Imagen y clasificación molecular cercan al tumor cerebral infantil

Gracias al perfeccionamiento de la neurocirugía se han realizado avances para mejorar el pronóstico en ependimoma y meduloblastoma.

Sonia Moreno. Madrid | soniamb@diariomedico.com | 20/02/2017 00:00

José Hinojosa, jefe de Neurocirugía del Hospital Niño Jesús (Madrid). (José Luis Pindado)

La microcirugía es hoy el arma más importante frente al cáncer del sistema nervioso central. "La integración en las máquinas del quirófano de los estudios preoperatorios anatómicos y funcionales la está perfeccionando. Al inyectar esos estudios en nuestros microscopios, endoscopios y aspiradores ultrasónicos en el acto quirúrgico podemos ser más cuidadosos al evitar secuelas funcionales, pero también más agresivos al resecar los tumores en zonas elocuentes", dice José Hinojosa, jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital Infantil Niño Jesús, de Madrid. Hinojosa se acaba de incorporar con ilusión al que considera "uno de los mejores centros de la especialidad pediátrica", calidad que espera poder hacer extensiva a toda la cartera de servicios de las enfermedades y complicaciones neuroquirúrgicas infantiles.

Coincide su inicio de esta nueva etapa profesional con la despedida como presidente de la Sociedad Española de Neurocirugía Pediátrica (Senep), cuya XXXIII Reunión Anual acaba de celebrarse en Madrid.

En el encuentro se puso de manifiesto la necesidad de impulsar los métodos de imagen intraoperatoria. Connor Mallucci, del Hospital Infantil Alder Hey, en Liverpool, expuso su experiencia con la resonancia magnética intraoperatoria, una tecnología que en España aún no ha llegado al quirófano pediátrico, y con la que se potencia el control quirúrgico en las zonas profundas.

Además del perfeccionamiento de la neurocirugía, el conocimiento molecular ha permitido reclasificar los ependimomas y los meduloblastomas, mostrando nuevos subtipos a los que dirigir terapias personalizadas, y así ampliar los límites de la supervivencia o de los años libres de enfermedad, ha comentado.

La cirugía de la epilepsia, que se sirve cada vez con más frecuencia de estudios con electrodos profundos para determinar no ya el foco de la crisis, sino también las vías de propagación, junto con la patología craneofacial y la de columna, centraron otros grandes bloques en el congreso.

Columna
Hinojosa ha recordado que las malformaciones de charnela occipital constituyen "una patología de gran complejidad en el niño, cuya columna está en desarrollo, poco osificada y con gran inestabilidad ligamentosa y ósea, lo que eleva el riesgo de lesión medular". Dificultad añadida es que no hay instrumental específico infantil, aunque se opera incluso a lactantes. Continúa la controversia sobre el momento idóneo de intervención de la médula anclada.

La reunión se cerró con la hidrocefalia, donde no ha habido grandes avances, salvo la identificación de un subgrupo de pacientes que pueden beneficiarse del abordaje endoscópico en lugar de la válvula de derivación, una de las intervenciones más gratificantes, según Hinojosa, porque se le libra de un dispositivo del que dependería toda su vida.