Pilar Laguna. Murcia | 30/10/2017 14:06
La combinación de técnicas diagnósticas, como la escala para evaluar el hueso trabecular, conocida como TBS (Trabecular Bone Score en sus siglas en inglés) y la densitometría DXA en 3D, aporta importantes ventajas para el reconocimiento de los pacientes con mayor fragilidad y también para hacer una buena selección de pacientes y personalizar los tratamientos anti-fractura.
Los expertos reunidos en el XXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (SEIOMM), que se ha celebrado en Elche, han subrayado la aportación de la TBS como complemento de la medición de densidad ósea para diagnosticar la fragilidad, sin añadir tiempo, exploraciones adicionales o invasivas, ni aumentar la radiación.
Visión global
"La principal ventaja de las nuevas tecnologías diagnósticas es que podemos identificar a los sujetos con fragilidad ósea antes de que se produzcan las fracturas y disponer de una herramienta que permite evaluar el impacto de las enfermedades o los cambios óseos que produce un tratamiento eficaz", según Luis Del Río, experto en densitometría del Grupo Médico CETIR de Barcelona.
La TBS, que actualmente analiza solo la columna lumbar, facilita una estimación global de a calidad del hueso, sin ser una medida directa de su composición, pero facilita resultados asociados al riesgo de fractura. Y la reconstrucción de la imagen en 3D resolvería el problema de las densitometrías 2D "que se ve influida por el tamaño óseo al estimar solamente las dimensiones según el área proyectada, pero no el volumen". Del Río afirma que con la técnica 3D se pueden identificar y cuantificar por separado los componentes cortical y trabecular del hueso, que responden de forma distinta ante situaciones patológicas y tratamientos diversos. "La reconstrucción 3D permite conocer parámetros de geometría ósea y medir el grosor del hueso cortical".
Pirámide adecuada
Manuel Sosa, internista del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, en Las Palmas, propugna que se aplique la pirámide de la osteoporosis a para poder abordar la enfermedad antes de que aparezca una fractura o prevenir las sucesivas. "El arsenal terapéutico disponible debe partir de la base de la pirámide con medidas generales, como estilo de vida, seguido de un programa para prevenir caídas y evitar fracturas. Un tercer peldaño terapéutico serán los suplementos de calcio y de vitamina D en pacientes con déficit, que se asociarán a los tratamientos antiosteoporóticos. Y en el vértice de la pirámide quedan las estrategias terapéuticas con fármacos antiosteoporóticos antirresortivos o formadores de hueso, según tratamiento individualizado".
José Manuel Quesada, endocrinólogo del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, concluye que " el tratamiento farmacológico disponible actualmente frente a la osteoporosis es muy seguro, que no hay prácticamente efectos adversos y que se debe confiar en esta opción, siempre y cuando haya indicación de tratamiento".
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