contra la hepatitis viral.
A pesar de las elevadas inversiones realizadas en todo el mundo por los diferentes sistemas de salud, los enfoques terapéuticos alternativos que puedan revertir la fibrosis o que logren detener la progresión de la fibrosis hacia la cirrosis son escasos. “Un mejor conocimiento de los mecanismos subyacentes de la fibrosis hepática puede aportar nuevas estrategias para el desarrollo de nuevos tratamientos y fármacos”, señala la doctora Martínez Chantar.
“Cuando los hepatocitos, el principal tipo de células hepáticas, sufren algún tipo de daño, el sistema inmunológico se pone a trabajar con la principal función de sanar", explica esta experta. "En estas condiciones", añade, "las células estrelladas del hígado se activan y fabrican sustancias que se liberan en el hígado. Estas sustancias provocan la acumulación del tejido cicatricial, causando la fibrosis hepática. El hecho que la fibrosis hepática afecte a muchos tipos de células presentes en el hígado aumenta la complejidad de la enfermedad e inevitablemente, su posible resolución".
Y prosigue: "Creemos que la capacidad de modelar los diferentes tipos de células que desarrollan un papel relevante en la fibrosis hepática es fundamental a la hora de la búsqueda de nuevas terapias para esta enfermedad. Como tal, en este estudio hemos visto un aumento de ciertos cambios químicos de las proteínas hepáticas presentes en los diferentes tipos de células del hígado durante la progresión de la fibrosis. Además, el uso de inhibidores químicos que previenen estos cambios en las proteínas conlleva a una mejoría generalizada de los hepatocitos, así como a una bajada de la producción de las sustancias nocivas por las células estrelladas del hígado”.
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