Los prematuros al límite de la viabilidad ganan supervivencia

El incremento es discreto, pero muestra que hay margen de mejora. Alta mortalidad y secuelas graves siguen dominando el panorama.

María Sánchez-Monge. Madrid | maria.sanchez@diariomedico.com | 20/02/2017 00:00

Las UCI neonatales han transformado tanto su equipamiento como el modelo de atención al neonato. (DM)

Buenas noticias para los grandes prematuros. La supervivencia y el desarrollo neurológico de los nacidos al límite de la viabilidad ha experimentado leve mejoría en los últimos años. Los resultados de un estudio que se acaba de publicar en The New England Journal of Medicine son especialmente esperanzadores si se tiene en cuenta que se trata de quienes llegaron al mundo cuando tan solo habían transcurrido entre 22 y 24 semanas de gestación.

En esa franja de edad gestacional, la supervivencia se situó en el 30 por ciento entre 2000 y 2003, porcentaje que ascendió al 36 por ciento entre 2008 y 2011. Además, ese incremento no se tradujo en más secuelas neurológicas graves.

En estos niveles de gran prematuridad una sola semana puede ser clave. La mayoría de los supervivientes habían alcanzado las 23 o 24 semanas de gestación, mientras que en los de 22 semanas la cifra de los que se libraron de la muerte se mantuvo en el 4 por ciento.

Estos datos se extraen del análisis de los registros de más de 4.000 niños nacidos en tres épocas distintas (de 2000 a 2003, de 2004 a 2007 y de 2008 a 2011) en 11 hospitales de tercer nivel de Estados Unidos. El estudio recoge el seguimiento del estado de desarrollo neurológico hasta los dos años.

Uso de corticoides
La explicación de estos resultados positivos reside en el avance de la atención perinatal, que en el caso de los prematuros se ha plasmado en la generalización de medidas de eficacia demostrada como la administración de corticoides a las embarazadas con riesgo.

En opinión de Noelle Younge, neonatóloga del Centro Médico Universitario de Duke, en Durham (Carolina del Norte), y primera firmante del estudio, "estos resultados son alentadores". No obstante, añade que no hay que bajar la guardia porque la mayoría de los bebés que nacen en una etapa tan temprana siguen falleciendo y aquellos "que sobreviven sin secuelas significativas en torno a los dos años siguen en riesgo de sufrir numerosos problemas de salud".

Los neonatólogos españoles con los que ha hablado Diario Médico consideran que los resultados del estudio son extrapolables a nuestro país. Coinciden en señalar que la atención a los prematuros ha dado un gran salto cualitativo en las últimas décadas.

Montse Izquierdo, neonatóloga del Hospital Sant Joan de Déu, de Barcelona, aclara que, salvo excepciones, en España "no se adoptan medidas activas en niños de 22 semanas de gestación. Existe un límite claro para iniciar tratamiento, que se sitúa en las 24 semanas, que representa la zona verde. La gris serían las 23 semanas".

Discapacidad grave
En su centro han nacido 14 niños de 23 semanas en cinco años. En la sala de partos fallecieron siete y la mortalidad del resto fue del 80 por ciento, con una discapacidad moderada-grave del 25 por ciento a los dos años. En cambio, "la supervivencia casi se duplica entre quienes nacen a las 24 semanas de gestación".

Izquierdo comenta que, además del seguimiento prenatal, ha sido crucial la transformación de los cuidados del prematuro, con mejoras técnicas como la administración de surfactante pulmonar exógeno y la disminución de la ventilación invasiva. A estas medidas se suman las que humanizan la atención y fortalecen el vínculo del neonato con su familia.

Manuel Sánchez Luna, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, confirma el cambio de actitud de los neonatólogos: "Hemos aprendido a ser menos agresivos". Pero apunta que "es difícil lograr una atención adecuada si el obstetra no ha cuidado la gestación y el parto".

Por otro lado, pide cautela al interpretar el estudio estadounidense e indica que hay que valorar los factores demográficos. El nivel socioeconómico alto de los padres de los niños, unido a que fueron atendidos en hospitales universitarios de tercer nivel, es decir, con mayor experiencia en el cuidado de grandes prematuros, puede sesgar al alza los resultados.

María Concepción Céspedes, neonatóloga del Hospital Valle de Hebrón, de Barcelona, añade otro aspecto que impide la complacencia: el grado de discapacidad neurológica. "El porcentaje de secuelas graves entre quienes nacieron de forma tan prematura no ha cambiado y sigue en el 15 por ciento". Esto supone una necesidad de seguimiento profesional, atención precoz y soporte a las familias en un momento en el que "la atención a la discapacidad está mermada".