martes, 31 de octubre de 2017

La salud mental, un factor que debe considerarse en el diagnóstico diferencial también en la infancia - DiarioMedico.com

La salud mental, un factor que debe considerarse en el diagnóstico diferencial también en la infancia - DiarioMedico.com



XII JORNADAS FUNDACIÓN ALICIA KOPLOWITZ

La salud mental, un factor que debe considerarse en el diagnóstico diferencial también en la infancia

El periodo de entre los 6 y 12 años es un momento clave en el desarrollo neurocognitivo de los niños, de cambios casi diarios; en esa etapa, los especialistas advierten del riesgo de que ciertos trastornos mentales no se detecten ni traten a tiempo.
S. Moreno   |  31/10/2017 15:21
 
 

XII Jornadas Científicas de la Fundación Alicia Koplowitz
Las XII Jornadas Científicas de la Fundación Alicia Koplowitz, en Madrid. (DM)
Las XII Jornadas Científicas de la Fundación Alicia Koplowitz reunieron en Madrid a profesionales y expertos de la salud mental infantil, que en esta edición se centraron en los niños de entre 6 y 12 años. Su coordinadora científica, María Concepción Guisasola, ha apuntado que la infancia media es una etapa que "juega un importante papel en el desarrollo saludable del niño hacia la madurez. Para algunos autores, los niños en la infancia media experimentan definitivamente cambios casi diarios a nivel físico, cognitivo, social y emocional y los indicadores de su éxito son sus afectos seguros, las relaciones satisfactorias y las habilidades efectivas de superación".
Guisasola ha destacado a DM que la enfermedad mental en esta etapa pediátrica es un tema tradicionalmente poco estudiado en España, "porque siempre se ha considerado que estos son los años de latencia, durante los cuales que los niños básicamente perfeccionan las habilidades adquiridas en la primera infancia. No obstante, los estudios científicos han demostrado que es una edad básica para el desarrollo neurocognitivo, sobre todo por el hecho diferencial que marca la entrada de los pequeños en el colegio".
Los especialistas que han participado en las jornadas han desgranado cómo se manifiestan y abordan diferentes trastornos y problemas psiquiátricos en estos años de la infancia. Así, entre otros, la pediatra Gemma Ochando, especialista en Psiquiatría Infanto-Juvenil y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad de Psiquiatría Infantil, trató el tema del vínculo y familia, destacando los problemas de vínculo en los niños procedentes de adopciones internacionales y advirtiendo sobre cómo se debería preparar previamente a los padres sobre los eventuales problemas de salud mental. Juan Calmaestra, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba, se refirió al acoso escolar, haciendo hincapié en que no debe recurrirse a la conciliación, ni a la negociación, pues se parte de una situación de desigualdad, en la que el acosador recibir una reprobación o castigo
Además, se habló del infradiagnosticado trastorno específico del lenguaje. Ángela Vidal, psicóloga clínica del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínico de Barcelona, recalcó que un niño que no habla a los tres años debe derivarse a una atención especializada.
Mercedes Serrano, médico adjunto del Servicio de Neurología Pediátrica y Servicio de Medicina Genética del Hospital San Juan de Dios de Barcelona, expuso cómo se puede llegar al diagnóstico genético en niños con síndromes raros. Y en la conferencia de becarios, que impartió Lorena Fernández de la Cruz, becada por la Fundación y que tras una estancia en el King's College de Londres ahora trabaja en el Instituto Karolinska de Estocolmo, se disertaron sobre los factores de riesgo y consecuencias adversas en el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
La conferencia magistral a cargo de Charlotte Ulrikka Rask, profesora e investigadora del Hospital Universitario Aarhus de Risskov (Dinamarca), trató sobre los trastornos de somatización. Bajo el título Cuando mi hijo está enfermo y el médico no sabe por qué. Somatización en la infancia - una de las fronteras restantes en la psiquiatría infantil y adolescente, la profesora abordó un factor importante que debe tenerse en cuenta en los diagnósticos diferenciales.

Síndrome de Tourette

Asimismo, la conferencia magistral de la primera sesión fue llevada a cabo por Pablo Mir, de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología del Instituto de Biomedicina de Sevilla, quien se centró en los avances en el síndrome de Tourette. "No existe un tratamiento óptimo para un número importante de casos de esta enfermedad. Esto se debe principalmente a la heterogeneidad en cuanto a la manifestación de los síntomas, evolución y causas".
El síndrome de Tourette es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por tics. Este trastorno se asocia frecuentemente a comorbilidades y complicaciones psiquiátricas que a menudo pueden perdurar hasta la etapa adulta. Mir revisó los principales avances sobre los mecanismos fisiopatológicos de la enfermedad, que incluyen las alteraciones descritas en los circuitos córtico-estriado-talámo-cortical y en el sistema dopaminérgico.
Asimismo, mostró una visión evolutiva del trastorno, ofreciendo datos que ayudan a comprender los casos más complejos y graves, la falta de mecanismos compensatorios de control de tics en algunos pacientes, así como la importancia de los impulsos premonitorios como síntoma central de la gravedad del síndrome.
El ponente también presentó los estudios recientes relacionados con la genética del síndrome de Tourette, cuyos hallazgos han arrojado luz sobre nuevos mecanismos y rutas moleculares, como son el papel de los factores neurotróficos, la producción de histamina, o proteínas relacionadas con la adhesión, migración y polaridad celular.
Por último, abordó los avances en la terapia de este síndrome, con especial énfasis en la estimulación cerebral profunda. Y destacó la importancia de seguir investigando para poder ampliar los tratamientos al mayor número posible de casos.

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