El metabolismo basal de la amígdala predice el riesgo cardiovascular
Un estudio vincula por primera vez la actividad de esta región cerebral con la inflamación vascular.
Investigadores dirigidos por Ahmed Tawakol, cardiólogo en la Facultad de Medicina de laUniversidad de Harvard, han descubierto una asociación entre la actividad basal de la región cerebral conocida como amígdala y el riesgo de sufrir un evento cardiovascular. El estudio incluyó 293 individuos sin antecedentes cardiovasculares en los que fue examinada la utilización amigdalar de glucosa mediante PET.
La actividad de la amígdala se asoció a una mayor actividad de la médula ósea, mayor inflamación arterial y a un aumento del 59% de la probabilidad de sufrir un evento cardiovascular, hallazgo este último que se mantuvo significativo después de múltiples ajustes multivariados. En un estudio transversal en un subgrupo de pacientes sometidos a análisis psicométricos el grado de estrés percibido se asoció significativamente a la actividad amigdalar y al aumento de diversos parámetros inflamatorios de relevancia cardiovascular.
Los hallazgos proporcionan un mecanismo para explicar la conocida asociación entre el estrés emocional y el riesgo cardiovascular, afirma Tawakol. El científico teoriza sobre la posibilidad de que la amígdala envíe señales a la médula ósea, la cual reaccionaría con la producción de leucocitos que a su vez pondrían en marcha las reacciones inflamatorias favorecedoras de la aterosclerosis.
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