La actividad física es fundamental para prevenir y tratar el ictus

Conseguir que las personas que han sufrido un ictus lleven una vida física activa es el objetivo del #RetoInvictus, desarrollado por la Federación Española del Ictus y con la colaboración de Boehringer Ingelheim. El crecimiento imparable del sedentarismo hace que, en España, se produzcan 130.000 nuevos casos cada año.

Andrés García Esteban | 29/10/2017 10:00

1 de 4

De izda. a dcha.: Luciano Arochena, Almudena Castro, Laura Sánchez y Carmen Aleix. (Boehringer Ingelheim)

Cardiólogos y asociaciones de pacientes confirman que la actividad física es fundamentalpara prevenir, tratar y rehabilitar en caso de accidente cerebrovascular o ictus. Por ello, con motivo del Día Mundial del Ictus, la Federación Española del Ictus (FEI), la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (Feasan) y Mimocardio han presentado en Madrid los cinco ejercicios cardiosaludables para prevenir el ictus.

Los cifras que arrastra esta patología hablan por sí solas: casi 130.000 nuevos afectados cada año, con unos efectos que elevan los casos de muerte o discapacidad grave al 50 por ciento. Se ha convertido en la principal causa de muerte en las mujeres (con mucha diferencia respecto a las demás) y la segunda causa de muerte en la sociedad española en general.

Del total de casos de ictus en nuesto país, un 20 por ciento estarían causados por una fibrilación auricular no valvular, directamente asociada con la obesidad y el sedentarismo. Por ello, han querido "poner al paciente en el centro del tratamiento, ya que las perspectivas inciales buscan la responsabilidad total del especialista y, en casos actuales de ictus, está demostrado que el afectado tiene mucho que ver dependiendo de los hábitos de vida previos al accidente cerebrovascular", ha explicado Almudena Castro, coordinadora de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital La Paz de Madrid y directora de Mimocardio.

Según ha explicado Castro a DM, el papel del sedentarismo en la enfermedad es "la epidemia de este siglo, ya que el ser humano está hecho para llevar una vida nómada, en la que comer lo justo para sobrevivir. Los nutrientes de los alimentos servían como mecanismos de defensa del organismo, pasando a ser ahora lo que nos está matando debido al superhábit calórico".

Diferencia entre actividad y ejercicio físico

Ante esta perspectiva, el reto #GeneraciónInvictus trata de concienciar a la población de que la importancia de la actividad física. La diferencia entre esta y el ejercicio físico es otro de los puntos que trata de destacar, ya que, como ha ejemplificado Castro "no vale con solo el ejercicio físico. Algunos piensan que, con ir media hora por día al gimnasio durante tres veces a la semana, es suficiente. El ejercicio físico voluntario o pautado se debe complementar siempre con actividad física diaria: hay que ir andando a los sitios, intentar coger las escaleras, evitar el ascensor... Por tanto, deben ser complementarios".

Del total de casos de ictus, un 20 por ciento estarían causados por fibrilación auricular no valvular, directamente asociada con la obesidad y el sedentarismo

Las asociaciones de pacientes destacan el valor de este tipo de iniciativas para llegar al público en general. Tal y como ha indicado Carmen Aleix, presidenta de la FEI, "lamentablemente se suele entender, a nivel social, que el ictus es cuestión de mayores, mientras que esta afirmación no es del todo cierta. Por este motivo, desde la FEI nos enorgullece formar parte de proyectos como este, que pretenden llegar a toda la población para promover hábitos de vida saludables que ayuden a prevenir el ictus. El ictus es cuestión de todos".

El vicepresidente de la Feasan, Luciano Arochena, ha añadido que el gran reto de los pacientes anticoagulados es su formación. "Un paciente formado en su enfermedad, tiene un mejor manejo y control de su día a día. Iniciativas como esta nos sirven para apoyar a los pacientes en proyectos educativos, haciéndoles partícipes de la toma de decisiones en todo lo relativo a la gestión de su enfermedad".

Ejercicios para prevenir el ictus

Pese a que para prevenir el ictus están recomendados casi todos los ejercicios, el evento #GeneraciónInvictus ha querido señalar los cinco más recomendados para la mayoría de casos:

1. Andar: quizá el más beneficioso y el que más vidas salva por su accesibilidad diaria. El reto de este ejercicio debería hacer que el paciente busque recorrer la misma ruta en cada día menos tiempo.

2. Natación: lo más beneficioso y, a la vez, menos agresivo es la ausencia de impacto articular, causante de multitud de lesiones. Todos los estilos de nado se recomiendan menos "la mariposa" por su explosividad.

3. Bicicleta: la intensidad del ciclismo de cara al paciente postictus tiene como límite el momento en el que la falta de aliento impide hablar.

4. Yoga: su beneficio principal es la reducción del estrés gracias al alto grado de concentración necesario para su realización. Posturas como "el árbol", "el guerrero" o "el perro boca abajo" ayudan a tonificar piernas y torso.

5. Estiramientos: capaces de reducir considerablemente el riesgo de lesiones.

Los ejercicios de fuerza con lastres y pesos ligeros son otras actividades recomendables para fortalecer los músculos. No obstante, cualquier ejercicio regular y dentro de estándares normales es beneficioso para el ictus, el cáncer o cualquier enfermedad crónica.

Más sobre Neurología

Rehabilitación y prevención secundaria

Los programas de rehabilitación de los hospitales contribuyen a que la discapacidad física tras el infarto cerebral vaya poco a poco reduciéndose. Este tipo de ejercicios se van individualizando dependiendo del caso específico del paciente, ya que el grupo muscular afectado depende de la parte del cerebro infartada. Para llevarlos a cabo deben estar pautados por los rehabilitadores y llevarse a cabo en los gimnasios de hospitales y clínicas.

Ante esta perspectiva, la fisioterapia se ha convertido en el complemento idóneo para reducir las secuelas motoras. Castro los ha recomendado "siempre y cuando haya habido ejercicios previos de rehabilitación en el hospital".

Tras un primer ictus, el riesgo de sufrir otro en el futuro es muy elevado. De esta manera, los programas de rehabilitación deben de estar centrados en cada secuela física concreta, adaptando la actividad al paciente para no generar problemas derivados.