Tomar con alimentos: estudio prueba reducir la dosis de un fármaco para el cáncer de próstata
14 de junio de 2018 por Equipo del NCI
Los resultados de un nuevo estudio clínico sugieren que una dosis mucho menor del fármaco abiraterone (Zytiga) para el cáncer, que se tome con un desayuno bajo en grasas, puede ser tan eficaz como una dosis completa tomada con el estómago vacío, como lo indica la etiqueta del fármaco.
Del estudio, no está claro si, con el tiempo, los pacientes que toman la dosis más baja tendrán el mismo beneficio como quienes toman la dosis completa con relación al tiempo que vivirán en general. Pero, a medida que aumenta la preocupación sobre el creciente costo de los fármacos para el cáncer, los hallazgos del estudio plantean la posibilidad de que algo tan sencillo como tomar algunos fármacos para el cáncer con alimentos sea la respuesta al problema.
En el pequeño estudio clínico, el doctor Mark Ratain, de la Universidad de Chicago, y sus colegas probaron si se podría aprovechar lo que se conoce como el efecto de interacción con los alimentos para reducir la dosis necesaria de abiraterone, un tratamiento convencional para hombres con cáncer metastático de próstata.
Los investigadores notificaron el 28 de marzo en la revista Journal of Clinical Oncology que los hombres que tomaron con alimentos un cuarto de la dosis recetada normalmente de abiraterone presentaron una reducción similar de la concentración de antígeno prostático específico (APE) (un biomarcador usado para hacer seguimiento del avance del cáncer de próstata), a la de los hombres que recibieron la dosis completa con el estómago vacío.
Si bien es eficaz en reducir el avance del cáncer metastático, abiraterone es uno de los fármacos más costosos en el mercado, explicó el doctor William Figg del Centro de Investigación Oncológica del NCI, un investigador del estudio. "Estamos tratando de encontrar la manera de contrarrestar los costos exorbitantes de estos fármacos para el cáncer, y este es un posible enfoque", dijo el doctor Figg.
Estómago lleno, dosis más pequeñas
Muchos fármacos que se administran por boca presentan el "efecto de interacción con los alimentos": cuando un fármaco se toma con comida y no con el estómago vacío, el organismo puede absorber más el medicamento. Esto es porque las moléculas de grasa que se encuentran en los alimentos transportan el fármaco en forma eficiente por el estómago y los intestinos, explicó el doctor Ratain. Por lo que se necesita menos fármaco, si se toma con los alimentos, para producir la misma concentración en el torrente sanguíneo.
Los fármacos, con un efecto fuerte de interacción con los alimentos, a menudo se prueban en forma que disminuye intencionalmente este efecto, continuó el doctor. Esto se hace para reducir la posible variabilidad de la dosis entre los participantes que podría elevarse debido a los tipos y la cantidad de alimentos que consumen las diferentes personas.
De esa manera, aunque la interacción de abiraterone con los alimentos se ha reconocido desde hace mucho tiempo, en los estudios clínicos grandes que llevaron a la aprobación del fármaco requirieron que los participantes tomaran el medicamento con el estómago vacío. Como consecuencia, las indicaciones en la etiqueta instruyen a los pacientes a tomar el fármaco sin alimentos.
El nuevo estudio probó el enfoque opuesto. Los investigadores asignaron al azar a 72 hombres con cáncer metastático de próstata, que había avanzado con otras terapias convencionales, para tomar sin alimentos la dosis indicada en la etiqueta de abiraterone o para tomar un cuarto de esa dosis con un desayuno bajo en grasas que los pacientes podían elegir.
Luego de 12 semanas de tratamiento, los hombres en ambos grupos tuvieron concentraciones sanguíneas similares de APE, demostrando así que ambos grupos recibieron las dosis en cantidades suficientes para que el fármaco actuara con eficacia, explicó el doctor Ratain.
Si bien las concentraciones sanguíneas de abiraterone se redujeron entre las dosis más en los hombres que habían tomado la dosis menor con alimentos que en los hombres que tomaron el medicamento con el estómago vacío, esta diferencia pareció no afectar las respuestas al fármaco. Sin embargo, las concentraciones sanguíneas de abiraterone variaron más entre los participantes en los hombres que tomaron el fármaco con el estómago vacío, según los hallazgos de los investigadores.
En ambos grupos, los hombres vivieron durante un promedio de 9 meses sin que la enfermedad empeorara.
Son necesarios estudios más grandes para calcular si los efectos de abiraterone pueden mantenerse por largo tiempo cuando el fármaco se administre en dosis reducidas con alimentos, escribieron los autores del estudio.
En un editorial que acompañó los resultados del estudio, la doctora Jill Kolesar, de la Universidad de Kentucky y el doctor Glenn Liu, de la Universidad de Wisconsin, advirtieron a doctores, pacientes y proveedores de seguros médicos el peligro de tomar decisiones sobre dosificación basándose en un estudio pequeño con un seguimiento limitado.
Los doctores Kolesar y Liu escribieron que al medir los efectos de abiraterone con pruebas de APE en un estudio pequeño, se puede introducir más incertidumbre debido a que los resultados de las pruebas de APE generalmente varían hasta en 20 % entre diferentes hospitales. Además, explicaron los doctores, se desconocen las repercusiones a largo plazo de las concentraciones sanguíneas más bajas de abiraterone que se observaron entre las dosis en pacientes del grupo de la interacción con los alimentos.
Pero si bien los resultados del estudio son preliminares, el doctor Ratain considera que podrían señalar una estrategia razonable para pacientes que de otra manera no pueden tomar el fármaco debido al costo, siempre que sigan en estricta supervisión médica.
Otros métodos de manipulación de la dosis de fármacos
El doctor Ratain dijo que la idea de aprovechar el efecto de interacción con los alimentos no es nueva.
Estudios previos han indicado que, si se administra junto con alimentos, pazopanib (Votrient), que se usa para tratar cáncer de riñón y sarcoma, duplica la cantidad del fármaco que llega al torrente sanguíneo. Un estudio de ibrutinib (Imbruvica) en pacientes con leucemia linfocítica crónica demostró que el organismo aprovecha un tercio más de la dosis de ibrutinib cuando se toma junto con alimentos.
"La manera en que [algunos] fármacos son etiquetados y comercializados actualmente puede no ser óptima desde el punto de vista del paciente", comentó el doctor Ratain.
El efecto de interacción con los alimentos no es el único método que se está estudiando para disminuir las dosis requeridas de algunos fármacos. Otros estudios están probando medicamentos que reducen el metabolismo (la rapidez con que el organismo disuelve un fármaco) junto con fármacos para el cáncer, señaló el doctor Figg.
El doctor Ratain dijo que otros métodos que pueden probarse incluyen tomar fármacos para el cáncer que se disuelven con lentitud de manera natural en el organismo con menos frecuencia que la indicada en la etiqueta, o tomar algunos fármacos durante períodos más cortos.
El doctor Ratain y otros investigadores estadounidenses fundaron recientemente una organización sin fines de lucro, el Consorcio del Valor en la Atención Oncológica, con el objetivo de respaldar más estudios de estrategias de reducción de costos en oncología.
Con nuevos fármacos en el mercado que prometen tratamientos cada vez más personalizados, a muchos pacientes se les indican fármacos que cuestan más de $100 000 dólares por año. Aun con seguro médico, a menudo la gente se enfrenta con gastos personales que exceden los $10 000 dólares anuales por concepto de estos tratamientos.
"Consideramos que el estudio de abiraterone es una prueba de concepto", dijo el doctor Ratain, "y ahora estamos pensando en [probar estos métodos] para reducir los costos de otros fármacos".
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